Por: Fernando Álvarez
La columnista mamerta confesa, militante irredenta de izquierda desde sus encuentros cercanos con el lider guerrillero Jaime Bateman y simpatizante no vergonzante de la extrema izquierda, María Jimena Duzán, se va lanza en ristre en una columna titulada “Cabal, la candidata perfecta de Uribe”, contra la aspirante presidencial no vergonzante de derecha, María Fernanda Cabal, escrita en su nueva trinchera internacional del diario El País de España, desde que la sacaron de la revista Semana, cuando llegó Vicky Davila a acabar la guachafita progresista con la que tenían cercado a Felipe López Caballero los columnistas mamertos que se habían enseñoreado en la publicación, bajo la dirección del yupymamerto Alejandro Santos Rubino, hijo de Enrique Santos Calderón, aquel columnista de izquierda, compañero de armas de Gabo en su revista Alternativa, en sus épocas de comunista no vergonzante y simpatizante confeso del legendario dictador cubano Fidel Castro.
Fue cuando Semana cayó en las garras del santismo-mamertismo y el sobrino del expresidente Juan Manuel Santos Calderón, hermano del columnista izquierdista y ahora premio Nobel de la Paz, disparaba contra los supuestos enemigos de la paz porque se oponían a que los criminales de lesa humanidad de las FARC quedaran en la impunidad. Porque no querían que se firmara una paz mentirosa y que se llegara a unos acuerdos para que cinco pelagatos de la cúpula de las FARC se desmovilizaran y tuvieran curules en el Congreso mientras el grueso de los miembros de sus fuerzas armadas suvbversivas seguían en sus andanzas narcoguerrilleras, ahora desde Venezuela como campamento, disfrazadas de disidencias, de la Nueva Marquetalia y reencarnadas en el ELN, que ahora es el duro, el que maneja el control de la coordinadora narcoguerrillera.
La famosa columnista mamerta llama a la Cabal negacionista de derecha porque no le hace coro a la propaganda negra de los comunistas sobre las cifras infladas de la “Masacre de las bananeras”. Cifras que cualquiera que se dé seriamente a la tarea de investigar terminará como neganocionista de derecha porque los guarismos de la “Masacre de las Bananeras” son producto de la imaginación del padre del realismo mágico, el premio Nobel de Literatura colombiano, Gabriel García Márquez, que en licencias literarias se permitía los retruécanos y la geminación númerica pero que llevadas a la política se vuelven oximorones, metominias o, en castizo, tergiversaciones, cuando no maniqueismo puro y simple. Tal como se multiplican exponencialmente los muertos de la UP, los dígitos de los llamados “falsos positivos” y las cantidades de las desapariciones forzadas en los cada vez más inflados relatos izquierdistas.
El mismo escritor que con su prodigiosa pluma ingenió el Macondo que pretende ignorar la periodista mamerta, con el cual Gabo intentaba mostrar una realidad confusa, ambivalente, paradójica, contradictoria e inverosímil en un país signado por violencias que mágicamente los negacionistas de derecha desconocían cuando eran protagonistas los chulavitas y los negacionistas de izquierda, como Gabo, ignoraban cuando estas eran protagonizadas por cachiporros. Un Macondo donde los negacionistas de izquierda como María Jimena Duzán desconocen cuando las masacres y las violaciones de derechos humanos son realizadas por las FARC, el ELN, el M19, el EPL, el PLA, el Ricardo Franco, el ADO, en fin, cuando sus protagonistas son los mamertos armados de cualquier pelambre y que desde hace casi 60 años suman millares de muertos cuyo número de cadáveres no cuenta para estas estadísticas que solo tienen memoria en el occipital izquierdo.
La periodista mamerta acusa a Maria Fernanda Cabal de defender a Trump o a Bolsonaro porque ella considera legítmo preferir a Maduro, a Ortega, a Castillo, a López Obrador y a Putin. Desde sus simpatías por el Socialismo del Siglo XXI critica a la candidata uribista por defender el capitalismo, la propiedad privada y la libertad. La Duzán sabe que entre Pinochet y Castro, ella sin pensarlo se quedaría con Fidel Castro y por eso llama la atención para que no se subestime a la Cabal. Siente pasos de animal grande. Y como buena mamerta tiene suficiente olfato para saber quién representa un peligro para los planes del progresismo, del comunismo internacional. Por eso se va directo y al hígado contra la precandidata del Centro Democrático en vísperas de la decisión del partido para escoger su candidato, porque para la Duzán sería mejor que quedara Oscar Iván Zuluaga, a quien ve como “un hombre aplomado, con experiencia, y menos radical”. Ella sabe que a “Zurriaga” Petro se lo come vivo.
Desprestigiar, desprestigiar, desprestigiar, es la bandera de los columnistas mamertos y ya picó en punta Maria Jimena Duzán. Se había demorado. Pero la creciente popularidad de la Cabal ya los comienza a asustar. María Fernanda Cabal es clara y contundente. No se presta para los eufemismos. No le apuesta a ser políticamente correcta. Cree realmente en el peligro que representa la narcoguerrilla amparada por el régimen de Maduro y para eso no se necesita ser radical ni de derecha. Lo único que se necesita es no ser colaboracionista con la mamertería internacional ni caludicante frente al Socilaismo del Siglo XXI. Y ese es el éxito de la candidata que más allá de que sea uribistamente correcta o correctamente uribista, es la única que le pone el pecho a Petro y obviamente eso le tiene que gustar al expresidente Alvaro Uribe, que ha sido el único presidente que le ha puesto el pecho a las FARC.
Uribe es un dique contra el comunismo y sabe a ciencia cierta que María Fernanda Cabal lo es contra el mamertismo. Razón por la cual Uribe debe estar pensando “deja que los demás ladren, María Fernanda Cabalga. Y a menos que los tentáculos mamertos lleguen hasta infiltrar al Centro Democrático para tratar de inclinar el fiel de la balanza contra la Cabal, todo indica que María Fernanda será la que diga Uribe. Por eso la mamertería y el santismo se han inventado un candidato que pueda seducir al centro, porque es la forma sinuosa de atajar el uribismo con el apoyo de los expresidentes Ernesto Samper y César Gaviría, con el que aparentemente quieren derrotar a Sergio Fajardo pero a quien quieren trancar en realidad es a Marái Fernanda Cabal y el primer paso es intentar bombardear la decisión del Centro Democrático señalada para el 22 de noviembre. Ya ladró la Duzán.