Noticias desfavorables y consecuencias del pésimo manejo fiscal del gobierno actual

Por: Duván Idarraga

Aunque pueda parecer repetitivo y monotemático, el tema de las finanzas públicas del país me sigue generando enormes preocupaciones. Haber cerrado 2024 con un déficit fiscal del 6.9% del PIB es una cifra absolutamente desproporcionada; ni siquiera en la peor época de la pandemia se llegó a ese resultado.

Es más, el gobierno Duque lo entregó con un 5.6%. Lo mas complicado, no hay una decisión clara, inmediata y contundente por parte del equipo económico del gobierno Petro para generar estrategias y acciones que permitan estimar que el resultado va a mejorar.

Es claro que para reducir considerablemente del déficit fiscal donde realmente debería actuar el gobierno, si quisiera, tendría que ser con los gastos de funcionamiento; lo graves es que sobre eso no se generan acciones.

Recordemos que entre el 2022 y el 2025 los gastos de funcionamiento han crecido por encima del 45%; adicionalmente, como un una confirmación de este crecimiento, debemos mencionar que las Órdenes de Prestación de Servicio (O P S), es decir, la contratación de personas (más burocracia) por parte del gobierno Petro, se ha incrementado de manera considerable al pasar de 48,000 personas en el 2022 a 64,000 personas en el 2024 alcanzando los $8,73 billones en gastos por este concepto (solo O P S, no se incluyen los crecimientos de más de 12.000 cargos que se han dado en este gobierno).

El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (C A R F), en su pronunciamiento número 15 de abril de 2025, ha generado varias inquietudes muy relacionadas con el tema comentado en esta columna; trascribo algunos de ellas “Con corte a febrero, el déficit fiscal primario -que excluye el gasto en intereses- fue superior al requerido para cumplir con la regla fiscal de acuerdo con el Plan Financiero de 2025”

“Los ingresos tributarios presentan un crecimiento nominal anual de 6,2%, muy inferior al requerido para cumplir con la meta de recaudo del plan financiero (22,7%).” “Todo lo anterior pone de presente la necesidad de adoptar, de manera oportuna, las acciones que conduzcan al ajuste necesario, por el lado de los ingresos o del gasto, que aseguren el cumplimiento de la regla fiscal este año.”

Por supuesto, para el C A R F, el tema fiscal del país es su mayor preocupación y con los inquietantes resultados en materia de ingresos (que no crecen lo requerido); mientras los gastos, tanto los de funcionamiento como los de servicio de la deuda (producto del mayor endeudamiento y del mayor interés que se viene pagando) se incrementan de manera descontrolada.

La conclusión es clara y contundente, el gobierno debe actuar pronto y de manera muy efectiva; lastimosamente, por el lado de los ingresos es poco o nada lo que puede hacer; el recaudo de impuestos durante el 2025 va a incrementar moderadamente producto del leve incremento de las utilidades de las empresas en 2024. Por el lado de los gastos de funcionamiento, donde tiene gran capacidad de maniobra, no hay voluntad; por el contrario, la nómina oficial ha crecido desbordadamente, al igual que el derroche y la corrupción. Otro aspecto que genera señales de alerta está relacionado con la reciente aprobación de incremento de las trasferencias del gobierno central a las regiones; una vez inicie va a incrementar el déficit fiscal.

El mercado, los inversionistas y los prestamistas están muy atentos al tema; si bien las Calificadoras de Riesgo no han castigado al país, es claro que ya se observa el impacto del déficit fiscal: Las tasas de interés que está pagando Colombia por nuevos recursos de crédito son más altas.

Por el lado de la Deuda Externa del gobierno central, las noticias tampoco son favorables. El año 2024 cerró con un 60% de deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), con tendencia al incremento y bordeando al 61% en los primeros meses del 2025. Recientemente, el gobierno colombiano recurrió a endeudamiento externo y obtuvo recursos por US$ 3.800 millones. La buena noticia es que pudo acceder a ellos; la mala, la tasa de interés pactada para los mismos es mal alta y por ende impactará la aguda crisis fiscal del país (tendrá que pagar más por el servicio de la deuda, aumentando los gastos).

Una pésima combinación, mayor endeudamiento a tasas más altas. Para complicar aun más el panorama, se conoció que el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció la suspensión temporal de la Línea de Crédito Flexible (LCF) que mantenía con Colombia; si bien es una medida temporal, no es extraño considerar que la misma esté relacionada con la difícil situación fiscal y de recursos de caja del país.

Esperemos que reversen la decisión. Revisando otros aspectos, como había escrito en columnas anteriores, las decisiones que está planteando el Ministro de Hacienda no ayudan a la confianza inversionista. Su propuesta de borrador de decreto para incrementar los porcentajes de retención en la fuente (que es un pago anticipado del impuesto de renta) que cancelan los grandes contribuyentes ha generado mucho ruido.

Eso de quitarle capacidad de caja para las actividades propias de cada empresa genera muchas inquietudes; además, refleja la crisis aguda de recursos que tiene el gobierno Petro (la pregunta es, ¿Qué pasó con los casi $100 billones que tienen en las fiducias?).

Si bien lo que se conoce es un proyecto de decreto que se socializó para obtener comentarios de las partes interesadas, es obvio que a ningún empresario le va a interesar que el Estado incremente los montos de retención en la fuente ya que ello reduciría la capacidad financiera de las empresas, todo un despropósito. Recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, reveló el indicador de seguimiento de la economía IES; para el mes de febrero creció un 1.77% respecto al mismo mes del 2024; pero es una cifra inferior al crecimiento del 2.6% que se había dado en el mes de enero (al comparar con enero del 2024).

Este indicador muestra un resultado puntual, habrá que esperar el dato oficial del crecimiento del PIB en el primer trimestre del 2025 para conocer con exactitud cómo ha sido el desempeño y cuáles son los sectores que han tenido resultados positivos y cuáles negativos. Aquí es importante mencionar que el Fondo Monetario Internacional (F M I) ajustó a la baja la expectativa de crecimiento para Colombia, lo redujo al 2.4% (lo tenía en el 3%).

Lastimosamente para el país y los colombianos, estas situaciones y noticias no son favorables y como he escrito tantas veces, lo grave es la nula gestión del gobierno para reversar decisiones y tendencias desfavorables; menos para generar estrategias y acciones que dinamicen la economía.

Salir de la versión móvil