En el corazón del escándalo de corrupción que sacude a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), emerge un dato inédito que podría estrechar aún más el cerco alrededor de la senadora del Pacto Histórico, Martha Peralta.
Según declaraciones de los exdirectivos Olmedo López y Sneyder Pinilla, quienes se acogieron a un principio de oportunidad, Peralta visitó las oficinas de la entidad en septiembre de 2023 acompañada por los contratistas Isaac Francisco (Issa) Riscala Lozano y Jorge Riscala Muvdi, a quienes presentó y solicitó fueran contratados para obras en La Guajira, su departamento, por un valor superior a los 2.500 millones de pesos, relacionadas con los controvertidos «jagüeyes».
Aunque Peralta niega conocer a los contratistas y asegura que cualquier reunión fue coincidental, una fuente en La Guajira revela una red de vínculos que contradice su versión.
Issa Riscala Lozano, uno de los beneficiarios del contrato, está casado con la hija de Chemando Mendoza, vecino en Riohacha del influyente Heriberto Ibarra, mano derecha de la senadora y ex candidato a la alcaldía de ese municipio. Ibarra, quien aparece junto a Peralta en videos entregando jagüeyes, también habría sido beneficiario indirecto de los dineros de estos contratistas de maquinaria amarilla.
¿Qué dirá la senadora Peralta sobre las reuniones en casa de Chemando Mendoza, donde convergen su círculo más cercano, su candidato político y el consuegro de un contratista al que ella misma presentó en la UNGRD?
Este entramado de relaciones familiares, políticas y económicas podría ser la clave para entender la profundidad del caso que amenaza no solo su tranquilidad judicial, sino también la credibilidad del Gobierno Petro.