Por: Fernando Torres Mejía
“Desde el desayuno se sabe cómo será el almuerzo”. Definitivamente, qué preciso y oportuno este refrán que nos cae como anillo al dedo. Bueno, aunque algunos colombianos no aprenden la lección porque, a pesar de que sabían que Petro es un pésimo administrador y un despilfarrador, como lo demostró en su alcaldía de Bogotá, lo eligieron, convencidos del tal cambio que, a decir verdad, sí existió, porque la mayoría de los que conforman el equipo de gobierno sí cambiaron de estilo de vida y están viviendo “sabroso”, se están dando la gran vida, comprando propiedades, viajando, visitando tiendas de marca en diferentes partes del mundo y de aquello, nada.
Debo confesar que me volví a equivocar porque, al igual que como me pasó con Francia Márquez, sentía admiración y respeto por el “gran” Luis Gilberto Murillo, ese chocoano que, al igual que el presidente de la Corte Gerson Chaverra, viene de muy abajo y logró vencer las adversidades, ocupar grandes cargos y tener reconocimiento nacional.
Pero bueno, si ahora los colombianos, tanto los que van a las urnas como los que se abstienen, no reaccionan viendo el desastre de la pésima administración del actual inquilino de la Casa de Nariño, para que permitan que en su reemplazo se instale Murillo, el candidato de los que hasta hoy se disputan el “honroso” primer puesto de ser el peor presidente de toda la historia de Colombia, me refiero a Juan Manuel Santos y Gustavo Petro, condenarán al país a continuar por el sendero del terrorismo, autoritarismo, la inoperancia, el fracaso económico y por qué no, a terminar la obra para que el país quede en manos de las narcoguerrillas.
Es que basta con recordar algunas de las posiciones de un canciller difuso que no tomó una posición firme y decidida sobre la dictadura de Venezuela, como todo lo de él, incoherente y sin criterio, siempre sometido a los caprichos de sus mentores. Entonces, ¿cómo cree o, mejor, cómo pretende ser presidente cuando lo que se necesita es una persona firme, segura, directa, franca, honesta, sincera que recupere el rumbo de este país, que desde el 7 de agosto de 2022, se perdió y que cada segundo que pasa, se complica más su recuperación? Murillo ha demostrado que carece de liderazgo porque es de aquellas personas que están para cumplir órdenes.
Sin duda uno de los peores cancilleres de la historia de Colombia, que no fue ajeno a la corrupción, al despilfarro, a la decadencia de una cancillera, donde permitió el nombramientos de diplomáticos de muy mala reputación, dejando perder espacios diplomáticos relevantes, su triste y oscuro legado lo recordaremos porque durante su administración, hubo complacencia con la dictadura de Venezuela, perdimos el ingreso libre al Reino Unido, volvimos a la época que para ingresar a USA, somos tratados como parias, volvieron las colas eternas porque se están tomando largos espacios de tiempo para inspeccionar los equipajes, las requisas nuevamente se convirtieron en el pan de cada día, así como los cuartos especiales de interrogatorios que eran cosas del pasado, solo el anuncio del aterrizaje de un avión proveniente de Colombia a territorio americano, prende las alarmas.
Pero también será recordado por el episodio de los pasaportes con “Thomas Greg and Sons” que, si bien es cierto que fue una herencia del innombrable Álvaro Leyva, fue una situación que tampoco supo sortear con claridad y honestidad. Las improvisaciones salieron a flote; incluso anunció con bombos y platillos la intención de crear una alianza público-privada para la fabricación y expedición de pasaportes, en la que la Imprenta Nacional jugaría un papel importante en cuanto al dominio de la información y la impresión de tarjetas, como diría una gran amiga: “Hágame el bendito favor”.
Ahora bien, si de despilfarro y corrupción se trata, tampoco fue ajeno, y es que gastarse más de $60.000 millones anuales en nuevas embajadas y consulados nos invita a preguntarnos si de verdad se necesitan, como, por ejemplo, oficinas de atención consular y embajadas en Monterrey, Tijuana, Cancún, Estambul, Río de Janeiro, Guyana, Rumania, Etiopía, Arabia Saudita, Barbados, Nueva Zelanda, Palestina y Haití. Claramente, algunas serán para cumplir con cuotas y otras para darle gusto a los caprichos de su segunda jefe, Francia Márquez.
Sin duda, Murillo es un personaje oscuro (no por lo de su color), apagado, tenebroso, sombrío, impredecible, que no habla con la verdad, y aunque muy probablemente la población afro lo apoyará por su afinidad cultural y sus raíces africanas, olvidando que Colombia de nuevo enfrenta la amenaza de convertirse en un país inviable, con grandes probabilidades de perder las relaciones que por años hemos construido con Estados Unidos, lo que sí está claro es que para 2026 se necesita alguien distinto, con mano firme, con criterio, sin titubeos para tomar decisiones que, aunque impopulares, serán necesarias, así que el mensaje es uno: a Murillo y Francia les pasó su cuarto de hora.
Entretanto: Muy desafortunada la decisión de Eder de haberle devuelto más de $2.200 millones al Club Campestre de Cali en momentos en que la ciudad está en una situación igual o peor que el país y además con una serie de interrogantes que sin duda lo colocarán en serios aprietos, pero además en momentos en que su proceso de revocatoria está tomando impulso y como muy seguramente así será cuando en esta semana que inicia los principales sindicatos de EMCALI, al parecer, se unirán para darle mayor impulso.