Por: Fernando Torres Mejía
Aunque no todo es impunidad total, porque ya es costumbre que a los que defienden la democracia y la institucionalidad, si los persigan y les inventan testigos y casos falsos para condenarlos y mostrarlos como trofeos de guerra, como es el caso del general Jaime Uzcátegui condenado por lo ocurrido en Mapiripan y el coronel Jesús Armando Arias Cabrales quien junto defendió y rescato el Palacio de Justicia de manos de los narcocriminales del M-19, que por cierto el actual presidente hizo parte de este grupo de delincuentes y terroristas que acabaron con la vida de prestigiosos seres humanos y juristas, todo esto por cuenta de una justicia politizada, corrupta y que se acomoda al mejor postor y que con la famosa Ley de sometimiento que se discutirá en el Congreso, sí que vamos a vivir “sabroso” sobre todo la gente de bien, que se nos acabara la poca paz en la que hoy vivimos, al igual que la tranquilidad todo por cuenta de la inseguridad y violencia que vamos a tener en los próximos meses por cuenta de ese proyecto y por la famosa Paz Total o tratado de impunidad que se está “negociando”.
Vivimos en un país con el narcotráfico desbordado, con narcoterroristas y narcoguerrilleros como la segunda Marquetalia a la que por cierto están tratando de tirarle un salvavidas y que seguramente se volverán a burlar de los colombianos, que continúan asesinando, extorsionando, secuestrando, desplazando y quemando vehículos como lo que pasaba antes de 2002 y todos ingenuamente están esperando el apoyo de nuestras fuerzas militares, pero se les olvida que por orden del Gobierno les prohibió expresamente y, por el contrario, se tienen que “arrodillar” ante los grupos armados, so pena de ser condenados por rebelión y quien sabe que más, pero además la delincuencia y la violencia por las nubes, en otras palabras pareciera que se están convirtiendo en sus socios, y los comandantes del ejército, policía, armada y aviación, se volvieron cómplices de este guerrillero que tenemos como presidente, pues no quieren actuar y muchos están prefiriendo renunciar como lo vemos a diario, donde en lo corrido del año van 112 oficiales y 43 suboficiales que se han retirado por cuenta del inconformismo y por el cese al fuego planteados por este gobierno y sus superiores.
El país volvió a la época del terror la desesperanza la incertidumbre y la angustia, en muy poco tiempo vamos a tener que encerrarnos de nuevo en nuestras viviendas y no volver a recorrer las vías de nuestro hermoso país, para evitar las pescas milagrosas, también aparecen actores de alta peligrosidad como los mal llamados indígenas quienes secuestran y asesinando policías y conductores de camiones de basura, que además se toman las instalaciones del Congreso, sin que se les pueda juzgar ni tocar ni tan siquiera con el “pétalo de una rosa”, mientras la familia Petro y la conductora elegida del “elicotero” celebran los horrores que a diario se están cometiendo en el país ,
Pero es que además, y no estoy exagerando, con la famosa Ley de sometimiento o de humanización, tendremos excarcelación inmediata de 3.600 o 6.400, (aún no se cuenta con un número real) de delincuentes quienes recuperaran su libertad y se legalizara el narcotráfico con lo cual este país va por muy mal camino. Ni que decir de la propuesta de Francia Márquez, de legalizar la coca bajo la premisa “con esto se terminaría la violencia”, pero de inmediato de la oficina de investigación de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, manifestaron que esto “no acaba con la violencia y que, por el contrario, la situación sería mucho más compleja”. Los cultivos de siembra de coca aumentaron en un 35% y ya contamos con aproximadamente 300.000 hectáreas y eso que no la hemos legalizado, ¿se imaginan si le aceptamos lo de la Márquez?
Contamos con un fiscal general de la nación, que está cuestionando tanto el plan de desarrollo, como la Ley de humanización o sometimiento, pero como todos los funcionarios de este país, ojalá no se nos vaya a torcer y continué con esta oposición férrea para protegernos de estos salvajes y arrogantes como los son el presidente y su vicepresidente quienes no aceptan que se les critique porque de inmediato vienen sus represalias, en otras palabras tenemos la esperanza en Francisco Barbosa y en la procuradora Margarita Cabello para que se hagan los filtros correspondientes, pues ya sabemos que en el Congreso estas reformas pasaran sin mayores traumatismos.
Vamos muy pero muy mal, y quisiera comentar sobre las reformas pensional, laboral, de salud, agraria, la reforma política, un poco más de la ley de humanización o sometimiento, así como de lo que está sucediendo con los subsidios de vivienda y el programa “Mi Casa Ya” que mantiene a 40.000 familias en vilo, de las consecuencias de estas reformas en general para la inversión tanto nacional como extranjera, crecimiento de la industria y el comercio, productividad, generación e inflación, pero son demasiados temas, por ahora prefiero concluir esta columna con lo que decía el guerrillero Gustavo Petro cuando era candidato y desde ese entonces el mismo se autoproclamaba como un hampón, de acuerdo a sus precisiones
“La paz no se habla con hampones, eso fue lo que hizo Álvaro Uribe, la paz no se construye con hampones, porque entonces el gobierno es un hampón”
“La guerrilla colombiana ha cometido delitos de lesa humanidad que “en Colombia llamamos delitos atroces”.
¿Los mismos delitos atroces que han cometido los narcotraficantes? “¿Deben ser indultados?”
“La sociedad colombiana no puede permitir esta clase de perdones, porque vendrán nuevos personajes a cometer peores delitos que los que se han cometido en el pasado”
En otras no podemos seguir siendo pasivos frente a la Impunidad total, legalización del narcotráfico y otras del gobierno del cambio