Por: Laura Pinzón
Para ser un líder no se necesita agradar a todo el mundo, se necesita tener la valentía de tomar decisiones que beneficien la democracia, es decir a la mayoría. Para ser un líder se debe trabajar sobre todos los aspectos del Estado, se deben conocer todos los niveles sociales y se deben generar cooperaciones tanto nacionales e internacionales. Sin duda, al presidente Duque le quedaron grandes los pantalones de líder.
Basta analizar el comportamiento que en temas como seguridad y defensa su gabinete ha tenido. Se logró capturar gracias al planeamiento meticuloso y honorable de los miembros de nuestra Fuerza Pública al cabecilla de alias ‘Otoniel’, el narcotraficante más importante después de Pablo Escobar ¿y ahora qué señor presidente? ¿para cuándo la orden de la aspersión aérea de las 143.000 hectáreas de coca? Ahí está el problema real, porque no se puede seguir vanagloriando de una operación que no resolverá la situación del país.
Sumado a ello, no ha usado el poder que como jefe máximo de Estado tiene para lograr acelerar la extradición de dicho criminal ¿Presidente, lo dejará comiendo natilla y buñuelos en Colombia? Recuerde que durante los diez primeros días cerrarán este tipo de procesos judiciales.
Otra de las fallas que ha tenido el liderazgo de Duque es dedicarse a hacer una gira mundial para el fortalecimiento de las relaciones económicas de Colombia con países como Dubai. Si bien este aspecto permite el desarrollo de una sociedad, no se puede “correr sin haber caminado” y aquí en Colombia el tema como la seguridad en cada una de las ciudades y la guerra en el monte es cada vez más dramático.
Señor presidente, está muy bien ser buena persona, esa es una característica a rescatar de los seres humanos, además, entre tanta maldad es digno de exaltar. Sin embargo, al momento de encaminar a miles de ciudadanos para la construcción de Nación, no se puede rescatar solamente la primera virtud, se requiere carácter, no sonreírle a todo el mundo, se necesita pensar estratégicamente, castigar la corrupción dentro y fuera de su línea política; se necesita señor presidente, ser valiente para sobrepasar los halagos y crear caminos frente a los errores.