Por: Fernando Torres Mejía
Seguiremos siendo reiterativos en reafirmar que el principal problema de nuestro país es sin duda la corrupción, e incluso por encima del narcoterrorismo, o es que acaso no vemos los titulares de prensa o en los medios de comunicación, el sinnúmero de actos de corrupción que a diarios se denuncian y por montos escandalosos que desangran las finanzas públicas y que generan más pobreza, desempleo, violencia, hambre, rabia e impotencia frente a los gobernantes de turno que en sus campañas anuncian con bombos y platillos que “vamos a luchar contra la corrupción y no permitiremos que nos sigan robando nuestros recursos”.
Por esta época de elecciones y ante el desespero, el “candidato de la otra campaña”, que desde 2009 renuncio como senador para aspirar a la presidencia en 2010, que de igual forma lo hizo en 2018 y que ahora en 2022 se presenta como el “redentor y salvador”, completando más de 12 años de campaña, y quien no quiere entender que jamás será presidente de los colombianos, intenta por todos los medios de ganar más incautos que voten por él, dispuesto incluso a venderle el alma al “diablo, o a los diablos” como quedo demostrado, al lanzar su propuesta populista e inexplicable, el tal “perdón social”, en la que en principio se les otorgaría rebajas de pena y beneficios a los corruptos e incluso a aquellos que están condenados por otros crímenes, pero vaya uno a saber que otros delitos incluirá en esa reforma a la justicia que advierte como una de sus banderas de gobierno.
El biólogo y filoso Juan Fernando (hermano del candidato de la otra campaña), en compañía de Juan Danilo Rueda actual coordinador nacional de la ONG, Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, fueron los “encargados” de reunirse por más de 6 horas con Franklin Germán Chaparro exalcalde de Villavicencio condenado a 39 años por homicidio, Álvaro García Romero condenado a 40 años por la masacre de Macayepo, Iván Moreno condenado por corrupción, y otros delincuentes, para proponerles rebaja de sus penas, así como perdón y olvido mediante la propuesta denominada “perdón social”, para lo cual es evidente que no solo se les otorgaría estos beneficios a los condenados por corrupción, sino que además incluiría otros crímenes, y todo a cambio de votos. Hombre, ¿será que a los colombianos no les quedo claro que salir a “regalar” la justicia es el peor negocio que se puede hacer?, o es que no nos basta con ver como a la cúpula de asesinos de las FARC que hoy hacen parte del poder legislativo, gozan de beneficios, recibiendo trato como si fueran ciudadanos de bien, y a pesar de esto, todos los días siguen incendiando al país argumentando el incumplimiento de la implementación de los acuerdos. Por favor colombianos reaccionen y no se dejen engañar.
Lo que se ha conocido hasta ahora, es que esta propuesta busca “una reforma a la justicia para obtener una resocialización de los presos, mediante beneficios de rebajas de pena, eliminar los jueces de ejecución de penas, que se acaben las cosas inconstitucionales que hoy existen en las prisiones, una segunda oportunidad mediante el estudio y el trabajo, es decir lograr una reconciliación nacional”, y será que con esto, que ya existe ¿vamos a eliminar o al menos a reducir la corrupción?, pero además, ¿se pretende incluir en esta reforma más delitos?, será entonces que volveremos a repetir la historia de Jesús de Nazaret, que al final lo crucificaron y dejaron en libertad a Barrabás?. No en vano ya empezamos a ver pronunciamiento en las redes sociales como: “Que tan coincidencial que el señor Marquitos Figueroa, esté hablando de «perdón social» y promoviendo el voto por el populismo de izquierda después de la visita a corruptos en las cárceles que realizó este grupo. ¡OJO, la ansiedad de poder puede traspasar cualquier límite!”
De acuerdo con Transparencia Colombia, se han identificado 967 hechos de corrupción reportados en 2.026 notas de prensa escrita entre el 2016 y el 2020. De acuerdo con estos datos, el 73% de los hechos afecta a entidades de la Rama Ejecutiva, donde están comprometidos más de $92,77 billones de pesos en hechos de corrupción. Se han perdido más de $13,67 billones y se han recuperado tan solo $4.94 billones, donde las principales víctimas de la corrupción son niños y adolescentes, seguidos por los estudiantes y la población en condición de vulnerabilidad socioeconómica. ¿Será que el candidato de la otra campaña no se entera de estas cifras?, ¿qué pretende?
Ofrecer gabelas a bandidos y políticos corruptos, deja petrificada a la sociedad, si me das te doy, es decir el famoso “todo vale”, dame votos y te doy amnistía o indulto o contratos o puestos. No podemos estar de acuerdo con este tipo de propuestas, además como pretendemos tener una mejor sociedad, si el perdón se nos ha convertido en el caballito de batalla, para justificar los perores crímenes, tanto así que ya tenemos rebajas de pena, acuerdos de la Habana que además dio amnistía perdón y olvido, la JEP, el otro sistema que se inventaron para perdonar y ahora con esto, sería la descomposición total de la sociedad donde ser pillo paga, el delito paga, el abuso paga, el quedarse con los recursos de los demás paga.
El “perdón social” estoy seguro, busca preparar el terreno, para muchos de los que están en el Pacto Histórico y que algún día, ojalá, los veremos enfrentando los tribunales y al igual que muchos que hoy están en la JEP, querrán acogerse a esta absurda y oportunista propuesta, por la cual debemos preguntamos ¿Perdonar la corrupción?, ¿dónde está su coherencia?.