Por: David Meza Pretelt
Con el foco de la opinión pública encima y una campaña en decadencia tras la aparición de los Petrovideos, es importante que el país conozca una lucha sindical y laboral de trabajadores del sector salud que han vivido en carne propia la persecución, corrupción y estigmatización por parte de quien se proclama como defensor del proletariado: Gustavo Petro.
Todos los trabajadores en Colombia cuentan con derechos amparados por la ley que les permiten asociarse en sindicatos, estos en algunas ocasiones son utiizados por la izquierda como promotores de sus ideas, ya que en la dialéctica marxista que maneja Petro, a través de la divergencia y la toma de los medios de producción por parte del proletariado, es que podrán llegar al tan mencionado comunismo que le está ofreciendo en su propuesta de gobierno al país.
En este escrito quedará al descubierto la retórica engañosa de Petro desde la que se muestra del lado del trabajador, cuando en la única oportunidad que ha gobernado, persiguió y vulneró los derechos de los trabajadores, en especial aquellos agrupados en el sindicato de la Entidad Promotora de Salud (E.P.S.) Capital Salud.
Como ya lo contamos en una nota anterior, esta E.P.S. fue creada como empresa mixta en la que el Distrito Capital posee la mitad más uno de las acciones y el socio privado Salud Total el resto (ver: https://elexpediente.co/cuando-petro-entrampo-la-salud-en-bogota/).
Durante la alcaldía de Petro esta entidad fue administrada por los corruptos Alba Mayorga y Alaín Jiménez, quienes le rendían cuentas a uno de esos personajes oscuros que hacen parte de los círculos más intimos de Petro desde el M-19 y seguramente serían nombrados en algún ministerio o embajada si llegara a la presidencia, el investigado y sancionado: Aldo Cadena.
El mismo Aldo Cadena que hoy recolecta corruptos y políticos de la peor calaña para montarlos a la campaña petrista en la Región Caribe, fue un abusador y perseguidor de los derechos de los trabajadores durante aquella nefasta alcaldía; aún así se hace llamar “sindicalista”.
Del dicho al hecho…
La maldad petrista fue puesta en evidencia a través de las múltiples quejas, querellas y denuncias que presentó el sindicato por los hechos de corrupción y atropellos contra el trabajador, que se dieron entre 2012 y 2015. Denuncias que fueron radicadas ante todos los entes de control y el Ministerio del Trabajo.
Lo que propone hoy Petro como candidato se contradice con la forma como actuó al gerenciar esta empresa, supuestamente propende por el derecho al trabajo decente, pero permitió y promovió la tercerización laboral que carece de condiciones idóneas para los trabajadores.
Las Ordenes de Prestación de Servicios (OPS) proliferaron en un 30% durante la alcaldía del ex m-19, presuntamente para repartir de forma clientelista puestos entre sus amigos o comprar conciencias y apoyo político nombrando a sus militantes en el Distrito de Bogotá.
La contratación hecha por Petro en la E.P.S. fue ilegal, debido a la intermediación de una empresa temporal recomendada por su amigo Aldo Cadena -cuya contratación fue celebrada con un festín del que existen registros en video-, que violaba las normas establecidas para esa tipología de empresa (Ley 50 de 1990, Decreto 4369 de 2006).
El ex M-19 repartió contratos a sus amigos a diestra y siniestra como posiblemente hará si llega a la presidencia, violando incluso las normas que regulan el trabajo. Hecho que se ha confirmado con la pérdida de demandas por parte del Distrito en años recientes, ante los trabajadores vulnerados por la administración progresista, quienes tuvieron que recurrir a largos procesos para ver sus derechos restituidos.
Además violaba la norma con esta contratación ilegal que mantuvo desde 2013 hasta finalizar su alcaldía y cuya carga fiscal tuvo que sostener el distrito incluso durante la administración posterior de Enrique Peñalosa.
Petro es arbitrario y autoritario cuando tiene el poder en sus manos, esto lo lleva a desafiar las normas y en este caso expuso a Capital Salud y por ende las arcas públicas de la alcaldía, a enormes sanciones que los bogotanos siguen pagando incluso años después.
Petro es corrupto, algo probado a través de los fallos judiciales que han determinado la forma como contrató una gran planta tercerizada ilegal, exponiendo al distrito a posibles sanciones económicas a raíz de las denuncias hechas por el sindicato ante el Ministerio del Trabajo, que pueden llegar a los 3 mil millones de pesos; como sucedió en la Clínica Marly donde Petro usó el mismo modus operandi de contratación ilegal y el Distrito recibió una sanción por ese monto.
¿Habrá algún castigo contra Petro?
La alianza de Petro con Juan Manuel Santos surtió su efecto y se dio un “tapen, tapen” en cuanto al atropello de los empleados que reclamaban por sus derechos, ya que la querella interpuesta por el sindicato ante MinTrabajo desapareció misteriosamente tras ser apelada, después de un año en que no se adelantaron ningún tipo de investigaciones. Ante este ministerio fueron presentadas al menos 10 querellas por parte del sindicato durante la alcaldía progresista.
La tercerización ilegal que llevó a cabo Petro le costó al bolsillo de los bogotanos más de 15 mil millones de pesos durante más de 7 años.
Otro hecho de corrupción que acolitaba la administración petrista era pedir porcentajes a las IPS a manera de extorsión, para que les fueran pagadas las cuentas de cobro que presentaban tras prestar servicios a Capital Salud, como declararon a la Fiscalía empleados del área financiera de la entidad.
En otros casos se documentó que el combo petrista que la administraba, registraba los pagos a algunas EPS con distintos valores al real para sacar tajada, como el de una consulta externa cobrada por el Instituto Nacional de Cancerología (INC) a $17.000 que aparecía en la contabilidad de la entidad inflada a más de $10’000.000, hecho que denunció el INC.
Se incumplieron cosas básicas: no había un sistema de salud ocupacional para los trabajadores, ponían a la gente a trabajar horas extra y no se las pagaban y atiborraron la nómina de recomendados políticos afectos al petrismo a quienes incluso metían a la planta laboral nombrada oficialmente. Algunos recibían altos salarios simplemente por ser petristas, por encima de empleados más antiguos, más experimentados o con mejor hoja de vida.
A los trabajadores tercerizados les limitaron su derecho a la asociación sindical, demostrando el verdadero talante de Petro; sacando a todo aquel de la planta temporal que intentara unirse y minando el sindicato casi al punto de destruirlo.
No les importaba atropellar a empleados enfermos y llegaron a ser obligados a través de la sentencia 513 de 2015 a reintegrar un trabajador con VIH tras ser despedido sin justa causa. Esta persona identficada como “Alberto” fue victima de acoso laboral tras el reintegro y renunció. Posteriormente fue asesinado en hechos que dejan un manto de duda sobre Aldo Cadena y Gustavo Petro. Acaso ¿Lo habrán mandado matar?.
Otra vulneración a los derechos laborales se dio por la ausencia de entrega de dotación que está cobijada por el código del trabajo, llegando incluso a dejar sin esta a los trabajadores por más de un año. Al que se quejaba lo descabezaban y no les importaba violar el fuero sindical con traslados o cambios de funciones profundizando en su atropello al trabajador.
Los trabajadores que fueron víctimas de la administración petrista, han batallado con las uñas contra la arbitrariedad y con pocos recursos han podido ganar algunas tutelas y demandas, incluso en el campo de la restitución de derechos sindicales que les han sido vulnerados.
Tercerización ilegal, detrimento patrimonial, atropello a los derechos laborales y todo tipo de arbitrariedades serán el pan de cada día en un régimen de Gustavo Petro, que atentará contra el ordenamiento democrático y llevaría a Colombia al abismo de la destrucción socio-económica a manos del progresismo.
Tw: @DMezaPretelt
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