Por: José Miguel Santamaría Uribe
El año 2020 fue un año durísimo para la economía colombiana, el gobierno tuvo que hacer gastos extraordinarios para menguar los daños provocados por la pandemia del coronavirus, inclusive sin pandemia la situación fiscal estaba ya complicada.
Entre los entendidos existe un consenso acerca de la necesidad de una reforma tributaria que pueda generar alrededor de 20 billones de pesos adicionales de recaudo que adicionado a la operación entre ISA y Ecopetrol de 14 billones se pueda cubrir gran parte de la tronera que existe.
Pero las razones económicas son diametralmente diferentes a las políticas, es totalmente inconveniente tramitar una reforma tributaria en un año preelectoral, ya que es entregarle herramientas a la izquierda para hacer campaña y ganar las elecciones.
Nunca el progresismo o la izquierda ha estado con tantas posibilidades de llegar al poder y darle la posibilidad de mostrar que se quiere poner IVA a productos de la canasta familiar es dar un papayaso muy grande, lo utilizarán diariamente en campaña, aunque técnicamente se puede demostrar que la devolución funciona y que el costo para los menos favorecidos es marginal, en campaña eso no cuenta.
El país puede aguantar un año sin la reforma, puede que alguna de las calificadoras de riesgo le baje la calificación, yo personalmente prefiero ese riesgo a que suba un gobierno populista tipo Venezuela, si eso sucede el efecto cascada de baja de calificaciones será grande.
Esperemos que el gobierno recapacite y no la presente, y mas bien busque como apretarse el cinturón y acabe con gastos innecesarios.