Por: Fernando Torres Mejía
Todo parece indicar que sí, lo inicio el gobierno de Juan Manuel Santos, con el desafortunado proceso de la Habana, que en vez de luchar por una paz estable y duradera, su real intención fue premiar a los narcoterroristas de las FARC hoy Comunes, y ahora el que quiere empeorar las cosas, es el exmiembro del M-19, Petro quien quiere ratificar el error o mejor el “horror” de Santos, buscando que definitivamente en Colombia, la violencia se convierta en el camino que cualquier colombiano pueda optar para vivir sabroso y de paso salir premiado.
Es que el famoso proyecto de ley de “paz total” que en su conjunto pareciera más una retribución o el pago al favor que los grupos armados le hicieron al actual mandatario, quienes con su “trabajo” lograron una importante votación que fue fundamental para llevarlo a la presidencia, cuenta con un articulado que busca dejar en libertad y premiar con cargos públicos a los inocentes e ingenuos “jóvenes de la primera línea”.
Sí, con el polémico artículo 17 que dice “Facúltese al presidente de la república para que, en el marco de la política de Paz Total, pueda otorgar indultos a aquellas personas que hayan sido condenadas por conductas desplegadas en contextos relacionados con el ejercicio del derecho a la protesta”.
Esto no es más que facultar al presidente para indultar a los condenados por delitos cometidos en medio de una protesta o una marcha, e incluso si estos comportamientos están relacionados con las manifestaciones, en otras palabras, esto podría abrir una puerta gigantesca, no solo para los manifestantes, sino para cualquier persona que participe en situaciones donde estén implícitos comportamientos terroristas.
De otra parte, el artículo 16 indica que, “el presidente de la república podrá designar como promotores de convivencia y participación ciudadana a personas que se encuentren privadas de la libertad por conductas desplegadas en contextos relacionados con el ejercicio del derecho a la protesta”.
Estos artículos le darán facultad o mejor autonomía al presidente para que haga lo que se le dé la gana a favor de los jóvenes de la primera línea, quienes no solo asesinaron policías, sino que intentaron quemarlos vivos, quienes degollaron a un motociclista a quien le atravesaron un cable de lado, quienes bloquearon las vías en un intento claro de asesinar a las personas que esperaban los camiones que transportar alimentos y víveres impidiéndoles que continuarán sus recorridos, los mismos que por sus actos demenciales, permitieron que un bebe muriera por no dejar que la ambulancia que lo transportaba pudiera continuar su camino, quienes bloquearon el paso de los buses articulados que es el medio de transporte de las personas más necesitadas a quienes les tocó caminar kilómetro y kilómetros para poder llegar a sus hogares y lugares de trabajo, si a esos criminara son a los que ahora se les quiere premiar y así seguirían y luego continuaran con esta misma “suerte” los narcoterroristas del ELN, los descuartizadores del Tren de Aragua, porque es que esto es lo que realmente busca esta nueva ley de “Paz Total”.
Bastante tenemos con la devaluación, la recesión que está a la vuelta de la esquina, para convertir este país en otra Venezuela, un país donde la violencia, el hambre y la falta de oportunidades se apoderaron de todos sus habitantes, dejándolos sin sueños a merced de la delincuencia y una dictadura que de seguir como vamos, seguramente terminaremos igual.
Para rematar, este viernes, la “injusticia”, perdón la justicia, acaba de dejar en libertad al par de indígenas que fueron capturados por los ataques brutales que perpetuaron de manera despiadada y demencial contra los policías, en hechos que todos tuvimos la oportunidad de ver en los medios de comunicación y en las redes sociales, bajo la premisa que “no existen los elementos legales suficientes para insistir ante el juez de Control de Garantías en una privación de la libertad”, en la misma diligencia la fiscalía aseguro que “los ciudadanos no representan un peligro para el uniformado que resultó lesionado». Entonces será que, para conseguir la paz total, ¿La violencia es el camino?