Por: Duván Idarraga
Como tuve la oportunidad de escribir antes de finalizar el 2022, el panorama económico para el 2023 no pinta nada bien. Una de las causas de ese complejo panorama está relacionado con el resultado de la inflación y el impacto que tendrá en el desempeño económico del país en el año que inicia. La inflación del 2022 cerró en 13.12%, la más alta en años recientes; después de algunas décadas volvimos a resultados de dos dígitos. Además, la segunda más alta de América Latina, solo superada por Argentina que no es referente de buen manejo económico. Al evaluar este resultado y revisar los últimos dos años menciono dos variables que tuvieron mucho que ver en el resultado actual:
Primero, es claro que hay fenómeno mundial; factores como la crisis de contenedores que afectó de manera considerable el libre y oportuno movimiento de mercancías a lo largo y ancho del mundo tuvieron un impacto fuerte en la inflación; no obstante, los resultados de Colombia eran de los mejores en América latina hasta gran parte del primer semestre de 2022.
Segundo, otro elemento que afectó de manera considerable el resultado de la inflación del país estuvo relacionado con el bloqueo criminal de marzo a junio del 2021. Es innegable que esos bloqueos afectaron drásticamente todo el aparato productivo del país lo que impulsó de manera considerable el incremento en los precios de gran parte de elementos de la canasta familiar. Así lo demuestra un análisis realizado por el Banco de la República que concluyó que desde junio de 2021 “los precios de los alimentos aumentaron en Colombia 12 puntos porcentuales más que en otros países OECD y 7 puntos porcentuales más que el resto de America Latina.”
Por otro lado, desde la elección del señor Petro como presidente (y más acelerado desde agosto del 2022 con su posesión) también es claro que se generaron situaciones que dispararon la devaluación lo que terminó afectando nuevamente los precios de productos colombianos. Quedó estadísticamente demostrado que acciones y decisiones del nuevo gobierno tuvieron impacto considerable en la devaluación del peso y por ende afectaron negativamente la inflación, ya que muchos de los productos que se consumen en Colombia son importados; al tener una divisa más costosa necesariamente los productos se encarecieron aún más. Lo anterior quedó demostrado según análisis del ex Ministro de Hacienda Jose Manuel Restrepo: “A partir del mes de agosto/2022 la relación entre inflaciones observadas contra los promedios históricos mensuales paso de 3 veces el promedio histórico (enero a julio/2022) a 9,7 veces (agosto a diciembre/2022).”
La decisión del gobierno Petro de acelerar el incremento en el precio de los combustibles en Colombia (a pesar de que gobernó el presidente Duque había dejado los recursos y el esquema para mantener el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles y por ende no incrementar el precio de manera acelerada) implicó que en los 4 meses que lleva, el valor de la gasolina subiera casi $1.000 por galón, aproximadamente un 10%. Para nadie es secreto el impacto directo que tienen las alzas en los combustibles frente al incremento en los precios de bienes, productos y servicios que consumen los colombianos, generando presiones inflacionarias.
Se conoce en redes sociales una posible decisión del gobierno de acelerar aun más el incremento del precio de los combustibles en el primer semestre del 2023 (algunos hablan puede llegar a $15.000 el galón, un 50% más que el actual; otros que llegaría a $18.000, un 80% más que el actual). Si eso se materializa, tendría un gravísimo impacto en el precio de los productos y dispararía a niveles inesperados la inflación en el país. Espero que prime la sensatez y sean solo especulaciones.
Otro elemento que igualmente afecta de manera negativa la inflación está ligado con los incrementos que se dan principios del año y que están indexados con el IPC del año 2022; ello a pesar que en el gobierno del presidente Duque modificaron los esquemas de incremento para que estuvieran ligados a la inflación y no al incremento del salario mínimo. Todos estos productos y servicios subirán un 13.12% y no el 16 %. No obstante, dicha alza también generará impacto inflacionario.
Es claro que lo aprobado en la reforma tributaria del actual gobierno también tendrá impacto en la inflación del país: Por un lado, se eliminaron exenciones que favorecían a los consumidores en temas como el impuesto al consumo del 8% que se retomó a partir del primero de enero; por otro, se pasó de cobrar un 5% al 19% en el IVA de los tiquetes aéreos. Mas grave aún, fueron gravados con IVA diferentes elementos de la canasta familiar, pese a lo ofrecido en campaña por el actual presidente.
Como pueden observar, es muy preocupante el resultado de inflación del 2022; pero lo es aún más la manera en que se puede impactar en el 2023 con las situaciones y escenarios comentados. Espero que la Junta Directiva del Banco la República, en cumplimiento de su mandato Constitucional, rápidamente genere decisiones que permitan un control efectivo de la inflación. Por otro lado, aunque todo indica que será lo contrario, que el gobierno propenda por una reducción sustancial de sus gastos para disminuir la presión inflacionaria. Por ultimo y no menos importante, recordar que la inflación es el “impuesto” indirecto más nefasto para los colombianos, en especial para los más necesitados; cualquier medida que permita controlarla será en beneficio de todos, más para ellos.