Por: Fernando Álvarez
Muestra la revista Semana una medición del Centro Nacional de Consultoría en la que el camarada Gustavo Petro va de puntero en las encuestas para las elecciones presidenciales del 2022. Con una cifra cercana al 20% de la intención de voto lo pone como un gigante mientras a los demás aspirantes los deja como unos enanitos. A menos que la intención fuera ponerlo como Blanca Nieves, por aquello de que bajo su gobierno se calcula que se multiplicaría exponencialmente el tráfico de cocaína bajo el control del Cartel de las FARC, aliado con el régimen de Nicolás Maduro y su Cartel de los Soles, que sabrán cobrar el amparo que brindan a las llamadas disidencias narcoguerrileras. Habría algo así como patente de corso para que llueva nieve blanca, si los enanitos fueran los derrotados.
La encuesta refleja que la táctica de Petro, que le dio resultados en el pasado, le puede abrir la posibilidad del triunfo para la presidencia esta vez. A la alcaldía de Bogotá llegó porque supo dividir a los contrarios y por ese camino hoy le apuesta a que la fuerza que no quiere que la izquierda llegue al poder no sea un cañón en su contra, sino una escopeta de perdigones. Difícilmente se había visto a la derecha, la centro derecha y la centro izquierda tan atomizadas. Petro, es quizás el candidato con el ego más grande de todos los aspirantes, pero ha logrado que los egos de los demás se le hayan puesto a tono. Cada uno se siente banderillado y ahora todos quieren sacarse el clavo personal, pero no detenerse a mirar a su alrededor y pensar seriamente en el interés general del país.
Hoy la grandeza no es lo que comanda a los demás aspirantes. Cada uno cree ser el llamado a derrotar a Petro y que los demás se le deben sumar automáticamente por el simple hecho de que cada uno cuenta con una diminuta fuerza electoral, que en el mejor de los casos se acerca al 6%. Con excepción de María Fernanda Cabal que se ha revelado como el fenómeno político del momento, los demás hacen de tripas corazones para convertirse en un polo de atracción que concite la unión, pero sin poner nada nuevo sobre la mesa. La Cabal es la única que ha entendido realmente el peligro que se cierne sobre Colombia y sin tapujos llama a detener al Socialismo del Siglo XXI. Es la que aunque no les guste a los antiuribistas y a uno que otro uribista comprendió la frase del expresidente Alvaro Uribe, “Ojo con el 2022”, por lo que no ahorra tarima para denunciar lo que significa un triunfo de Gustavo Petro y sus consecuencias por la ruta venezolana.
Enrique Peñalosa sigue picado con Petro en torno a demostrar que fue mejor alcalde que él. Oscar Iván Zuluaga cree que él es que dijo el presidente Iván Duque y se quiere poner como un conciliador centrista bienintencionado. El exalcalde de Bucaramanga, que ganó como uribista ahora cree que ganará como Petrista. Juan Manuel Galán se cree el cuento de que el favor del electorado se transmite por vía sanguínea y con la ayuda del Consejo Electoral saca pecho con menos de 5%. Sergio Fajardo no se ha enterado de que repetirse a sí mismo no deja nada bueno y con la ayuda de la Contraloría y la Fiscalía ha perdido por completo la iniciativa. Federico Gutiérrez considera que imitar al Fajardo espelucado de hace 4 años, pero con discurso de derecha, es suficiente para ganarse la bendición del expresidente Alvaro Uribe.
Y Alejandro Gaviria que se aspiraba a que fuera el palo, por ser el candidato de los expresidentes Juan Manuel Santos, Ernesto Samper y César Gaviria, se quedó en palillo. Los demás, ni se diga. Jorge Robledo seguirá su eterno estatus de ser constancia histórica, David Varguil será constancia política conservadora y Roy Barreras será la constancia politiquera que ya está contada para Petro. Rodrigo Lara quiere aparecer en la foto pero le falta pelo para moño y sueña con ser la constancia ética pero le falta estética.
El hecho concreto es que, así como van las cosas, Petro va ganar con poco porque los demás creen que lo poco que tienen vale mucho. Y lo único que parece que no tienen es una buena calculadora que les ayude a dejar de hacer castillos en el aire y ranchos de paja mentales porque el tiempo apremia y no hay enemigo pequeño. Y a pesar de que el árbol de las mezquindades no deja ver el bosque de la majestad, es probable que los nietos que no marcan en la encuesta, Paloma Valencia, la nieta de Guillermo León Valencia y Rafael Nieto Loaiza, en un acto de magnanimidad, hayan notado que hay una enana que se ha crecido y que se mantiene con valor a pesar de los rasgos machistas y excluyentes de su propio partido. Y si entienden que salvo que se le quiera regalar en bandeja de plata la presidencia al camarada Petro, deberían correr a apoyarla y ya.
Este acto de grandeza implica dejar el miedo a no ser políticamente correctos, quitarse los complejos de derecha y abandonar la postura del avestruz al imaginar que la polarización desaparece por voluntad propia. Si del otro lado está Petro la cosa política, como decía Vicky, está polarizada y meter la cabeza en la arena no la despolariza. Petro quiere ser Petro el grande y las pequeñeces de sus contrarios le ayudan. Sobre todo, si se juzga por la autobiografía que acaba de autopiratear, en donde, palabras más palabras menos, él es el verdadero héroe del M19, así le haya tocado acomodar una que otra mentira para quedar como el protagonista real y el más comprometido con la revolución socialista.
Esta encuesta asusta a muchos y preocupa a no muy pocos, pero todo indica que no lo suficiente como para que haga deponer ambiciones personales e invite a ponerse la camiseta de enfrentar sin rodeos la posibilidad de la llegada del Socialismo del Siglo XXI al poder en Colombia. Algunos todavía lo subestiman. Piensan que como Semana ahora está más a la derecha que en el gobierno anterior lo pone a marcar alto para que se genere el voto contra y se unan derecha y centro. Otros creen que es lógico porque es el más fuerte opositor al presidente Iván Duque y hoy eso da resultados. Pero en todo caso si los que tienen claro que el enemigo es el comunismo, en todas sus versiones, no se ponen polo a tierra le abrirán inevitablemente la puerta en palacio a los camaradas. Y Ojo que eso puede ser por años como ocurrió en la Cortina de Hierro y ocurre en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ojo con el 2022.