Por: El Expediente
Un nuevo roce sacude el círculo cercano al presidente Gustavo Petro. Juliana Guerrero, una joven funcionaria de 22 años que había ganado influencia como coordinadora de despacho del Ministerio del Interior gracias a su cercanía con el mandatario, se encuentra en el centro de una disputa con Alfredo Saade, el nuevo jefe de gabinete.
Según fuentes cercanas al gobierno, el enfrentamiento entre Saade y Guerrero habría llevado a Petro a ordenar el traslado de la funcionaria, quien ya no despacha desde la Casa de Nariño y ahora trabaja desde una oficina en el Ministerio del Interior.
Guerrero, cuya rápida ascensión en el gobierno se atribuye a su relación personal con el presidente, enfrenta señalamientos que habrían sido comunicados a Petro por Saade.
Entre ellos, se menciona el presunto uso indebido de un avión de La Policía Nacional para un viaje personal y posibles negocios orientados al beneficio propio.
Una fuente cercana a Palacio, que habló bajo condición de anonimato, aseguró a El Expediente que Guerrero, a sus 23 años, habría acumulado una considerable fortuna durante su paso por el gobierno, lo que ha intensificado las tensiones con Saade, quien busca consolidar su influencia como mano derecha del presidente.
El caso de Juliana no es aislado en su familia. Su hermana, Verónica Guerrero, también está vinculada al Estado como contratista a través de Colombia Compra Eficiente.
Aunque Guerrero no ha alcanzado el nivel de influencia de figuras como la excanciller Laura Sarabia, su conocimiento de los secretos del entorno presidencial le ha permitido mantenerse en el gobierno, a pesar de los roces.
Además, su cercanía con Petro habría generado incomodidad en la primera dama, Verónica Alcocer, quien, según rumores, desaprueba esta relación.
La llegada de Saade al gobierno marcó un punto de inflexión para Guerrero. Fuentes indican que el jefe de gabinete, con acceso directo al presidente, ha impulsado una reestructuración en el círculo de confianza de Petro, lo que derivó en el traslado de la joven funcionaria.
Este movimiento se interpreta como un intento de Petro por desmarcarse de posibles escándalos que podrían involucrar a Guerrero.
A pesar de su traslado, Guerrero conserva su cargo como coordinadora de despacho del Ministerio del Interior, pero su influencia parece estar en declive.
Mientras tanto, Saade refuerza su posición como una figura clave en el Ejecutivo.




