En medio del conflicto armado entre Israel y Hamas, que ha dejado cientos de muertos y heridos en ambos lados, se ha producido un hecho que ha generado una fuerte condena internacional: el bombardeo de Israel a edificios que albergaban oficinas de medios de comunicación locales e internacionales en la Franja de Gaza.
El sábado 15 de mayo, aviones de guerra israelíes atacaron el edificio Al-Jalaa, un rascacielos de 12 plantas que alojaba las oficinas de la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP) y la cadena de televisión catarí Al Jazeera, entre otros medios. Según Israel, el edificio era utilizado por el grupo islamista Hamas para fines militares, pero no proporcionó pruebas al respecto. Los medios afectados condenaron el ataque y pidieron una investigación independiente.
El martes 18 de mayo, Israel volvió a atacar otro edificio en Gaza que albergaba las oficinas de la agencia de noticias turca Anadolu y la cadena de televisión palestina Al-Aqsa. Israel dijo que el edificio era un objetivo legítimo porque contenía infraestructura militar de Hamas, pero tampoco presentó evidencias. Los medios afectados denunciaron el ataque como un intento de silenciar a la prensa y violar la libertad de expresión.
Estos ataques han sido criticados por organizaciones internacionales como la ONU, la UNESCO, Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas, que han calificado estas acciones como violaciones graves del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Estas organizaciones han exigido a Israel que respete la labor periodística y que garantice la seguridad de los profesionales de los medios que cubren el conflicto.
Por su parte, Israel ha defendido su derecho a defenderse de los ataques de Hamas, que ha lanzado miles de cohetes contra su territorio desde el inicio del conflicto el 10 de mayo. Israel ha afirmado que sus ataques son precisos y proporcionales, y que advierte previamente a los civiles para que evacuen los edificios antes de bombardearlos. Israel también ha acusado a Hamas de usar a los civiles y a los medios como escudos humanos para ocultar su actividad militar.