Por: Andrés Villota
La economía global está saliendo del coma al que fue inducida por culpa de las cuarentenas decretadas en la mayoría de los países del mundo para evitar la propagación de la pandemia. Esta tragedia ha sido aprovechada por algunos (los mismos de siempre) para decir que se debe replantear el capitalismo porque “fracasó” y que se debe transitar hacía un nuevo modelo económico “más justo”.
En los muchos webinares que asistí, pude ver a los empresarios y a los expertos en economía hablar con base a cifras y datos, planteando soluciones reales, posibles y pragmáticas para reactivar la economía mundial, mientras que vi erráticos, etéreos, sin soporte técnico a los que proponen “resetear” al mundo y poder llevarlo hacía un modelo en el que no exista la “desigualdad”. Ninguno de los “reseteistas” pudo explicar cómo se hace ese cambio, sobra decir.
Una vez más, le condonaron la deuda publica a Haití. Lo han hecho en todas las grandes tragedias que ha sufrido el pueblo haitiano, sin embargo, sigue siendo el país más pobre de todo el hemisferio occidental. Paradójicamente, durante la cuarentena obligatoria, los países más ricos aumentaron considerablemente su riqueza. Según el Financial Times, por ejemplo, el patrimonio neto de magnates como Jeff Bezos se incrementó en $73 billones de dólares americanos y los patrimonios netos de Mark Zuckerberg y de Elon Musk se incrementaron en $45 billones de dólares americanos.
Hace un siglo, Argentina era el país más próspero de América Latina hasta que llegó Juan Domingo Perón y con sus medidas populistas que, supuestamente, estaban encaminadas a implementar un modelo “más justo” y “sin desigualdades” acabó con la riqueza de un país que le pudo dar de comer al mundo durante el periodo de las Grandes Guerras. El presidente Mauricio Macri trató de sacar al país del estado calamitoso en el que se encontraba como consecuencia del Socialismo del Siglo XXI que implementó la pareja de Néstor y Cristina Kirchner bajo las órdenes de Hugo Chávez, pero los artistas y demás miembros de la farándula porteña salieron a las calles a protestar porque Macri iba a adoptar medidas “neoliberales” haciendo caso a las imposiciones del “imperialista” FMI.
Hoy, Argentina, es un país que va rumbo a la quiebra. La pobreza aumenta, la migración de argentinos a Uruguay se incrementa, el éxodo de las grandes empresas multinacionales y las corridas de capitales crecen con el paso de los días ante la enorme incertidumbre que plantea el retorno del Kirchnerismo al poder que ha seguido al pie de la letra con la receta perversa que llevó a la quiebra a Cuba y Venezuela, y que en este momento está llevando a México y a España por la misma senda de la miseria en nombre de la igualdad, de la inclusión y de la justicia social.
La caída en los ingresos del Estado por cuenta de la destrucción del aparato productivo, lleva a los gobiernos a la emisión de deuda pública y a la emisión primaria de dinero. El erario público es utilizado para pagar la nomina del enorme aparato estatal que crece todos los días con la aparición de nuevas vicepresidencias, ministerios o agencias. También se gasta en subsidios, en la financiación de los medios de comunicación para que oculten la verdad y en la financiación de las ONG que apoyan causas como la mitigación de los efectos del cambio climático, el anti racismo, la migración ilegal, la legalización del aborto o el feminismo. En España, en medio de esta catástrofe, el gobierno de Pedro Sánchez le entregó $26 millones de Euros a ONG de feministas, y paga el alquiler de hoteles para darle albergue a los inmigrantes ilegales que llegan a las Islas Canarias o Baleares mientras que a diario se quiebran empresas de españoles por doquier.
La debacle económica de la Unión Soviética no solo fue causada por el enorme esfuerzo que significó mantener a economías parasitas como las de los países miembros de la Cortina de Hierro o de países como Cuba sino también, por no existir el respeto por los derechos fundamentales, las libertades económicas, la propiedad privada o condiciones laborales dignas, lo que trae como lógica consecuencia que se pierda el incentivo natural que tienen los mercados para buscar la eficiencia, la competitividad y la productividad para que la economía tenga más y mejores ingresos. Eso podría explicar la razón por la que los países capitalistas salieron mejor librados en medio de la coyuntura actual que los países con gobiernos socialistas.
El modelo capitalista no fracasó, por el contrario, se fortaleció y demostró que es el único modelo que puede contribuir a reducir la pobreza, eliminar la desigualdad y a lograr la justicia social entendida como igualdad de condiciones y de oportunidades para todos que, son imposibles en los regímenes totalitarios en los que solo existe oportunidades para los pocos miembros de la elite cercana al régimen.
Como el capitalismo no fracasó, surgió la propuesta de la “Acción Directa” del francés Georges Sorel para crear el caos, destruirlo todo y poder precipitar el final del capitalismo y la llegada de la revolución final, pero solo tuvo acogida entre unos pocos burgueses y snobs de su época. En este momento, la humanidad, tiene prioridades e intereses muy diferentes a salir a las calles a crear el caos y destruirlo todo. El reseteo del mundo se les embolató.