La peinada de Uribe

Por: Laura Pinzón

Nos encontramos ad-portas de tener un nuevo presidente en Colombia y por tanto, vemos cómo los políticos utilizan sin importar su posición, el populismo en su afán de llegar al cargo más importante del país: la presidencia. Sin embargo, es precisamente este nuevo nombramiento el que llega a cambiar a muchos, pues no se ha comprendido la responsabilidad que exige liderar.

Y, es que fue la descachada del expresidente Álvaro Uribe la que deja mucho que reflexionar sobre lo que son capaces de hacer los políticos por popularidad. Para quienes se perdieron de su actuación, este, se encontró recientemente con la famosa “Epa Colombia”, una escena que se volvió viral y que, en lo personal, considero se falló no solamente del lado del político, sino también de la mal llamada influenciadora.

Para empezar, debo aclarar que no por el hecho de que se crea que sus posturas políticas son diferentes no puedan tener relación o, que uno no debe hablar con alguien que es acusado de vandalismo. No, el error es que se ha caído (en este caso puntual) de que “quien peca y reza empata” y yo, no lo creo; pues, sin importar el delito, la persona o la situación, la justicia debe operar y más cuando las evidencias son irrefutables. Ahora bien, todos merecemos una segunda oportunidad, pero aún no se ha confirmado ni siquiera la procedencia de la fortuna de Daneidy Barrera Rojas, error de Uribe, pues después le saldría algún otro tipo de escándalo y aquí en Colombia, siempre se culpa hasta de la lluvia a este político.

El discurso del expresidente siempre ha sido de tenacidad, perseverancia, trabajo honrado y rechazo a quienes cometen delitos de cualquier tipo ¿por qué su actuación en este caso puntual fue diferente? Quizás porque su discurso necesita nuevos aires. Bueno, muchos me juzgarán por esta consideración o incluso, me tilden de mamerta, pero, es que uno no puede vender principios por fama o si no, vayámonos al otro lado, al de “Epa Colombia” porque ella también perdió seguidores y todo por reunirse con Uribe, incluso tuvo que salir a explicar sus motivos…

Lo cierto es que en la actualidad de coyuntura en la que nos encontramos ya no es dentro de ríos de calma, sino en aguas turbias y tibias. Cuanta preocupación causa esta situación pues, durante años la política ha sido un juego donde el que mejor sepa entretener al público, más fama va a tener. De mi parte aspiro a que Álvaro Uribe retome su coherencia y deje de caer en los juegos que las redes sociales nos quieren imponer, porque que peinada le dieron con este inapropiado encuentro. Y, a la señora Barrera Rojas, esperar que pueda pagar por lo que hizo: destruir bienes de todos los colombianos, quienes mientras ella disfruta de fama, dinero y estabilidad, siguen reclamando a políticos como el ya mencionado, por oportunidades y justicia.

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