Por: Francisco José Tamayo Collins
Ese pleito es de ellos…
Después del enfrentamiento entre los verdes y la extrema izquierda, bastante arrinconada por sus propios errores, damos inicio a este espacio de opinión en El Expediente, acogiendo el sentir de la gente que madruga a trabajar por Colombia, pasando por encima de protestas pseudo-cívicas, bloqueos inhumanos y violadores de los derechos humanos y, por supuesto, de la complicidad de algunos gobernantes locales, condescendientes con los vándalos de la primera línea, elocuente expresión del terror del narco-comunismo,
Tras casi 3 meses de una ordenada combinación de las formas de lucha, por parte de “pacíficos” abanderados de una violencia urbana sin antecedentes, considero oportuno compartir algunas observaciones que pueden ser útiles para garantizar la permanencia de una Democracia que garantice la Libertad, de cara a los comicios del 2022 en Colombia:
1. El combate grande es entre los izquierdistas. Por primera vez en la historia de Colombia la centro-izquierda y la extrema izquierda se van a enfrentar a fondo; esa trifulca comenzó el 20 de julio en el Senado con el asunto de la Segunda Vicepresidencia, hecho debidamente informado por portales, noticieros y fuentes políticas digitales especializadas.
2. Construir una plataforma ideológica donde la Libertad sea el punto de partida. La urgencia de un Acuerdo sobre lo fundamental (AGH), invita a crear una plataforma que integre partidos y regiones interesados en hacer brillar la Libertad como valor esencial de la Democracia. Es necesario definir ejes transversales y establecer criterios para impulsar compromisos en temas sensibles, buscando el bien común por encima de cualquier otra consideración. En principio, esos ejes apuntarían a: seguridad nacional, defensa de la vida, respeto de libertades religiosas, transformación digital y emprendimiento, educación financiera e inclusión económica desde la familia, potencialización del sector agroindustrial, valores humanos y cultura ciudadana.
3. Revisar las relaciones internacionales no da espera. A pesar de vivir en un mundo cada vez más interdependiente, es imperativo hacer un balance serio de las relaciones con países que nada aportan al desarrollo social de Colombia. Nos preguntamos: además de una decrépita “revolución”, con sus implicaciones en terrorismo inteligente, destrucción política, económica y espiritual, ¿qué más nos ofrece Cuba? ¿Cuánto pesa la relación con Nicaragua dentro de nuestra balanza comercial? ¿Qué podemos hacer a nivel hemisférico para controlar el narcotráfico venezolano, auspiciador y socio del comunismo latinoamericano?
4. Necesitamos cortes que impartan Justicia no politizada. No es raro ver que algunos jueces y magistrados se vayan lanza en ristre contra actos que, una vez superados los “escándalos” de prensa, se demuestra fueron llevados a cabo en estricto Derecho. Pregunto: ¿el poder judicial está dominado por una élite que, en ocasiones, no esconde su compromiso militante con la ideología que se supone representa el narco-comunismo, hoy disfrazado de falso progresismo?
Por La Derecha: Pensemos en nuestro país y protejámoslo con un apoyo irrestricto a la Libertad y a los candidatos que la defienden. Evitemos choques e insultos entre nuestras filas; y por favor, no olvidemos que Colombia está en la mira de los comunistas. Nosotros, unidos en el 2022.