Por: Salvatore Lucchese
El gravísimo problema educacional (moral y ético) de gran parte de las generaciones nacidas después de los 90s, es nuestra culpa, si, “mea culpa”, de los que nacimos en los años 60, 70 y 80. Permitimos que gobernantes disociados de la ética, la moral y de las buenas costumbres, aprobaran leyes solo para que el estado obtuviera el control legal absoluto, mental y físico de nuestros hijos con el fin perverso de adoctrinarlos y, así poder imponer sus depravadas necesidades socioeconómicas. Cuando el gobierno se apodera de la psiquis de la sociedad, también se apodera de su dinero.
Entregamos la Patria Potestad de nuestros hijos no emancipados ¿sin darnos cuenta…? Yo en lo personal considero que nosotros los progenitores y/o tutores, no somos víctimas de este perverso sistema político ¿auto- impuesto o impuesto?, más bien, somos victimarios, cómplices pasivos no confesos, permitiendo por acción u omisión a estos degenerados politiqueros que nos arrebataran bajo nuestras propias narices, el derecho natural fundamental e inalienable que tenemos por natura los padres sobre nuestros hijos.
Tenemos que alzar el tono de nuestras voces para que nos escuchen los gobernantes, estamos entregando el presente y el futuro de toda la humanidad a unos pocos perversos politiqueros sedientos de poder y dinero, que a pasos redoblados están destruyendo el mundo civilizado, imperfecto, si, si embargo tenemos que estar concientes de que el balance de nuestra civilización está en nuestras manos, no en la de ellos, ya que están demostrando con creces que nos están llevando directo a la autodestrucción de la sociedad que tanto les costó a nuestros antepasados construir, «moral y luces… «.
No puedo despedirme sin antes mencionar este otro gran lío de la autopercepción; mi opinión personalísima como estudioso empedernido de la criminología; hay que volver a activar urgentemente los centros públicos de psiquiatría, promulgar una ley para obligar a aquellas personas con trastornos de personalidad público y notorio, que acudan a buscar ayuda a esos centros; por ejemplo aquellas personas como: los que se creen niñas de 6 años y son hombres adultos; los que se auto perciben mujeres y son hombres pedofilos, solo para entrar en los baños de mujeres para acosar niñas y adolescentes; los que se creen animales, y pare de contar…
Estas personas están enfermas, necesitan ayuda profesional urgente, no es un sarcasmo, es una necesidad de alta prioridad para la seguridad de ellos mismos y de la sociedad en general, ellos, ellas, están pidiendo desesperadamente ayuda a gritos, de una manera subliminal; lamentablemente los politiqueros de hoy en día tragiversan esta triste realidad, aprovechándose de estas personas enfermas para beneficiarse en lo político (con sus votos) que al final se transforma en poder y dinero para ellos y su entorno, sin importarles la salud y la seguridad física de estas y de la sociedad en general. Somos una abrumadora mayoría, pero actuamos como una sumisa minoría, finalmente quiero «citar» dos grandes frases con las cuales me identifico plenamente: 1- “No vengo a guiar corderos, vengo a despertar leones.” Javier Milei 2- “Despierta y reacciona, es el momento.” San Juan Pablo II Atte. Abogado Salvatore Lucchese