Por: Roberto Trobajo
En estos tiempos de marchas y plantones se deberían hacer manifestaciones contra la corrupción; así se obligaría a que los entes de control y la fiscalía tomen medidas realmente efectivas contra los corruptos que cada año se roban 50 billones en Colombia.
Eso sí, que la manifestación anticorrupción sea como aquella marcha gigantesca que se hizo contra la Farc, la de “un millón de voces contra las Farc” acontecida el 4 de febrero del 2008, donde millones de colombianos marcharon pacíficamente, decentemente, y por eso no hubo vándalos atizados por políticos oportunistas sicarios morales.
Esa marcha, sin patronatos políticos adueñándose del clamor popular, puso contra las cuerdas a los guerrilleros y fue un tatequieto para los violentos.
En Bogotá debería marcharse, sobre todo los jóvenes, exigiendo que se aclare en qué quedó lo de esos 11 mil millones robados del presupuesto de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
También se debería marchar exigiéndosele a la Alcaldía que diga del tremendo gasto de miles de millones en esa Empresa Metro de Bogotá, resultando ahora que apenas empezarán a hacer un patio-taller en Bosa y un deprimido en la Caracas con la 72, sumándose que firmaron un contrato ¡millonario! con la Financiera de Desarrollo Nacional para hacerse nuevos estudios sobre cómo deberían ser los trenes y las estaciones, etc, y…
Entérense: quizás el Metro empezaría a funcionar hacía finales del 2027; así dijo en El Tiempo (19/04/2021 pág. 1.11) Leónidas Narváez, el actual “gerente general de la empresa Metro de Bogotá” ¿Y entonces? ¡Cómo lo ven! ¿Se imaginan los sobrecostos y posibles detrimentos patrimoniales que podrían aparecer? Después lamentos y críticas no aguantan. Deberíamos marchar para hacer profilaxis anticorrupción.
La Marcha Anticorrupción debería ser nacional porque los estragos de tantos corruptos se dan en todo el país.
Reficar -el robo a la Refinería de Cartagena- ronda por los $ 5 billones.
En Saludcoop, unos de los mayores robos al sector Salud del país, cerca de $1,4 billones.
El “cartel de la hemofilia’: fueron $86 mil millones, defalco donde están involucrados 10 exgobernadores y varios congresistas.
El Carrusel de Contratación de Bogotá que le costó $2,2 billones a los capitalinos.
“Cartel del Sida”, en Córdova, donde defalcaron unos $210 mil millones de pesos.
Ese “Cartel de la Toga” donde se malversaron más de $10 mil millones.
Los elefantes blancos en Ibagué, cuando dizque construían instalaciones deportivas para los XX Juegos Nacionales y IV Juegos Paranacionales, perdiéndose $66 mil millones.
En todos esos escándalos, metieron presos a algunos de los corruptos, pero la plata robada no se las quitan. Sólo recuperándose lo que nos han robado, el gobierno tendría el dinero para resolver sus urgencias y sin tener que meternos una reforma tributaria.
La corrupción es el mayor de los males en Colombia, con ladrones y delincuentes de todos los colores políticos, y es la culpable de que estemos tan mal, empeorando.
Seguro estoy que protestándose ¡decentemente! se uniría a todo un país, sin vandalismos; ¿si contra las Farc se pudo por qué no contra la corrupción?
Voluntad política, disposición, es lo que se necesita; entonces marchemos exigiendo que se luche contra la corrupción como tiene que hacerse ¡de verdad!