Por: Juan José Gómez
Nota del autor: La periodista Marylú Nicholls Sánchez-Carnerera, una de las mas notables mujeres antioqueñas de los últimos años, quien fuera líder del turismo desde diversas posiciones oficiales y privadas, falleció en este fin de semana en Medellín. Esta columna es un breve homenaje a su memoria.
Por cerca de medio siglo fuimos amigos. La conocí cuando era una joven y bella señora, recién llegada de Cali con sus dos hijos- Marylucita y Luis Jaime- habidos en su matrimonio con el abogado y político, senador Luis Escobar Concha. Nos presentó su hermano José Jaime y desde el primer instante se estableció una corriente de simpatía y amistad entre nosotros, que perduró hasta sus últimos días.
Tuve el honor de acompañarla en su exitoso recorrido por las posiciones directivas del sector turístico antioqueño. Fui su asesor en Turismo y Fomento de Medellín, el redactor de las piezas audiovisuales y escritas para la promoción del Desfile de Silleteros, el narrador de dicho desfile (lo hice durante 19 años) y en compañía de Gloria Valencia de Castaño, me cupo la satisfacción de recibir de Marylú el honroso encargo de transmitir por la televisora nacional y por primera vez dicho desfile.
A una intencionada pregunta suya respondí en cierta ocasión con una frase que se convirtió en el lema oficial del Desfile de Silleteros: “Cuando pasan los silleteros es Antioquia la que pasa”. Actué como su segundo de abordo en la gerencia de Turantioquia, cuando le colaboré como director de Desarrollo Turístico de Antioquia. Juntos realizamos la primera Feria Exposición de la Antioqueñidad en el Centro de Exposiciones y Convenciones de Medellín, hoy Plaza Mayor.
La apoyé con todo mi conocimiento en la creación y puesta en marcha del parador turístico “los Lagos de Porce” y tuve la satisfacción de ser el guía del primer tour de la ciudad operado por Viajes Turantioquia, una agencia de viajes y turismo que creamos a iniciativa suya durante el tiempo en que dirigió la entidad rectora del turismo antioqueño. Talvez la mayor satisfacción que compartí con Marylú fue la realización del “Pueblito Paisa”, (nombre que inventamos entre los dos), un proyecto original de la bogotana con alma antioqueña doña Helena Baraya de Ospina cuando fue gerente de Turantioquia, con planos del arquitecto Julián Sierra y dirección de obra del arquitecto Rafael Vásquez, que solo se pudo adelantar hasta la etapa de obra negra porque se agotaron los fondos y se presentó el nombramiento del doctor Mariano Ospina Hernández como embajador en Alemania y doña Helena, su esposa, debió viajar con él.
Tiempo después, Marylú fue nombrada directora de Turismo y Fomento y desde el mismo día de su posesión se trazó la meta de concluir la obra. Lo logró con admirable tesón, mediante gestiones gubernamentales y donaciones del sector privado y ello le mereció el Premio Nacional de Turismo. El último de sus logros fue la creación, en este mismo año, del grupo Turismo-2024 conformado por exdirectivos del sector turístico, luego fusionado con la Fundación Amor por Medellín y Antioquia, con el propósito de asesorar a los gobiernos departamental y municipal y a los actuales dirigentes del sector con los conocimientos y experticias de sus integrantes, buscando recuperar el amable Medellín de siempre, tan deteriorado y maltratado durante la funesta administración de Daniel Quintero.
Ahora Marylú ha partido hacia la Casa del Padre, después de haber soportado con cristiana resignación una grave enfermedad. Más que lamentar su ausencia, quisiera celebrar su vida plena de fecundas realizaciones, su espíritu de compañerismo y solidaridad con los demás, su brillante inteligencia, su entusiasmo por las causas nobles. Ella recorrió varios caminos y por donde caminaba dejaba una huella positiva.
Será recordada con afecto y gratitud y por eso, al expresar nuestra cercanía y solidaridad a sus hijos y nietos, a su hermano y sobrinos, quisiera citar en su honor la Sagrada Escritura: “Su nombre brillará como una estrella en el cielo en perpetuas eternidades”.
