Por: Duván Idarraga
Como era de esperarse, como ha sido su costumbre ante cualquier resultado medianamente favorable en temas económicos, las bodegas al servicio del gobierno Petro, sus funcionarios y medios cercanos salieron a manifestar júbilo por el resultado del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2024 para Colombia, que fue del paupérrimo 1.7%.
En mi columna de hace unas semanas titulada “Gobierno Petro en lo económico, 28 meses “despiporrando” a Colombia”, mencionaba que cualquier resultado por encima del 1% sería inmensamente positivo al compararlo con el 0.6% del año 23.
En la misma escribí: «…estimando el crecimiento para el 2024 en 1.7, tendríamos un crecimiento de 110 puntos básicos que equivalen al 183%, pareciera un excelente resultado por el porcentaje comparado con los años anteriores; de lejos, los resultados en esta variable son desastrosos para los intereses de Colombia».
La cifra que estimé del 1.7% se dio; por supuesto, es mejor que el 0.6% del 2023, pero de lejos es un resultado que poco sirve al país. No puede ser que algunos cercanos al gobierno lo consideren destacable; mucho más cuando en el año 2021 la economía creció el 10.7% y el 7.5% en 2022; resultados ambos muy favorables y ajustados a las necesidades de desarrollo del país.
También es importante recordar en este momento, lo que han expresado expertos en diferentes épocas sobre el tema del PIB: “Un crecimiento por debajo del 5% poco aporta al desarrollo de Colombia.”
Al final y recordando al boxeador colombiano Pambelé: “Es mejor ser rico que pobre”. Es mejor 1.7% que 0.6%; pero 1.7% no es para celebrar. Según el desagregado por actividades económicas, los sectores de mayor aporte al crecimiento del PIB en el 2024 son: Agricultura y Ganadería un 8.1%; Administración Pública el 4.2%; Actividades Artísticas y Entrenamiento 8.1%; Comercio por Menor 1.4% (es importante mencionar que pasó del -3.6% en 2023 a este resultado positivo); Actividades Inmobiliarias, se mantiene con el 1.9%; Suministro de Electricidad, cae del 2.2% en el 2023 al 1.9% en el 2024; Construcción tiene un crecimiento del 1.9% (en el año 2023 había tenido un -3.1%).
En cuanto a los sectores que decrecen tenemos: Actividades Financieras y de Seguros, pasan del 8.9% en 2023 al 0.4% en 2024; Actividades Profesionales pasan del 2.0% en 2023 al 0.1%; Información y Comunicaciones pasa del 1.8% en 2023 al –0.8% en 2024; la Industria Manufacturera quedó con el -2.1% (en el 2023 estaba en el -2.7%); Explotación de Minas y Canteras quedó en el -5.2% versus un -2.6% en el año 2023, duplica su decrecimiento; sin duda el gobierno Petro en este sector aplica con rigidez la política de la ex ministra de Minas Irene Velez (aquello de decrecer), las graves consecuencias para el país se ven en todos los frentes (estamos importando gas y se genera alza en los costos para los consumidores de hasta el 36%, caen considerablemente los ingresos por exportaciones de petróleo, entre otras).
Por donde se mira el resultado no es favorable para Colombia; se destaca qué actividades que los dos años anteriores habían tenido resultados negativos como Construcción y Comercio, en el 2024 mostraron resultados positivos.
La Industria mantiene su resultado negativo con un -2.1%. Como siempre, recordar que estos tres sectores son los que más aportan a la generación de empleo del país. También debo resaltar el crecimiento desbordado de la Administración pública con ese 4.2%, lo que ratifica que el mayor énfasis de este gobierno ha sido el crecimiento en gasto de funcionamiento y en burocracia innecesaria, con la creación de miles de cargos.
En otro tema, tuve la oportunidad de participar vía Zoom de una charla con Luis Fernando Mejía, Director de FEDEDESARROLLO, sobre “La coyuntura económica y los grandes retos del país”; entre los diferentes temas mencionados en la misma, él considera de especial alerta la situación fiscal del país.
Debo mencionar que coincide con lo que he escrito en varias de mis columnas anteriores, cuando he expresado que mi mayor preocupación en materia macroeconómica para el país radica en este aspecto, como se he evidenciado con los desastrosos datos en la materia. De dicha charla hubo otro aspecto que me llamó la atención, el IPEC. “El Índice de Incertidumbre de la Política Económica en Colombia de Fedesarrollo, que captura la incertidumbre de la política económica en Colombia con una periodicidad mensual”.
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De acuerdo con lo comentado, lo que mide este índice es la correlación que existe entre las decisiones y actuaciones en temas de política económica del país frente a las circunstancias de incertidumbre que interpretan tanto empresarios nacionales como extranjeros.
Los resultados en este índice inquietan: El resultado en promedio mensual fue de 258 puntos para el 2024; mientras que en el año 2023 el promedio fue de 267 puntos, 9 puntos menos (3.4% menos); en el 2022 fue de 282 puntos (es decir, frente a este año ha caído 24 puntos, el 8.5%). En enero del 2025 el resultado se ubicó en 195 puntos; es decir, ha disminuido 63 puntos (el 24.4%), niveles similares al promedio del 2021 cuando arrojó 193 puntos; recordando que el de dicho año reflejaba todo lo relacionado con los impactos del COVID 19 y los elevadísimos niveles de incertidumbre que se generaban.
Es decir, en este índice (el IPEC), puede decirse que también el gobierno Petro nos ha llevado a niveles como los de pandemia. Esta mayor incertidumbre se puede verificar al revisar dos datos: Las caídas significativas en Inversión Extranjera Directa (IED), que entre junio del 2022 y septiembre del 2024 ha disminuido US $1.773 millones (35.15%). Por el lado de la Inversión en Colombia (Como porcentaje del PIB), pasó del 19.8% en el año 2021 al 16.5% en el 2024, una disminución de 330 puntos básicos (16,67% menos). Los resultados del año 2024 se ubican por debajo del año 2020, en pandemia, cuando fue del 16.6%.
Un muy bajo nivel de crecimiento de la economía del país, aunado a un elevado nivel de incertidumbre son parámetros que permiten estimar que en el año 2025 no será muy diferente a lo del 2024; como he expresado anteriormente, la mayor preocupación sigue por los lados del gobierno que no está dando señales favorables que generen optimismo.
Lo contrario, su pésimo manejo fiscal, sus mensajes contra los empresarios, la reforma laboral que curso, la crisis financiera del sector salud, los nuevos impuestos con la emergencia económica para atender la crisis del Catatumbo contribuyen a enrarecer el ambiente y a espantar inversionistas. Lo mas grave aún, no hay nada que indique que esto va a cambiar. Solo esperar que llegue pronto el 2026 por el bien de los colombianos.




