Imputado por delitos relacionados con minería ilegal y nexos con el ELN Alirio Rojas Villegas, alias PAMBELÉ, apareció en tarima en una reunión con los senadores electos de Gustavo Petro. El Expediente revela detalles de la imputación que le hizo la Fiscalía General
Una reunión del pasado fin de semana entre senadores electos del Pacto Histórico dejó un dato interesante. Compartieron tarima con Alirio Rojas Villegas, alias PAMBELÉ, quien tiene serias acusaciones por parte de la Fiscalía General en relación con la minería ilegal en ese departamento.
En octubre de 2019 la dirección de derechos humanos de la Fiscalía solicitó medida de aseguramiento en contra de líder político y social del sur de Bolívar, Alirio Rojas Villegas, alias PAMBELÉ. La solicitud fue presentada ante el Juzgado 75 Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Bogotá.
Según la acusación de la Fiscalía, alias Pambele conformó y dirigió una empresa criminal que operaba en el Alto Caribona, jurisdicción del municipio de Montecristo, Sur de Bolívar. Sus presuntos delitos como uno de los líderes de esa empresa criminal y de minería ilegal quedaron detallados en el expediente judicial de esa investigación.
Cobraba una vacuna a los mineros que trabajaban en la zona -tanto de manera legal como de manera ilegal-.
Sancionaba, también económicamente a quienes no cumplían sus designios, como transitar por fuera de las horas que él establecía, llevar material explosivo para poder explorar y explotar minerales, transportar esos minerales, entre otras acciones.
Ha dirigido diferentes agremiaciones y asociaciones, supuestamente, sin ánimo de lucro para dar una apariencia de legalidad a sus actuaciones y para moverse entre los márgenes de la legalidad e ilegalidad, aglutinando a quienes dirigían entables mineros que para la fecha no eran legales pues no contaban con permisos de autoridades competentes.
A las personas de las comunidades que querían de alguna manera laborar en esas minas o en cualquier actividad económica alrededor de las mismas, les cobraba un porcentaje de la producción que hicieran en sus actividades económicas.
Decidía quién podía o no laborar en esas zonas marcadas por la violencia.
Dirigía y promovía actividades contaminantes en la quebrada Caribona, como vertimiento de mercurio y cianuro, así como mantenía plantas de fundición a cielo abierto.
Fue cabeza visible de una asociación que ejercía la minería industrial ilegal.
Utilizó a la población vecina, vulnerable por sus condiciones socioeconómicas y por la violencia de grupos armados, creando asociaciones que supuestamente reivindicaban explotación artesanal, pero nada de eso fue verdad, se mostró que existían trabajos industriales auspiciados y dirigidos por él, que afectaban a los propios trabajadores y habitantes de esa área.
Dirigía no sólo ASOMIWA (asociación con la que ejercía minería ilegal), sino también de una Junta Comunal y hasta un Consejo de Afrodescendientes, personas todas instrumentalizadas para sus personales fines de lucro y para que quien explotara legalmente y respetando las normas ambientales, fuera tratado como enemigo.
Se demostró que la zona no es ancestralmente afrodescendiente, sino que, por el contrario, patrocinó la llegada de personas con rasgos físicos distintivos, de otras zonas del país para que se hicieran pasar por tal comunidad.
Se encontró que transportaba, resguardaba y portaba ese tipo de explosivos sin contar con los permisos que se dan para ello.
Se comprobó también que al interior de esas minas ilegales se dieron diferentes muertes de trabajadores por no cumplir con las normas mínimas de seguridad en el trabajo para actividades de este riesgo, pero lo más grave es que se demostró que el señor indicaba que él era la autoridad allí y que tenían que recibir como una suerte de indemnización, los dineros que él quería ofrecerle a sus familias, sin derecho a reclamar tales cuestiones a las instituciones del Estado.
Se mostraron conversaciones que tenía con miembros del ELN en los que esos miembros le pedían resguardo, cobijo y, a veces, bienes y enceres que las tropas necesitaban.