Por: Lina María Peña
En la ciudad de Santa Marta se siente más el polvo de la construcción que los avances en una de las obras más importantes que se anunció durante la alcaldía de Carlos Caicedo: la megabiblioteca, un proyecto cuyo costo ronda los $10 mil millones, con retrasos e incumplimientos por parte del contratista Rafael Bejarano Gualdron a quien la alcaldía de Rafael Martínez terminó premiando con una millonaria adición por valor de $2.800 millones firmada el pasado mes de julio, cuando la obra ya debería haber sido entregada a los samarios.
El Expediente le ha hecho seguimiento al tema y el pasado once de mayo publicó la investigación titulada »El ‘elefante blanco’ de $10 mil millones en la alcaldía de Carlos Caicedo en Santa Marta», en la que se informó sobre uno de los contratos más onerosos entregado por la administración local cuando fungía como Alcalde el señor Carlos Caicedo y que su sucesor e ahijado político Rafael Martínez ha defendido a con vehemencia a pesar de las denuncias que se han hecho por los continuos retrasos y por el presunto sobre costo que presenta la llamada Megabiblioteca.
Esta es la cronología jurídica de la obra documentada paso a paso:
La administración de Carlos Caicedo suscribe el contrato 607-2014 del 30 de diciembre del 2014 con el señor Rafael Bejarano Gualdron para la construcción de la primera fase de la mega biblioteca por valor de Diez Mil Millones de pesos y para lo cual se fijo un plazo de ejecución de 5 meses. Después de pasadas estas fechas empieza una de las obras estatales récord en suscripción de otrosí.
8 de julio de 2015 se suscribe acta de suspensión y al mes siguiente se firmó el Otro Sí 001 del 12 de agosto de 2015 del contrato 607-2014 del 30 de diciembre del 2014, en el que se otorga una prórroga de 90 días y además la Gerencia de Infraestructura del Distrito, autoriza un nuevo desembolso al contratista por valor de mil ochocientos noventa y siete millones de pesos. Es decir prácticamente la fecha en la cual debía estar construida la primera fase de la mega biblioteca.
El Mismo 12 de agosto de 2015, se suscribe el contrato 399 con el Consorcio Mega Biblioteca 2015 Representada Legalmente por Alexander Cogoyo Nieto, para continuar con la Fase II de la Mega biblioteca, por valor de Seis Mil Novecientos Noventa y Ocho millones y se entrega un anticipo por la suma de Dos Mil Setecientos Noventa y Cinco mil pesos. Plazo máximo de ejecución tres meses.
El 9 de diciembre de 2015, el secretario de Infraestructura en calidad de supervisor solicita ampliar el plazo suscrito en el otro 001 del 12 de agosto de 2015 y otorga a través del Otro Sí No 02 de 2015 un nuevo plazo de ejecución por 120 días. (contrato 607-2014 del 30 de diciembre del 2014).
El 14 de diciembre de 2015, se firma el Contrato Adicional 001 sobre el contrato 399 suscrito el 12 de agosto de 2015, por valor de $1.216 millones y con la entrega de un anticipo de $700 millones de pesos, es decir, el 50 por ciento del valor del contrato. Para esta fecha igualmente ya se encontraba vencido el plazo inicial del contrato
principal.
6 de mayo de 2016 se suscribe otro si No 03, del contrato 607-2014 del 30 de diciembre del 2014, en el que quedó establecido que a partir del 10 de mayo se otorgaba un plazo por 90 días más para la entrega de la obra, lo cual arrojaba como fecha límite de entrega el 8 de agosto de 2016, en todo caso el plazo no debía exceder el 31 de diciembre de 2016.
8 de agosto de 2016 se firma otro si No 04, de contrato 607-2014 del 30 de diciembre del 2014 y nuevamente se otorgan 90 días más para la entrega de la obra, es decir que el límite de entrega era noviembre 7 de 2016.
Noviembre de 2016, la administración recurre a un nuevo otro si, esta vez el No 5, para ampliar el plazo de entrega para hasta el 31 de diciembre de 2016.
El último documento suscrito a través de otro si se da para el 2017, en el cual se estableció como plazo máximo de entrega julio de 2017.
En respuesta a la investigación de El Expediente que entregamos en el mes de mayo, la administración de Rafael Martínez colocó un aviso gigante en todo el frente de la obra y en la que señalaba que esta debía ser entregada el 31 agosto de este año, además de salirle al paso a las denuncias por la mala planeación administrativa de las obras manifestando que en este modelo de gobierno no existían elefantes blancos y terminó señalando que los recursos destinados para la obras ‘no se habían desviado o perdido como ocurría cuando gobernaban los de antes´
El 8 de agosto de este año el Alcalde Rafael Martínez y su secretario de infraestructura llegaron hasta el lugar donde se adelanta la construcción de la megabiblioteca, allí llegó a inspeccionar la obra que debía entregarse el 31 del mismo mes de agosto y la sorpresa no fue otra sino el evidente retraso que presentaba por lo que le “exigió” al contratista la terminación de la obra de manera rápida y ajustada al Otro Sí que el mismo Alcalde le había otorgado.
La Megabiblioteca es una obra contratada por Carlos Caicedo y su costo y tiempo de ejecución son una papa caliente para la administración de Martínez, por lo que sus pronunciamientos en contra del contratista fueron fuertes y hasta desobligantes, incluso llegó a afirmar que todos los avances que le reportaban eran “chimbos” por lo que los medios de comunicación locales registraron el show mediático orquestado por el Alcalde para hacer creerle a los samarios que el modelo de gobierno que lideran estas dos últimas administraciones son totalmente transparente, obviamente los medios creyeron en las palabras de Martínez y su secretario Sanders Rodríguez sobre su actuación diligente y contundente para exigir la terminación de la obra.
El expediente tuvo acceso a una nueva adición: El Otro Sí No 007 del 27 de julio de 2017, del contrato 607 del 30 de diciembre de 2014, suscrito por el Alcalde Rafael Martínez y el contratista Rafael Bejarano Gualdron. En este Otro Sí se estipulo una nueva adición presupuestal de $2.800 millones la cual no solo le otorga más beneficios económicos al contratista sino que le da un nuevo plazo para la entrega que ahora se haría el 31 de diciembre de 2017.
Con esta nueva información es claro que el señor Rafael Martínez y el señor Sander Rodríguez faltaron a la verdad frente a los samarios y además hicieron una actuación de distracción a los medios de comunicación dando a entender su compromiso con esta obra. Sin embargo, diez días atrás, ya le habían entregado un nuevo recurso y un nuevo plazo al contratista para que de manera tranquila haga la obra, incumpliendo cada que quiera el plazo estipulado en el contrato inicial para la ejecución de esta obra.
Todo este rosario de incumplimientos y gabelas deja un mal sabor sobre la planeación, ejecución de las obras y los recursos invertidos a favor del señor Rafael Bejarano Gualdron, contratista ha sido cuestionado de manera pública incluso antes de haberle entregado este contrato, por la misma Dirección de Planeación Nacional y por veedores ciudadanos en el Santander.
Lo que más llama la atención es que estas adiciones y aplazamientos se dan cuando vienen épocas electorales. Así ocurrió en la época en que Rafael Martínez era el candidato de Carlos Caicedo a la Alcaldía de Santa Marta y con una intensa campaña mediática y publicitaria nunca antes vista en la ciudad hicieron sentir el caudal de de dinero en función de sus aspiraciones electorales.
Ahora el candidato es el propio Carlos Caicedo quien lanzó su precandidatura a la Presidencia de la República con la misma estrategia para sostener las exigencias económicas de la campaña. Hace apenas 7 años, el señor Caicedo expresaba públicamente que no tenía dinero ni para pagarle el colegio a sus hijos y hoy es primer precandidato a la presidencia que posee un bus último modelo en donde hace sus recorridos por la región caribe, por lo que la pregunta obvia es saber de dónde saca los cuantiosos recursos para sostener todo el andamiaje político que genera sus actividades proselitistas.
Mientras todo esto pasa, la administración del ‘buen vivir’ en Santa Marta da cátedra de transparencia y de la implementación de un nuevo modelo de gobierno. Sin embargo, esta ‘megabiblioteca’ es apenas una de las distintas obras que están sometidas a la figura jurídica del Otro Sí donde las adiciones y los aplazamientos están a la orden del día con el desconsuelo para los ciudadanos de tener unos órganos de control locales plegados al poder y son dientes para tomar decisiones que garanticen las buena inversión de sus recursos que como es costumbre van a terminar en función de una campaña presidencial que comienza a mostrar su verdadera cara.
LINA MARIA PEÑA PEÑA
@linnammaria