Por: Andrés Villota
“Colombia está quebrada” afirmó el Presidente del Senado de la República de Colombia, Roy Barreras, en una entrevista que publica la revista Semana. Barreras lo dice para justificar el desmonte de los subsidios a la gasolina y para justificar, de manera contradictoria, el aumento de los impuestos que pagan los colombianos.
La afirmación hecha por Roy Barreras va a causar el colapso de los instrumentos de deuda pública colombiana en el mercado local y en los mercados globales especializados porque, si está quebrada, Colombia no tiene cómo pagar sus compromisos y va a entrar en default.
El artículo 302 de la Ley 599 del 2000, contempla que cuando se provoque o estimule “el retiro del país de capitales nacionales o extranjeros” se incurre en el delito de “pánico económico”.
Divulgar información tiene un enorme impacto y una enorme responsabilidad, máxime cuando se trata de Roy Barreras, un político, médico, escritor, profesor, antropólogo y experto en arte muralista, que ha militado en casi todos los partidos políticos que tienen representación en el actual Senado de la República de Colombia y fue la persona clave, junto con Juan Manuel Santos, para llevar a Gustavo Petro a la Casa de Nariño.
Roy Barreras, por eso, conoce a la perfección las finanzas públicas de Colombia y si afirma que Colombia está quebrada, es porque Colombia está quebrada, no existe margen para interpretaciones diferentes.
Los gastos de Colombia son muy superiores a sus ingresos, lo que la hace inviable en términos financieros. La lógica solución para evitar la ruina de Colombia es reducir los gastos a su mínima expresión.
Más del 80% del total de los gastos de Colombia son en burocracia y en el servicio de la deuda, entonces, reducir la nómina estatal debe ser lo primero, eliminar los subsidios es marginal, el grueso del gasto está en lo que le pagan a los congresistas como Susana Boreal y Alex Flórez, y a los ministros como Irene Vélez y Álvaro Leyva.
Colombia se queda sin ingresos porque cualquier inversionista, medianamente sensato, no le va a volver a prestar plata o a realizar una inversión directa o de portafolio en un país que está quebrado, según el Presidente del Senado de Colombia, y sin poder recaudar impuestos porque los contribuyentes están sacando sus capitales del país por culpa de la inflación y de la devaluación del Peso Colombiano que los hace cada vez más pobres; Colombia se ve en la sin salida de emitir billetes sin respaldo.
Hace pocos días, Joe Biden hizo una fiesta en la Casa Blanca para celebrar que en el Congreso le habían aprobado, por fin, una Ley para reducir la inflación e incentivar las inversiones en la industria de la energía y en la industria de la estafa del “cambio climático” manipulada por ladrones de cuello verde, aumentando el gasto público inútil.
Los geniales asesores de Joe Biden buscan conseguir votos para tratar de evitar la debacle electoral del Partido Demócrata en las legislativas del próximo noviembre, cobrándole más impuestos a los estadounidenses y haciendo que aumente la inflación por las cantidades industriales de dinero que tienen que emitir porque el recaudo no sube, aunque suban más los impuestos.
Esa regla de tres sencilla no funciona así. Aprovechando que los colombianos son uno de los pueblos más ignorantes en economía y finanzas del mundo, Gustavo Petro, el clon de Joe Biden, copia la Ley contra la inflación, siguiendo esa perversa obsesión progresista por aumentar y aumentar el saqueo a los bolsillos de los ciudadanos del común, no a los más ricos como falsamente le dicen al pueblo. Los ricos de Colombia y del mundo, tienen su plata en Paraísos Fiscales en dónde no pagan impuestos.
Estado desde, hasta dónde el Mercado alcance, dicen los petristas que jamás han trabajado de manera productiva y se sienten inteligentes por repetirlo. Igual de inteligente a cómo se sintió el ultrasantista Ministro del Interior, Alfonso Prada, por arengar a los colombianos para tomarse las calles y exigir que el Estado les quite sus pertenencias, suplicándole al Estado para que les cobre más impuestos.
Muy del ultrasantismo y del ultrapetrismo, tratar de imbéciles, de sub normales, a todos los colombianos desde su, supuesta, superioridad intelectual. Supremacistas intelectuales como la joven activista Jennifer Pedraza, que promovió marchas y huelgas para que le dieran más plata a la Universidad en dónde ella estudiaba y lo logró.
De premio, le dieron una corbata en la facultad en la que era alumna, y luego, a los pocos meses, estaba de nuevo en la calle pidiendo más y más plata. Pedraza, se lanzó al Congreso y quedó, y su mono propuesta es pedir más plata para regalarle a alguna minoría supremacista, fomentando la distribución desigual de la “riqueza”, entre comillas, porque regalar plata emitida por el Banco de la República, sin respaldo, es aumentar la deuda de Colombia.
Las monedas fiduciarias no representan riqueza, son títulos de deuda pública. Entonces, al parecer, la solución no está en pedir más plata porque, según la misma Pedraza, la situación de pobreza, inequidad e injusticia social, no mejora con tanta plata, sino que empeora porque tanta plata sin respaldo hace que la inflación aumente y todos sean más pobres pero, a los más ignorantes que son todos sus votantes, les parece maravilloso porque no se dan cuenta que ellos son los que están pagándole a Jennifer Pedraza, no los ricos, cada vez que ella sale a pedir más y más plata.
En el año de 1871, Colombia adoptó el Patrón Oro. Es decir, la emisión del Peso Colombiano estaba respaldado en oro, por eso, el tipo de cambio con las monedas de países como Francia era de $1 Peso Colombiano por $5 Francos Franceses. El tipo de cambio era directo y la cotización se daba por simple oferta y demanda. Tal vez, los franceses, le compraban más añil y tabaco a los colombianos que, los colombianos, vino y champaña a los franceses.
La convertibilidad del peso colombiano en oro se terminó en el año 1931. La torpeza de Joe Biden al prohibirle a Rusia usar Dólares Americanos, llevó a que Rusia empezara a usar su moneda nacional, los Rublos, para el pago y compensación de su intercambio comercial y sus socios comerciales empezaron a usar, también, a sus monedas nacionales y para generar confianza y paridad en los términos de intercambio en la formación y fijación de precios, cada moneda adoptó, de nuevo, al Patrón Oro. Volvemos al tipo de cambio directo.
Se fortalece la moneda nacional de los países que exportan más de los que importan por simple Ley de Oferta y Demanda, la moneda es un activo que se transa para ser utilizado para el pago y compensación de las operaciones de comercio exterior de cada país.
A Rusia le pagan en Rublos, a China le pagan en Yuanes, a India le pagan en Rupias, desplazando al Dólar Americano como moneda reserva de valor y de referencia en las transacciones de comercio exterior, al parecer, para siempre.
Algunos analistas interpretan la muerte de la reina Isabel II como la muerte del sistema de dominación de una élite minoritaria sobre la gran mayoría de la población. Colombia no tiene monarquía, pero sí tiene una clase parásita de políticos y de burócratas que está condenada a desaparecer si queremos evitar que Colombia se quiebre, como lo dice el multi partidista senador Roy Barreras.