Por: Fernando Torres Mejía
Cuando en Europa y Norteamérica se hacen entrevistas o se les pregunta a los ciudadanos que si conocen a Colombia o si saben algo sobre este país, la inmensa mayoría dicen que no lo conocen argumentando que por temas de seguridad no lo visitan y otros porque simplemente no está en sus planes de vacaciones. También se les pregunta que como se lo imaginan, y nuevamente muchos de estos responden que creen que sus habitantes son indígenas y que incluso utilizan taparrabos y prendas propias de estas comunidades.
Triste, pero esa definición y en ese concepto en que nos tienen, no es gratis y esto toma fuerza cuando asistimos al bochornoso episodio del 20 de julio, cuando se llevó a cabo la instalación del nuevo congreso, qué espectáculo el que nos brindaron la gran mayoría de “padres” de la patria, perdón “honorables”, bueno aunque de “honorables” ya no queda ni el más mínimo rastro del porqué se les dio este título.
Vergüenza, pena, lástima y desconsuelo, son algunos de los sentimientos que nos tiene que producir el bochornoso espectáculo que nos brindaron estos personajes, sobre todo los de la actual oposición, ver las pintas que llevaron como atuendo, tal vez algunos pensaron que iban para la plaza de mercado de su ciudad, Corabastos (Bogotá), Cavasa (Cali), La América (Medellín) o el Gran Bazar (Barranquilla), o incluso puedo estar equivocado y muy seguramente después de este evento, estos señores(as) se desplazarían a estos lugares a “trabajar”, bueno no lo sé, pero esto fue un total circo, un total despelote algo nunca antes visto.
Es que continuo sin entender, como van a este recinto sin medio peinarse, en chanclas como lo hizo la nueva embajadora ante la ONU, en tacones como el representante del Putumayo, la que fue con un perro, etc., este tipo de espectáculos, dará pie para que mañana lleguen descalzos, con una hoja de parra, con cualquier tipo de animales como chimpancé, hipopótamos, loros, gatos, lagartos, bueno aunque de esta última especie está llena esta institución.
Por otra parte, este nuevo congreso y este nuevo gobierno, se les llena la boca diciendo que es el momento de la reconciliación, de dejar a un lado los odios, lograr diálogos, establecer canales de comunicación, dejar todo en el pasado, en otras palabras es el momento del cambio y de lograr una paz estable y duradera, pero se presentan con carteles y pancartas en donde descalifican, lanzan cualquier tipo de insultos, improperios y atacan al señor presidente Iván duque quien ha sido todo un señor, un caballero, una persona educada, decente, bien intencionada y que jamás ha empuñado un arma ni mucho menos lo hemos visto echando plomo como muchos de los que allí estuvieron presentes, que se ha equivocado en algunas de sus actuaciones o mejor, que algunas de estas, no son del agrado o no les conviene o no les parece algunos, eso es natural, pues no todas las medidas que se toman, son bien recibidas por todos, pero eso no lo hace merecedor a tratarlo como lo hicieron, además de la gritería y la silbatina que le hicieron mientras estaba dando su discurso de despedida, en otras palabras era un recinto lleno de gamines, de personas de la más baja condición educativa de la población de nuestro país.
Para completar el show que se vivió ese día, la oposición cerro con broche de «cuero» el evento al quedar en evidencia que no cuenta con una persona decente, coherente, intelectual, que haya sido elegido popularmente y tenga un nivel de preparación a la altura que se requiere, para tomar la vocería y hacer la réplica al discurso del señor presidente, y le cedió este espacio a un resentido, delincuente, criminal, violador de niños, mejor dicho al “HONORABLE” (que tan bajo hemos caído) senador Julián Gallo, más conocido como “TORNILLO”, quien sin argumentos, se despachó en contra del gobierno tratándolo de mentiroso, corrupto, incumplido y violador de derechos humanos y cerro con una expresión de irrespeto propia de las personas groseras, poca cosa que cuando se quedan sin argumentos solo expresan sentimientos de impotencia y quedo demostrado al decir “chao Duque”.
Es bueno aclarar que no tengo nada en contra de los indígenas, ni mucho menos en contra de la gente humilde que se ha logrado superar, pero eso no quiere decir que tenga que estar de acuerdo con la degradación a que ha llegado la sociedad colombiana que se ve representada en el congreso de la república, y claro a muchos les parecerá normal o muy seguramente dirán que lo que ahí se presentó es normal y están en todo su derecho, pero les recuerdo que en este recinto se viene a discutir con argumentos, a escuchar con respeto a mostrar un mínimo de educación y tolerancia y máxime cuando la ley 1909 de 2018 les ha otorgado el “beneficio” a la réplica y, por lo tanto, se entiende el derecho que le asiste a oposición a responder y controvertir declaraciones en las que no estén de acuerdo, pero, en cambio, seguiremos dando papaya para preguntarnos será que ¿La inmensa mayoría de Europeos y Norteamericanos tienen razón?