La Concejal del Partido Verde Andrea Padilla, de la mano del senador Juan Luis Castro hijo de Piedad Córdoba, le declaró la guerra a la industria ganadera y avícola con proyectos de ley que buscan prohibir la exportación de ganado vivo y obligar al etiquetado de los huevos, con un devastador impacto para la industria local.
El presidente de Fedegán José Felix Lafaurie y el periodista Fausto Manrique vienen denunciando el juego de intereses detrás de esos proyectos impulsados por una concejal que trabajó con el hermano del máximo cabecilla de las FARC alias Alfonso Cano, el Concejal Roberto Sáenz y que tramita la agenda de una ONG internacional de la que fue y posiblemente sigue siendo vocera en la sombra.
La concejal Andrea Padilla respondió sosteniendo que se siente ‘amenazada’ y dice que ponen es riesgo su vida. Sin embargo en la investigación de Fausto Manrique que reproducimos en El Expediente no encontramos ningún dato impreciso; de hecho la concejal sí trabajó con el hermano de Alfonso Cano, quien además fue muy activo en la negociación entre el gobierno Santos y ese grupo terrorista.
«¡Canallas, sinvergüenzas, temerarios, cobardes! Uds @Fedegan y @jflafaurie insisten en cabalgar sobre su mentira y en poner mi vida en riesgo. Ni yo, ni mis votantes, permitiremos que afirmen que llegué al @ConcejoDeBogota con votos de la guerrilla. De momento, tutela.»
Concejal animalista continúa cruzada contra la ganadería
Por: Fausto Mauricio Manrique Horta
– La célebre concejal de Bogotá, Andrea Padilla Villarraga, del Partido Verde, saltó a la fama por no saber responder si en caso de un incendio prefería salvar una cucaracha que a un niño. Llegó al cabildo distrital con los votos del hermano de Alfonso Cano, máximo cabecilla de las FARC.
Recientemente fueron presentados en el Senado y la Cámara de Representantes dos proyectos de ley que buscan restringir a las industrias avícola y ganadera. Uno tiene que ver con el etiquetado obligatorio de huevos de acuerdo con su proceso de producción y el otro prohíbe la exportación marítima de animales en pie con fines de consumo.
El autor del primero es el senador Juan Luis Castro Córdoba del partido Alianza Verde (hijo de Piedad Córdoba). Hace parte de la Comisión Séptima que analiza y debate temas como el estatuto del servidor público y trabajador particular y el régimen salarial y prestacional del servidor público, entre otros.
Es médico de profesión, especialista en Siquiatría Infantil y magíster en Salud Pública y Finanzas. ¿Qué sabe sobre el sector avícola? Nada. Sin embargo, tiene una aliada de su mismo partido, la concejal animalista Andrea Padilla Villarraga, que es quien más promueve este proyecto de ley.
Parlante animalista
Por el lado de la prohibición de la exportación de ganado en pie, el autor de la iniciativa es el representante a la Cámara, Oswaldo Arcos Benavides, del partido Cambio Radical. Pertenece a la Comisión Sexta que está encargada de temas como comunicaciones, investigación científica y tecnológica y espectros electromagnéticos.
Es ingeniero de sistemas con especialización en finanzas. ¿Cuál es su conocimiento acerca de ganadería? Nada, pero tiene el mismo parlante: Andrea Padilla, ella sí animalista y vegana a ultranza, capaz de defender su postura así tenga que decir mentiras.
Padilla Villarraga no es solo cabildante de Bogotá, sino que también se desempeña como la vocera en Colombia de Animal Naturalis Internacional y coordinadora del Equipo CER Gatos (capturar, esterilizar, retornar/rescatar).
Asesora del hermano del guerrillero Alfonso Cano
Su llegada al Concejo de Bogotá es todo un misterio. Durante la administración de Gustavo Petro trabajó como asesora del entonces concejal Roberto Sáenz, hermano de Alfonso Cano, el máximo cabecilla de las FARC que fue dado de baja por el Ejército en noviembre de 2011.
La labor de Padilla como asesora del hermano de Alfonso Cano fue apoyar el programa “Bogotá Humana con la fauna” durante esa desastrosa administración. Logró entrar al cabildo heredando los votos de Sáenz.
Es célebre por su indecisión en un debate con María Jimena Duzán, en donde la periodista le preguntó que si en un incendio tuviera que escoger entre salvar a un niño o una cucaracha, a quién socorrería. Ella no supo qué responder. ¡Increíble!
Sus mentiras son constantes con tal de avasallar a los demás con su radicalismo. Hace varios años expresó, por ejemplo, que las agresiones que se presentaron cuando se reabrió la Plaza de Toros la Santamaría fueron provocadas por los taurinos. Sin embargo, los vídeos que circularon evidenciaban que los animalistas habían provocado la revuelta. Es más, no respetaron ni a las personas de la tercera edad.
Cuando en los medios de comunicación le preguntan por el proyecto de ley de etiquetado de huevos afirma que el objetivo es promover el consumo responsable.
Pero ¿una vegana hablando de consumo responsable cuando su real propósito es “trabajar para que más personas” abandonen la proteína animal?
Y al referirse a la iniciativa que busca prohibir la exportación de ganado en pie, estigmatiza este comercio calificándolo como “barcos de la muerte”.
Sin embargo, nunca muestra fotos ni vídeos de casos colombianos porque no existen, ni ha subido a una embarcación en donde son transportados los bovinos. Su interés es estorbar todo lo que sea ganadería.
Una curiosidad, si según sus propias palabras los animales deben “vivir adecuadamente en su entorno natural realizándose como individuos pertenecientes a una especie”, ¿por qué impulsó el Acuerdo distrital por el cual se reglamenta el programa de esterilización de perros y gatos? ¿Luego no son derechos de los animales su integridad física, libertad corporal y desarrollo según la norma de su especie?