Por: Joan Sebastian Moreno Hernandez
Según el Instituto de Desarrollo Urbano, para construir la troncal de Transmilenio por la Avenida 68 se requieren 692 predios, de los cuales, 413 predios ya han tenido una oferta de compra por parte del Distrito, y 8 se encuentran en el proceso de expropiación administrativa. “Son cifras que aterran” manifiesta don Carlos Rodríguez, quien ha ejercido el comercio de dotaciones para el trabajo desde hace quince años en el espacio que va desde la primero hasta la tercera. “Es el esfuerzo de toda mi vida perdido”, menciona sollozando ante la colosal obra que se avecina y que fuera adjudicada en el gobierno de Claudia López. Con este negocio Carlos alimenta a sus tres hijos y a su esposa, y le permite también pagar una hipoteca de un apartamento que esta pagando a 20 años.
Sabe que la ciudad debe modernizarse, pero no al costo de llevar a la quiebra a los comerciantes. Y es que su descontento no es ligero, afirma que nadie ha socializado el proyecto de Transmilenio por la 68 con los comerciantes y propietarios de los bienes colindantes, ni tampoco sabe si será reubicado o indemnizado por la acreditación de su negocio conocido por enfermeras y profesionales de la salud que se dotan de sus implementos para cumplir con sus labores.
Propietarios de estos predios indagan si las ofertas de compra de sus casas se harán con base en los avalúos reales de sus predios, o si, por el contrario, el Distrito de manera arbitraria pagará absurdas sumas de dinero por el patrimonio construido, prueba de ello, es que han iniciado la expropiación forzosa de predios que no fueron pagados, y por los que la ciudad está ofreciendo una miserableza. Algunos de los entrevistados recuerdan, como Transmilenio por la Caracas o la Autopista sur llevaron a la quiebra los negocios que se situaban a los alrededores, reducían el valor comercial de los predios que no demolían y acrecentaban la percepción de inseguridad durante las obras de construcción.
“Muchos no nos hemos recuperado de las cuarentenas prolongadas que cerraron el comercio durante casi todo el 2020, serán días pésimos cuando empiecen las obras”, dicho por María Cárdenas, comerciante de impermeables, asegura que el panorama que se avecina no será nada satisfactorio, y en la medida en que pueda seguir trabajando, lo hará, pero que hasta la actualidad no ha visto ningún grado de apoyo por parte de la Alcaldía en temas de reubicación. En un derecho de petición resuelto por el Instituto de Desarrollo Urbano el día 31 de mayo de 2021, a la pregunta por la reubicación de los comerciantes esta entidad respondía:
“Desde el ejercicio de gestión social integral, para el restablecimiento de condiciones de unidades sociales afectadas por el proceso de compra predial, se establecen marcos de política que ayudan a garantizar los derechos y deberes de los actores involucrados. Es así, como las unidades sociales sin importar su tipología de uso o tenencia, se incluyen en un Plan de Acción y Reasentamiento, donde se establecen programas que mitigan los impactos detectados en la fase inicial de caracterización y durante toda la gestión predial, hasta garantizar su mudanza y recomposición en el nuevo destino”, y mas adelante señalaba, que brindarían “asesoría económica, inmobiliaria, legal, y social”.
Hasta la sazón de hoy, varios comerciantes aseguran tener incertidumbre frente al futuro de sus negocios, se sabe por experiencia que el papel lo aguanta todo, y que del dicho al hecho hay mucho trecho, por ello, mas que respuestas de escritorio, los comerciantes y propietarios necesitan acciones concretas y reales en el corto y mediano plazo.
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