Por: Germán Senna Pico
Causa ira e impotencia lo que ha venido sucediendo con nuestros soldados y policías en muchas regiones del país, todo mundo se cree con derecho de agredir e incluso matar a soldados y policías sin que haya una investigación o persecución penal y condena a cuanto malandrín disfrazado de guardia indígena, campesina o cualquier capucho disfrazado de estudiante.
Desde el nefasto gobierno de Juan Manuel Santos, empezó la debacle al interior de nuestras fuerzas militares y de policía, la inteligencia militar pilar de nuestras fuerzas para perseguir al crimen organizado y narcotráfico, fue desvertebrada por solicitud de los negociadores del pacto de la Habana, paso seguido, con presión de muchas ONGs afines al terrorismo de izquierda, se ha venido persiguiendo y hostigando jurídicamente a soldados y policías.
No existe seguridad jurídica para nuestros uniformados que tienen que lidiar a diario contra criminales de todos los pelambres en todo el territorio nacional.
Ante las violencias contra soldados y policías, se necesita urgentemente que el ciudadano del común, acompañe a los uniformados en cumplimiento de la constitución y la ley, en defensa del Estado social de derecho, contra la criminalidad organizada y así, poder garantizar la integridad de la sociedad en general.
El nuevo gobierno en un garrafal ERROR, puso en el ministerio de defensa nacional a un acérrimo enemigo de nuestras fuerzas militares, con un total desconocimiento de los asuntos de defensa y soberanía de nuestro territorio, el nombramiento de Iván Velázquez en la cartera de defensa, es una afrenta contra nuestras fuerzas militares.
El inconformismo y desavenencias al interior del comando general de las fuerzas militares y, en especial al interior del Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Ejército, qué es desde donde se han planeado los más duros golpes contra el crimen el organizado llámese FARC, ELN, BACRIN o cuanto cartel del narcotráfico aflore en nuestro territorio.
En síntesis, para nuestros soldados y policías, el ministro de defensa Iván Velázquez, es un infiltrado que no debe permanecer un día más como jefe de la cartera de defensa. En días pasado hablé con un coronel del Ejército Nacional de los tantos que han pedido la baja del servicio activo, le pregunté si más allá de los problemas que se han generado por la inseguridad jurídica de nuestros soldados y policías; qué lo motivó más a pedir la baja del servicio activo.
Me contestó que, “tener a Iván Velázquez como jefe del ministerio de defensa, era como estar durmiendo con el enemigo”, se suma que, con el cuento de autoproclamada paz total del nuevo gobierno, los criminales con altruismo y exaltación se exhiben como ejemplos a seguir y, con ínfulas para agredir y violentar a nuestros soldados y policías dejándonos a merced del crimen, mientras tenemos a nuestras tropas diezmadas, desmoralizadas y sin hija de ruta contra la criminalidad.
Esa respuesta de un soldado de la patria, debe preocupar a un jefe de Estado si no quiere que haya un ruido de sables que termine en un levantamiento que convoque a una junta militar para restablecer el orden y la seguridad.
Tenemos unos focos de graves violencias en Cauca con FARC, ELN, Guardia indígena invadiendo propiedad privada, tenemos una racha de violencia y criminalidad en Arauca, Catatumbo, Antioquia, Córdoba (Bajo Cauca), Nariño con guerrillas FARC y ELN envalentonadas asesinando, reclutando a niños y desplazando a miles de personas y comunidades enteras, se suma el aumento de cultivos ilícitos en todo el territorio nacional, principal combustible de financiación de grupos armados, especialmente en zonas de resguardos indígenas donde el Estado ha claudicado su legítimo accionar, dándole o dejándole las funciones de policía a la autodenominada guardia indígena que, en muchos casos tienen una estrecha vinculación con grupos armados ilegales como sucede especialmente en Cauca.
Con el cuento de la paz total y tanto compromiso que el actual gobierno hizo con la criminalidad durante la campaña para llegar a la presidencia, se ha decretado la desmovilización de las Fuerzas Militares y de Policía.
El presidente decretó ceses bilaterales de acciones militares que sólo han dado margen de protección al terrorismo, conllevando a un aumento de cultivos ilícitos y producción de narcóticos, se ha aumentado los crímenes contra la población civil dejando a los ciudadanos a merced de la criminalidad y el terrorismo.
Con el cuento de la paz total, los únicos que han cesado acciones militares, han sido las fuerzas militares y de policía; la criminalidad y terrorismo tiene carta blanca para su movilización en todo el territorio nacional para cometer cuanto delito o crimen sin que exista siquiera, investigación o persecución penal contra ellos.
La ausencia de seguridad crea inestabilidad en la generación de empleo y riquezas para la nación y sus ciudadanos, se deslegitima la gobernabilidad y se establece el caos y la debacle institucional, transfiriendo de facto el poder al crimen organizado y, cuanto capucho desee reinar en determinado territorio.
Se aproximan unas elecciones regionales donde primara la mermelada de las mafias para comprar votos y, la imposición del fusil como determinador de la balanza hacia el candidato que los grupos armados decidan imponer en cargos de gobernación, alcaldes y concejos municipales. En las pasadas elecciones presidenciales, los grupos armados de izquierda, derecha y narcotráfico fueron decisivos para que Petro llegara al poder.
¿Se imaginan lo que pasará en estas elecciones regionales con ceses de acciones militares?
Tenemos un país sin hoja de ruta ni gobernabilidad, el panorama es oscuro. Es ahí donde se necesitan líderes que le hagan frente a las amenazas que pongan en juego la estabilidad de la nación.
Germán Senna Pico
Email: germansennapicko@gmail.com