Por: Andrés Villota
Manuel De la Rica y Francisco Farrugia compraron en el año 2002, el palacete de estilo francés que había sido propiedad de Ernesto Guevara Lynch y Celia De la Serna Llosa, los padres de Ernesto Guevara alias “El Che”, ubicado en Rosario, Argentina.
La pareja de propietarios, desconectados de la realidad de la post pandemia y ajenos el profundo rechazo que genera los iconos del comunismo tras conocerse la verdad sobre sus múltiples crímenes, estaba pidiendo la astronómica suma de USD$400.000 por la mansión, esperando que algún fanático comunista apareciera con ganas de habitar la misma casa en la que el sicópata del “Che” había pasado sus primeros años de vida. En el año 2021 en medio de la habitual crisis económica que vive Argentina, la pareja tuvo que rebajar el precio a la mitad (USD$200.000) pero sigue sin conseguir un comprador.
Cerca, en Uruguay, están encartados con una escultura de un águila de bronce que pertenecía al barco de guerra Nazi, Graf Spee, que fue auto hundido en el Río de la Plata, por su capitán, para que el enemigo no tuviera acceso a su avanzada tecnología. Hoy, nadie quiere pagar los $10 millones de dólares que están pidiendo los buzos que rescataron el águila, ilusionados porque iba a aparecer algún fanático comunista que la comprara.
El Parlamento Europeo había aprobado una resolución que condena los crímenes cometidos por los comunistas en toda Europa por tratarse de crímenes idénticos a los cometidos por los comunistas del partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NAZI) de Adolfo Hitler y del partido Nazionale Fascista (PNF) de Benito Mussolini que, previamente, habían sido condenados.
Hizo extensiva la condena a todos los partidos y movimientos comunistas porque se dieron cuenta que solo condenando al comunismo Nazi y al comunismo Fascista, estaban dejando por fuera de la memoria histórica al resto de movimientos comunistas sanguinarios.
Por eso, “pide a todos los Estados miembros de la Unión que hagan una evaluación clara y basada en principios, de los crímenes y los actos de agresión perpetrados por los regímenes comunistas”, denunciando que en algunos Estados siguen existiendo, en espacios públicos, monumentos y lugares conmemorativos que rinden inmerecido homenaje a la barbarie comunista.
En España, por ejemplo, durante los gobiernos del partido Socialista Obrero Español (PSOE) se le rindió inmerecido homenaje a un genocida del tamaño de Francisco Largo Caballero, líder supremo del PSOE, creador del “Terror Rojo” al que se le adjudica la responsabilidad directa de la masacre de más de 22.000 españoles que se oponían a su plan de convertir a España en otra Unión Soviética.
Largo Caballero exterminó al clero católico, a los empresarios y a todos los españoles conservadores indefensos que no pensaban igual a él y a su partido de ultraizquierda. La estrategia de exterminio de los católicos españoles creada por un genocida como Largo Caballero fue replicada por otros comunistas como José Stalin en el exterminio de la oficialidad polaca y por Adolfo Hitler en el exterminio de los judíos alemanes. En Madrid, se retiraron varias placas conmemorativas del “Lenin español” que, por su cercanía personal y por utilizar sus mismos métodos genocidas, debería ser mal recordado como el “Stalin español”.
Al parecer, en el único lugar del mundo en el que una minoría le sigue rindiendo homenaje a la memoria de un comunista asesino, es en la plaza central del campus bogotano de la Universidad Nacional de Colombia, dónde la imagen del Che es resguardada y venerada por una Guardia Pretoriana, minúscula, que se opone al deseo de la gran mayoría de los estudiantes para que sea retirada y puedan liberarse, finalmente, del estigma de “comunistas” que le cierra las puertas del mercado laboral a los egresados de la mejor universidad colombiana.
El estigma de ser comunista no es un problema ideológico o de preferencias electorales, se trata de un grave problema de falta de capacidades, de falta de competencias para vivir en una sociedad contemporánea y de la ausencia total de conocimiento para ser útiles al interior de una economía de mercado. Hasta la forma en la que hablan, con “lenguaje incluyente”, es motivo de burla y son descalificados por tratarse de personas que son consideradas como poco cultas y mal educadas.
Es un grave problema de percepción porque los comunistas son considerados, además, como violentos, neandertales, salvajes, bárbaros, trogloditas, radicales que se tornan agresivos en los debates ante la ausencia total de argumentos y de no tener la capacidad de utilizar su sentido común, lo que constituye una gran injusticia porque la gran mayoría de los estudiantes y egresados de la Universidad Nacional, se opone a la violencia y no comulga con el credo del comunismo.
El rechazo al interior de la sociedad, crece todos los días. En Colombia, por ejemplo, la gente asocia al comunismo con ignorancia, corrupción, terrorismo, violencia, saqueo, secuestro, extorsión, pedofilia o rapto y tráfico de niños. Tal vez, por eso, los movimientos comunistas de la Alianza Verde, la Colombia Humana, el Polo y las FARC (Comunes) ocuparon los últimos lugares en las elecciones de los Consejos de la Juventud que se realizaron entre los jóvenes colombianos de 14 hasta 28 años de edad.
Los artistas fanáticos comunistas pierden cada vez más audiencia y ya no los quieren contratar porque la taquilla y el rating de las obras o de las películas en las que participan, se cayó. La gente está hastiada del activismo político farandulero por su permanente contradicción entre lo que dicen y lo que hacen. Además, en el mundo de la post pandemia, nadie confía en las celebridades o en los youtubers y demás creadores de contenidos inútiles en medio de una tragedia, por razones obvias. Hasta los deportistas activistas del comunismo como la futbolista Megan Rapinoe y el piloto Lewis Hamilton con su esclava blanca, son repudiados por gran parte de los seguidores de sus disciplinas.
Actitudes hipócritas como la de Rene Pérez alías Residente que desde su mansión en Beverly Hills pontifica sobre la pobreza y la desigualdad en América Latina, genera rechazo entre los jóvenes latinoamericanos más inteligentes que no entienden, probablemente por el pésimo uso del español de Rene, la enorme contradicción entre su discurso marxista y su estilo de vida de magnate capitalista.
La misma actitud hipócrita de la maniaco-cantante chilena Norma Monserrat Bustamante Laferte alias Mon Laferte reconocida activista comunista y pro-aborto que incita y justifica la violencia en su natal Chile desde la comodidad de su mansión vecina a la de Residente. Es tan alto el grado de deterioro y trastorno mental de Mon Laferte que ante los reclamos de sus fans por haberlos instigado a realizar actos terroristas que los llevaron a la cárcel, lo trató de solucionar inventándose que la policía chilena era la que había quemado el metro y varias iglesias en Santiago.
A propósito de Beverly Hills, las armerías de la ciudad no dan abasto para atender la demanda de armamento de las celebridades comunistas que exigieron que se acabara con la policía y que defendieron a ultranza los derechos de los hampones y de los terroristas de BLM y ANTIFA, diciendo que los saqueos a las tiendas de Louis Vuitton y Gucci eran legítimas porque estaban ejerciendo su derecho constitucional a la protesta social.
La devaluación más alta del comunismo, en el mundo, se presenta en los Estados Unidos. Las exigencias irracionales del ala comunista del partido Demócrata presionaron a un debilitado Joe Biden, por su elección espuria, que tomó muchas decisiones absurdas que llevaron a la debacle económica, social, institucional y moral de la otrora nación más próspera y poderosa del mundo. Frente a esa debacle, los Bidenistas colombianos que satanizan la gestión del presidente Donald Trump, hoy se esconden en las páginas de Cambio, al ver el desastre que apoyan y patrocinan desde acá.
La plataforma, GoFundMe, especializada en recolectar fondos para financiar movimientos comunistas, decidió robarse la plata de los aportantes a la causa de los camioneros canadienses por no tratarse de un grupo terrorista como ANTIFA o BLM a los que sí le entregaron completas las donaciones que sus principales cabecillas usaron para comprar lujosas mansiones o contratar el servicio de costosas prostitutas. Firmaron la sentencia de muerte de las plataformas que recaudan donaciones. Otro motivo más de rechazo de la sociedad a los comunistas.
Todos los días se devalúa el comunismo porque la sociedad ya se dio cuenta que se trata de una teoría anacrónica que ha sido utilizada como el disfraz del totalitarismo que ha pretendido dominar a la humanidad. Hoy, la pelea, ya no es entre Derecha e Izquierda, la batalla que se está librando en el mundo, es entre la libertad y la esclavitud comunista.