Petro fracasó, en tres meses no acabó con el ELN

Por: Fredy Garzón

Gustavo Petro llegó a la presidencia con una promesa tajante: en tres meses acabaría con el ELN.

Más de dos años después, esa promesa se ha desvanecido, y el grupo guerrillero sigue activo, cometiendo atentados y asesinatos, como el reciente asesinato de excombatientes de las FARC en el Catatumbo y firmantes de un acuerdo que el mismo Petro no ha logrado y que prometió con la “Paz Total”.

Este hecho es solo un reflejo de la incapacidad del presidente y su gobierno para garantizar la paz y proteger a quienes han optado por la desmovilización.

El presidente Petro ha fallado en un aspecto clave: la credibilidad. Su promesa de un cese rápido al fuego y el desarme del ELN no se ha materializado, y su gestión ha sido incapaz de contener la violencia.

Al suspender los diálogos con el ELN tras los continuos ataques, Petro demuestra que la supuesta paz que vendió en campaña no se traducen en resultados concretos.

La responsabilidad política de este fracaso es absolutamente suya y la de su bancada de gobierno. En lugar de soluciones efectivas, el presidente ha ofrecido incoherencia, y el país debe exigirle que asuma las consecuencias de sus promesas incumplidas. La paz no puede ser una bandera de campaña ni una excusa para debilitar y arrodillar a las fuerzas militares de Colombia.

El presidente Petro debe reconocer su responsabilidad política por la creciente violencia, el aumento de las guerrillas, el terrorismo y la falta de avances en los acuerdos. Nota final: Lo que tanto cuestionó la izquierda de Iván Duque y Álvaro Uribe de militarizar al Catatumbo, ahora también lo hace Gustavo Petro.

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