Por: Victoria Arana
Algo más de una década ha pasado desde que Juan Manuel santos llevando más de la mitad de su periodo presidencial, fue picado por el bicho de lograr un “acuerdo de paz” y dio un vuelco traumático a su plan de gobierno e inició su segunda campaña presidencial para poder continuar en el período 2014/2018; desde entonces Colombia ha estado inmersa en un estado máximo de división político social, ya que se generaron choques de trenes titánicos e inevitables por el surgimiento de nuevas normas (para el acuerdo de paz) que se encontraban de frente, con leyes preestablecidas y al mismo tiempo encararon con daga y espada a la Constitución nacional; lo que no sabía Juan Manuel santos era que se estaba jugando una carta que le representaría alcanzar su más grande ambición: el mentado premio Nobel de la paz, pero a la vez edificarse un flanco débil y volverse cada vez más vulnerable con el paso del tiempo y hoy pudimos notarlo: ¿Juan Manuel santos le escribe a la ONU, solicitando que no permita que el actual gobierno de turno, haga un mal uso del acuerdo de paz?.
Existen cosas que nunca pudimos entender cómo: ¿Porqué crear un acuerdo de paz cuando obviamente en esa época teníamos más paz que ahora?, por otro lado nadie pensó en las víctimas de las guerrillas, que seguían con sus heridas en carne viva y esto fué como echarles sal y limón; por último, las guerrillas que pretendían hacer la paz, o sea las Farc, no representaban el peligro que están representando ahora, estaban bastante menguadas y acorraladas.
Todo este preámbulo viene, a que tras lograr la victoria Gustavo Petro en las elecciones del 2022, nos enfrentamos hoy, a un reencauche del mismo tema, con el que Juan Manuel santos nos martilló psicológicamente; lo gracioso de esto, es que empezamos a ver alfiles, peones y caballitos de La Paz, arrepentidos tratando de tapar el sol con un dedo, de suturar heridas con hilo de papel, y con el propósito de ser considerados como alternativas para la próxima salvación de Colombia y realmente convencen.
Empecemos por Ingrid Betancourt quien ahora es contundente, bastante frentera y tajante contra el ex miembro del m-19 hoy presidente; no olvidamos que en su época de recién liberada del secuestro, decidió demandar al estado que le salvó la vida, porque según ella no le cumplieron garantías y aplaudió con vehemencia euforia y excitante felicidad, el acuerdo de paz de Juan Manuel santos, pero en estos momentos pareciera que no acepta que ella propulsó y promovió la causa que está generando los agravios contra los cuales actúa, lucha y se queja.
El ex ministro Gaviria quien con su coraza antifascista invirtió esfuerzos, mente y creatividad para poder hacer dentro de sus medios, que aceptaran la famosa paz de Santos, hoy día es el principal profeta que lanza las más acertadas premoniciones sobre los desastres del gobierno Petro, pero nunca entenderé por qué jamás pudo premonizar los desastres que se vendrían después del acuerdo de paz que él tanto defendió.
Catherine Juvinao activa y valiente líder política de juventudes, hoy es una contundente y coherente opositora del actual gobierno pero, no entendemos tampoco por qué la emocionó un acuerdo de paz que lo único que propendió fue que no tuvieran que trabajar verdaderos vagos y no solo vagos sino asesinos y terroristas cómo son los de las FARC.
Catherine Miranda otra exponente juvenil con mucha energía y predisposición lástima que mal enfocada en su momento, no fué capaz de detectar para ese entonces, que se estaban “noveleando” (no existía la palabra abudineando) los recursos de Colombia para la tal paz, quejándose de que quiénes no estábamos de acuerdo queríamos volver trizas a su amada paz. En este momento es contra esos mismos guerrilleros que ella moría por verlos firmando un acuerdo de paz , que hoy lucha en el congreso para que no vuelvan TRIZAS el sistema de salud.
No sigo con la lista de expacíficos santistas porque es bastante larga y perturbadora, para mencionar la cantidad de arrepentidos que al día de hoy no saben qué hacer, aunque hoy resalto y acepto que sus luchas son necesarias válidas, coherentes y aceptadas, es estridente el ruido que se produce al verlos no saber qué ponenciar, qué proponer y cómo frenar este armagedón que tenemos encima con el gobierno Petro, acabando la salud, acabando el petróleo, acabando el ahorro acabando la tranquilidad, queriéndose reelegir con la excusa abusiva de reciclar aquel acuerdo de paz de Juan Manuel santos, para perpetuarse en el poder y sobre todo favoreciendo criminales y guerrilleros, gracias a las puertas que se le abrieron para poder llegar a la presidencia con la efímera causa que le otorgó el tan anhelado y deseado Nobel a Juan Manuel santos.
Nunca fueron defensores de la paz simplemente fueron y son contrabandistas de la palabra Paz.