Por: Julio César Leal Duque
Hemos visto en lo que va de este gobierno un bochornoso espectáculo donde para generar cambios en algunos sectores, el gobierno desde el principio ha presionado las reformas a través del recorte de ingresos para las empresas y el aumento desproporcionado de la burocracia. No pagar, desistir de los contratos, entre otros, el mecanismo que muchos seguramente pensaron que no pasaría mientras los amigos políticos permanezcan en elpoder.
El panorama ha dejado ver una deficiencia imperdonable en las empresas, muchos gerentes y administradores pensaron e hicieron lo que no se debe hacer, “TODOS LOS HUEVOS EN LA MISMA CANASTA” -depender de los ingresos del Estado fue convertir a muchas de esas empresas en empresas estatales-; muy pomposos y vanidosos mostrando los cartones en prestigiosas universidades de todo el mundo, mientras entregaban la caja -por la ambición- a los políticos de turno; empresas listadas en bolsa que utilizan -o han utilizado- los recursos de los accionistas para pagar campañas políticas y ahora que el comunismo se quiere apoderar del país proponiendo hasta constituyentes, tienen la desvergüenza de salir en los medios de comunicación, no solo a defender lo que hicieron, sino a decir que no se puede satanizar la relación con los políticos. Y ponen cara de ternura y todo.
La realidad está superando la ficción hace rato, lo que sucede es que reconocer, y sobre todo, responder por los daños nadie quiere, sobre todo cuando las pérdidas se pueden trasladar a los de siempre, a los más bobos.
Es tan grave el asunto, que algunos ya quieren salirse del problema trasladando el problema a otro inversor, capitalizar en el exterior y vender el entuerto. Entrar a las bolsas del exterior.
La reflexión es, si como sociedad seguimos aplaudiendo mientras el barco se hunde o los accionistas y los ciudadanos empiezan a exigir. Todos sabemos que las reformas que vienen del gobierno no son correctas, no puede quedar todo en manos del Estado, los malos administradores ya se han arrodillado engañando a los accionistas diciéndoles que, es que las empresas tienen muchos empleados y que la supervivencia depende de las rodilleras, sin pensar en la diversificación del ingreso. La competencia que es la que favorece al mercado, ni siquiera se menciona. Apegados a las malas prácticas y deseando volver a lo mismo. El mal ejemplo crece todos los días, al igual que la cobardía.
Los políticos deben renunciar al presupuesto desproporcionado que tenemos que es altamente ineficiente, llegan al poder a crear ministerios, aumentar la deuda pública y secretarias en los municipios sin sonrojarse siquiera, y los empresarios deben dejar de depender de la teta del Estado. Permitimos administradores en las empresas que noadministran y comisiones económicas en el congreso sin economistas. ¡Toda una belleza!
La sociedad no les exige a los políticos, pero tampoco les exige a los administradores que dejen las malas prácticas. Tenemos endiosado a más de un burro.
Si seguimos aplaudiendo el barco se hundirá y la victoria será de quienes les encanta la miseria como mecanismo para progresar de forma individual.
Hay que eliminar las ineficiencias del mercado y reducir por lo menos al 50% el tamaño del Estado.