Álvaro Leyva Durán es un hombre que se mueve en las profundas aguas de la paz y los negocios, un veterano con una amplia historia en la arena política. Con el mismo pretexto de lograr un acuerdo de paz, en el pasado se alió con el jefe de las AUC Carlos Castaño, el esmeraldero Victor Carranza y Juan Manuel Santos para proponer un golpe de estado al gobierno de Ernesto Samper; un episodio que se repitió con su amigo Santos que como presidente le dió todo el protagonismo en el proceso de paz y lo convirtió en la persona con mayor margen de maniobra para hacer de las suyas. Nunca se supo si Leyva era asesor del gobierno, de la guerrilla, de ambas partes o solo de sus ambiciones personales.
El exministro Leyva, que también fue clave en el diseño de la justicia transicional y ahora es el cerebro y mayor defensor de la JEP, al igual que otros protagonistas y promotores del proceso también tenía un interés personal y económico en la negociación.
A mediados del año 2017 por intermedio de un amigo cercano Leyva contactó al empresario Emerson Serrano, un experto en formulación de proyectos para procesos de paz con experiencia especialmente Guatemala, con el propósito de proponerle negocios al rededor del post conflicto.
Los Leyva tenían el claro propósito de tomar la delantera en la formulación de proyectos para el post conflicto con la ayuda del experto Emerson Serrano y así poder acceder a los recursos Internacionales de países donantes como Alemania, Holanda, Australia y Noruega, país en el que Jorge Leyva fue embajador en noviembre de 2017.
Los trabajos previos comenzaron y Álvaro Leyva Durán encargo a su hijo Jorge a adelantar la tarea de visitar las zonas veredales junto al experto. Rápidamente se comenzaron a formular los proyectos y se presentaron ante el entonces ministro del post conflicto Rafael Pardo. Sin embargo, Pardo no accedió a desembolsar los primeros recursos con el argumento que no podría hacerlo hasta que se haya recibido la totalidad de los billonarios recursos de la ayuda internacional. Finalmente los proyectos nunca se pusieron en marcha por falta de recursos.
Pero los Leyva no se querían quedar con las manos vacías y como si se tratara de una franquicia propia, le enviaron cuatro facturas membreteadas con el nombre y la identificación de Jorge Leyva, en las que le cobran más de $10 mil millones al ingeniero Emerson Serrano.
El ingeniero les contesto que estás facturas no tenían soporte alguno y que no les adeudaba ningún dinero por temas relacionados con el proceso de paz.
Los Leyva no se quedaron quietos y seguramente utilizando sus influencias lograron que con esas simples facturas que al parecer no cumplen con los requisitos legales un juez abriera el proceso ejecutivo número 11001310302720170049400 cuyo demandante es Jorge Leyva Valenzuela.
El Expediente intentó obtener la versión de Álvaro Leyva Durán pero no respondió nuestros mensajes a su teléfono celular y se sabe que intentó conciliar con el señor Serrano para que la información no se volviera de dominio público.