Por: Fernando Torres Mejía
Inicio aclarando que cuando hago mención a las IAS, me refiero específicamente a las entidades de control de la nación, como lo son la Contraloría, la Procuraduría y la Fiscalía. Aunque voy a hacer mención a casos de corrupción, aclaro que me quedo corto frente a las denuncias que cada lunes a las 9:30 pm, en la sección “1,2,3” en el noticiero de Yamid Amat se informan las “atrocidades” porque no le cabe otra palabra a semejantes actos de corrupción que ahí se nos dan a conocer semana tras semana, pero ni así parece que este “flagelo” le llame la atención al gobierno y menos a las entidades de control, las IAS.
Uno se pregunta ¿por qué todos los caleños vemos el despilfarro de los recursos en nuestras narices y todo sigue igual?, y esto no es de ahora, esta situación se viene presentando desde hace muchos años y pareciera que no existiera un ente de control que le rinda un informe a los ciudadanos en el que se aclare que a la persona a quien estamos acusando o juzgando es totalmente transparente, o que tenemos razón y que se tiene que hacer justicia para que pague por los delitos que se le están imputando, pero es que estos personajes continúan haciendo lo que se les da la gana y con la complicidad de los entes de control, lo que nos lleva a pensar que también hacen parte de esos entramados, o simplemente se acostumbraron a participar del CVY.
El caso de Cali es muy especial y particular, pues el actual alcalde, quien fue reelegido, en su primera administración, dejo un manto de dudas sobre hechos de corrupción que, incluso muchos de estos, aún no se han logrado aclarar y dudo que algún día suceda. Ahora bien, cuando estábamos próximos al cierre de la campaña electoral de 2019, existía la plena seguridad que la Procuraduría frenaría su nueva aspiración, pero no fue así, por el contrario, continuo su camino y llego nuevamente a la alcaldía, donde hoy, los escándalos que lo rodean se denuncian a diario y eso se les volvió paisaje a las IAS, que claro hacen shows mediáticos y nos hacen creer que están investigando y trabajando para esclarecer las denuncias, pero solo son pañitos de agua tibia porque no pasa nada.
Esta semana el concejal Roberto Ortiz hizo una denuncia pública y delicada, como todas las que se le hacen a la administración del alcalde Jorge Iván Ospina, relacionada con el costo del contrato del alumbrado navideño, que por cierto, los comentarios del mismo son desastrosos, su costo se elevó a $14.500 Millones de pesos y la forma tan descarada como se distribuyo es una vergüenza, que de ser cierto, no cabría la menor duda que esto es un total despropósito y no hace falta tener títulos profesionales para darse cuenta del abuso y el claro ejemplo de corrupción que no puede pasar desapercibido.
Vr. Contrato 14.500.000.000
IVA 2.755.000.000
Comisión Corfecali 1.740.000.000
Costos comerciales 1.174.500.000
Utilidad contratista 3.625.000.000
Logística 2.500.000.000
Mapping 800.000.000
Costo Figuras 1.905.500.000 **Cifras en pesos
Igual cuestionamiento han recibido los alumbrados de años anteriores, como el famoso “interactivo” de 2021, cuyo costo estuvo cercano a los $8.000 millones, en el que los caleños sintieron que habían sido engañados y cuestionaron el costo del mismo.
Pero ahí no paran las denuncias a esta administración, que al igual que en la época de los hermanos Moreno en Bogotá, el concejal Ortiz, denuncia que Emcali, “la empresa de servicios públicos, está siendo saqueada por algunos de sus familiares en complicidad con Ospina” esto a raíz del contrato de Medición Inteligente”, cuyo costo superaba los $215.000 millones.
Cuando empezamos a ver estas “jugaditas” protagonizadas por una inmensa mayoría de servidores públicos y vemos que no pasa nada, no nos queda más que cuestionarnos y preguntarnos ¿Será que el principal foco de corrupción está en las “IAS”?.