Un rabino judío habría logrado crear un ser inanimado por medio de la Cábala y que ayudó a los judíos a defenderse de sus enemigos cristianos en el siglo XVI. El Golem es un símbolo de resistencia del pueblo de Israel.
El Golem de Praga es una de las leyendas más fascinantes y misteriosas de la capital checa y del pueblo de Israel. Según la tradición, en el siglo XVI, el rabino Judá Loew ben Bezalel, el líder de la comunidad judía de Praga, fabricó un hombre de barro con el poder de la cábala, la mística judía, para proteger a su pueblo de las persecuciones y los ataques que sufría por parte de los cristianos.
La cábala es una disciplina y escuela de pensamiento esotérico que busca revelar los secretos ocultos de la Torá, el texto sagrado de los judíos. La cábala utiliza varios métodos para analizar los sentidos profundos de las letras, las palabras, los números y los símbolos que componen la Torá. Es un conocimiento reservado solo para los iniciados que han alcanzado un alto nivel de estudio y pureza y de también se practica en las sociedades masónicas.
El rabino Loew era un erudito y un cabalista que dominaba el arte de crear un Golem, un ser artificial hecho de materia inerte que podía cobrar vida mediante fórmulas mágicas. El rabino Loew se inspiró en el relato bíblico de la creación del primer hombre, Adán, a partir del polvo de la tierra. Loew siguió los pasos descritos en el Sefer Yetzirá (Libro de la Formación), uno de los textos más antiguos y enigmáticos de la cábala. Según este libro, el Golem se forma con cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra; se le da vida con el nombre sagrado de Dios; y se le controla con una palabra escrita en su frente en alfabeto hebreo.
El rabino Loew contó con la ayuda de dos discípulos para realizar su obra. Los tres se dirigieron a la orilla del río Moldava, donde moldearon una figura humana con el barro. Luego recitaron versículos del Génesis y pronunciaron el nombre sagrado de Dios, que solo conocían los cabalistas.
El rabino Loew escribió en la frente del Golem la palabra “emet” (verdad), que contiene las tres primeras letras del alfabeto hebreo: alef, mem y tav. Estas letras representan el principio, el medio y el fin de todas las cosas, y también forman parte del nombre sagrado de Dios. Al escribir “emet” en la frente del Golem, el rabino Loew le infundió una chispa divina que le dio vida.
El Golem se convirtió en el guardián y el héroe de los judíos de Praga, que vivían en el gueto de Josefov, rodeados de hostilidad y violencia. El Golem se encargaba de hacer trabajos pesados, como cargar agua o leña, pero también de enfrentarse a los agresores y salvar vidas. Se dice que el Golem evitó una masacre cuando desenmascaró una falsa acusación de asesinato ritual contra los judíos en el año 1389, cuando los judíos fueron acusados falsamente de haber matado a un niño cristiano para usar su sangre en la celebración de la Pascua.
Según la leyenda, el Golem descubrió que el niño supuestamente asesinado estaba vivo y escondido en una iglesia. El Golem lo rescató y lo llevó ante el emperador Carlos IV, quien reconoció la inocencia de los judíos y castigó a los culpables de la falsa acusación. De esta manera, el Golem evitó una masacre que podría haber acabado con la vida de miles de judíos.
Sin embargo, el Golem también tenía un lado oscuro y peligroso. Según algunas versiones, el Golem se volvió cada vez más grande y fuerte, y empezó a causar estragos en el gueto, destruyendo casas y sinagogas. Otras versiones dicen que el Golem se enamoró de la hija del rabino y se rebeló contra él. En cualquier caso, el rabino Loew se vio obligado a desactivar al Golem y esconderlo en el ático de la Sinagoga Vieja-Nueva (Staronova), donde supuestamente aún permanece.
La leyenda del Golem ha inspirado numerosas obras literarias, artísticas y cinematográficas, como la novela El Golem (1915) del escritor austriaco Gustav Meyrink o la película El Golem (1920) del actor y director alemán Paul Wegener o la creación del famoso Frankenstein. El Golem también ha sido visto como un símbolo del pueblo judío, que ha tenido que luchar por su supervivencia a lo largo de la historia.
La conexión entre el Golem y el conflicto entre Israel y Palestina es evidente si se considera que ambos tienen su origen en la aspiración nacional judía de tener una patria propia en medio de un entorno hostil. El movimiento sionista, que surgió a finales del siglo XIX para crear un Estado judío en Palestina, se inspiró en parte en la figura del Golem como un defensor de los derechos y la dignidad de los judíos.
Sin embargo, la creación del Estado de Israel en 1948 también generó un conflicto con los palestinos, que reclaman su derecho a tener su propio Estado en los territorios ocupados por Israel. El conflicto ha provocado guerras, violencia y sufrimiento para ambos pueblos durante décadas, sin una solución pacífica a la vista