Por: Laura Pinzón
Sin duda alguna, las declaraciones hechas por la alcaldesa de Bogotá son cada vez más polémicas y menos acertadas. Hoy la invitación que nos hizo a los dueños de autos fue de “venderlos, usar bicicleta o tomar transporte público”, esto como respuesta frente a la inconformidad de la mayoría por su nueva política de movilidad. Ya de por si, el pico y placa es una interferencia en el libre uso de la propiedad privada.
Como si no fuera suficiente en su discurso socialista y populista, ataca al capitalismo, pues según su criterio, este 20% de los bogotanos están perjudicando al 80% de la ciudad al tener vehículo y además, afectan al medio ambiente. Sumercé: ¿Por qué tanto odio a la propiedad privada? Ese 20% que usted menciona no lo componen solamente personas de altos estratos, sino también el comerciante, pequeñas distribuidoras y emprendedores que utilizan su vehículo como transporte para aquello que les genera ingresos para sobrevivir en una ciudad que usted misma ha destruido durante su mandato.
Señora alcaldesa, a este 20% de los “privilegiados” (como usted nos llama) nos da básicamente tres opciones desde la comodidad de su Toyota: Primera, andar en bicicleta. Recordemos que las vías están en mal estado y que de acuerdo con la Secretaría Distrital de Movilidad, durante el 2020 fallecieron en accidentes de tránsito 67 ciclistas. Y ni hablar de la inseguridad que acecha la ciudad ¿Sumercé recorrería 100 kilómetros diarios en bicicleta para llegar a su lugar de trabajo sin escoltas?
Nos invita como segunda opción a usar el transporte público, que tiene un costo elevado para su pésima calidad, sumándose a la inseguridad que, según cifras oficiales del año pasado, evidenciaron que el hurto a personas creció en un 62.9% en los buses alimentadores, un 19.8% en los articulados y un 100.7 % en las estaciones. ¿Sumercé, guardando la coherencia, no nos había insistido a cuidarnos de la pandemia, manteniendo la distancia social?
La tercera opción es compartir vehículo. Idea igual de desacertada que las otras dos, porque además de violar el distanciamiento social, se debe cumplir con la norma de que los pasajeros coincidan en el punto de origen y destino. Si usted es incapaz de ponerse de acuerdo con sus ayudantes, ¿Realmente cree que los bogotanos encontrarán grupos de personas que se transporten bajo esta premisa? ¿Sumercé no ve que está abriendo la puerta a nuevas discusiones sobre el uso del carro particular como medio de transporte informal?
Sumercé no se da cuenta que su “solución” generará problemas que usted misma criticó cuando estaba en campaña, como el aumento de las horas de restricción de pico y placa, porque según usted, esto incentiva la compra de más vehículos y el colapso del transporte público.
Señora alcaldesa, por favor deje el odio por la ciudad y los bogotanos que han trabajado para tener una calidad de vida estable; ya tenemos suficientes problemas de facto como para tener que lidiar con su falta de liderazgo, incoherencia y conocimiento sobre Bogotá. O ande usted en bicicleta, bajo sol y lluvia, y sea líder dándonos el ejemplo.