Por: Fernando Torres Mejía
Lograr una reconciliación en Colombia será una tarea titánica, casi que imposible, y ni siquiera a nuestros bisnietos les tocará esa importante y necesaria época en que logremos al menos soportarnos entre nosotros mismos.
Dirán que soy pesimista, pero es que en los últimos 16 años por cuenta de los gobiernos y la oposición la polarizaron se ha incrementado de una manera “loca”, y eso se puede percibir en el ambiente y si creen que estoy exagerando, naveguen por tan solo un par de minutos por las redes sociales y podrán ver ataques de parte y parte, que quedaran aterrados y sorprendidos con el nivel de odio y agresividad en que nos encontramos.
Pero este fenómeno se alimenta a diario con los gobernantes quienes saben que esa es la vitamina que se necesita para triunfar y lograr día a día mayor reconocimiento, no importa las artimañas que se necesiten para tal propósito, pero lo importante es buscar que el pueblo se “mate” entre sí, con tal de alcanzar sus objetivos, porque la política es un juego de intereses, donde no existe una verdadera amistad, se vive con prevención con hipocresía, donde a diario se tiene que cuidar la espalda por los ataques que en cualquier momento surgirían por quienes quieren llegar al poder al precio que sea, donde no existe el respeto, donde quien esta quiere continuar al precio que sea así tenga que vender sus principios y valores.
Hoy todos viven pendientes de cualquier movimiento bueno o malo “atacar” y “contra atacar”, por lo cual esto es de parte y parte aunque claro, la oposición, lo hacen porque bajo la bandera del cambio, se prometió que los colombianos vivirían “sabroso”, pero resulta que durante estos dos años largos, toda lo de este gobierno ha sido peor que los anteriores, de verdad aún no se ha podido conocer lo bueno de la administración Petro, porque ni siquiera la lucha contra el narcotráfico, que junto con las guerrillas y la corrupción, han sido los grandes beneficiados y premiados con impunidad y privilegios inimaginables.
Pero bueno, me emocioné con esta parte y me olvidé del objetivo de la columna, como sabemos, la JEP se creó para juzgar a los actores del conflicto, pero solo ha servido para mantener unos juristas con ingresos estrafalarios, que al final premiarán al secretariado de las FARC con penas como las de sembrar árboles, recoger papa, dar clases de costura entre otros.
La JEP también y gracias a su «objetividad» tenía de alguna manera que ayudar con la reconciliación, pero, por el contrario, lo que han logrado es incrementar más el odio y la rabia de los colombianos al anunciar de manera irresponsable que por lo menos 6.402 personas fueron muertas ilegítimamente para ser presentadas como bajas en combate en todo el territorio nacional.
Ahora bien, no se pretende que se oculte la verdad, pero lo mínimo que se espera con este tipo de noticias, es que esta cifra y cualquiera, tiene que estar acompañada y sustentada con nombres, apellidos y número de identificación, para que sea creíble, de lo contrario, cualquiera puede salir a denunciar lo que quiera sin ningún elemento y entonces ¿dónde queda la objetividad, donde está la verdad?
Así como la JEP, no tiene pruebas reales y no tiene como demostrar esta gran mentira al menos no las han dado a conocer a la opinión pública y más bien parece un invento, tal vez con el único propósito de contribuir con la polarización, algo similar sucedió en Venezuela, donde el CNE salió de manera irresponsable a concluir que Nicolás Maduro ganó las elecciones del pasado 28 de julio, por lo tanto, este continuará en el poder por otros 6 años, completando así su tercer periodo como presidente.
Ni los 6.402 ni las actas que dan como ganador a Nicolás Maduro en Venezuela gozan hoy en día de credibilidad, aunque claro para los que odian al expresidente Álvaro Uribe, esta cifra es real, sucedió y se toma como el caballito de batalla para atacarlo y si no pregúntenle a Iván Cepeda que en su biblioteca personal hasta reemplazo la foto de su padre, por una donde aparece este número, así como la no publicación de las actas, les son indiferente a los simpatizantes y los que actualmente están comprados por el régimen dictatorial de Maduro.
Mientras continuemos viviendo a punta de mentiras sin importar el daño que se está causando, tendremos un camino difícil de trasegar, y cada vez será imposible lograr una reconciliación, por eso es necesario e importante que antes de dar un veredicto y dar anuncios que serán determinantes en el futuro de una sociedad, estos deben contar con toda la información y detalles que se requieren para que sean irrefutables y no como ha sucedido con los 6.402 y las actas de elecciones en Venezuela.
Mientras tanto: Ahora en Colombia los buenos son los malos y los malos son los buenos. “El ejército fue el principal responsable de los horrores que se vivieron en el Palacio de Justicia”, así estamos y por eso el total desprestigio y la no credibilidad de todos los “poderes” del estado.