Por: Laura Pinzón
Un líder es quien muestra el camino. Desde la antigüedad, el Estado se comprendía como el legislador moral de los individuos, pues es la fuente de todas las normas de vida. Por ello, hasta Sócrates, los mejores ciudadanos debían consagrar su vida al ciudadano de la res pública.
Sin embargo, en Colombia, algunos de los que tienen la responsabilidad de liderar, bien carecen de moralidad para hacerlo. Y, es que esto no es un juicio ad hominen, dado que sus actos hablan por si solos. Pero, es aún más desgraciada la situación cuando los ciudadanos creen en ellos, dándole solamente protagonismo a la ignorancia, mentiras y manipulación.
Héctor Abad Faciolince afirma que nuestro país está compuesto por “balas, goles y kolas” pues, el fenómeno del narcotráfico y la pasión por el fútbol constituyen el remedio ideal de “pan y circo” para sociedad colombiana. Por tanto, cuando se apela a satisfacer estos tres aspectos, los ciudadanos o, se sienten intimidados o, conformes y, un caudillo que se aproveche de ello resultará exitoso; basta no más ver el caso del ahora senador Gustavo Bolívar.
Autor de Sin tetas no hay paraíso, El capo, Pandillas, guerra y paz, entre otras narconovelas, Bolívar solamente ha buscado inyectar en Colombia esta cultura, sobretodo, aprovechándose de la juventud, que, llevados por las redes sociales y la velocidad de la información han evitado realizar reflexiones acerca de la patria que los ha visto nacer. No conocen la historia y, por tanto, se comen completo el cuento que este político les vende.
Así pues, no se debería dar tan alta posición a quien a través de la violencia e ignorancia ha buscado entretener, no educar con integridad. Y, resalto esta última cualidad, porque como bien mencionaba al inicio, son varios los escándalos que lo rodean. Bueno, todos podemos tener problemas económicos y más durante la pandemia, pero, se debe buscar responder por ellos en vez de financiar movimientos criminales que solamente han destruido y asesinado a Colombia; si, la Primera Línea no está conformada por jóvenes que quieren ver un cambio real, porque ese empieza por la transformación personal, sino por ciudadanos que manipulados por diferentes actores cumplen propósitos de desestabilización institucional, sin importar el camino.
Por otro lado, debe ser él quien le brinde cuentas a la DIAN y a la justicia por el suicidio del hijo de Bruno Díaz pero, es incoherente que en su discurso se atreva con cinismo a buscar castigar a quienes no paguen impuestos, sean corruptos o se aprovechen del pueblo y además, genere mensajes en redes que solamente conducen al odio y división ¿es acaso ese el camino que debe construir un líder?
Lo cierto es que, Bolívar es solamente uno de muchos ejemplos lamentables de políticos que tenemos en nuestro país que, sin importar su tendencia se han aprovechado de reunir las solicitudes de un pueblo cansado que, en medio de tanta corrupción, violencia y mentiras, solamente reclama un liderazgo sensato. Depende de nosotros también rechazar estos comportamientos, pero también asumir con integridad y coherencia el papel que cada uno cumple dentro de la sociedad, dejemos de lado el pensar en el beneficio propio, para buscar la construcción común.