El mismo día de su posesión el presidente Donald Trump firmó el decreto que muchos habían esperado por años. «Es un tema muy importante, mucha gente lo ha esperado décadas», comentó, mientras su bolígrafo trazaba la firma.
Terminada la tarea, se volvió hacia uno de sus asesores y le pidió que entregara el bolígrafo a Robert F. Kennedy Jr., en señal de su compromiso con que se conozca toda la verdad del asesinato de su tio John F. Kennedy
El asesinato de John F. Kennedy, ocurrido el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, ha sido uno de los eventos más investigados y discutidos en la historia de Estados Unidos.
La Comisión Warren concluyó que Lee Harvey Oswald actuó solo, pero las teorías han perdurado, alimentadas por el asesinato de Oswald a manos de Jack Ruby y por la reticencia a desclasificar ciertos documentos. ¿Quién era Jack Ruby y por qué asesinó al responsable de la muerte del presidente de los Estados Unidos? ¿Quien dió la orden, quien estaba detrás?
La Ley de Recopilación de Registros del Asesinato del Presidente John F. Kennedy de 1992 estableció que todos los documentos debían hacerse públicos antes de 2017, pero sucesivas administraciones habían mantenido algunos en secreto, citando preocupaciones de seguridad nacional.
El decreto firmado por Trump busca liberar estos últimos archivos, prometiendo una transparencia total.Según la orden ejecutiva, el director nacional de Inteligencia y la fiscal general tienen un plazo de 15 días para presentar un plan detallado para la divulgación completa de los registros relacionados con JFK.
Esta decisión no solo abarca los documentos sobre JFK, sino también aquellos relacionados con los asesinatos de su hermano, Robert F. Kennedy, y el activista por los derechos civiles Martin Luther King Jr., ampliando el alcance de la desclasificación a tres eventos históricos que marcaron profundamente la década de los 60.
Historiógrafos, investigadores y familiares de las víctimas ven esto como una oportunidad para cerrar capítulos aún abiertos. Sin embargo, hay quienes dudan sobre qué revelaciones aún podrían surgir después de tanto tiempo y si estas realmente podrían cambiar la narrativa oficial de los hechos.
El decreto de Trump podría ser el inicio de un nuevo capítulo en la comprensión pública de estos asesinatos emblemáticos. La verdad, si es que aún se encuentra enterrada en esos papeles, está ahora más cerca que nunca de ser desenterrada.