Luis Gustavo Moreno, el joven Fiscal Anticorrupción que fue detenido hoy en una operación conjunta del CTI y la DEA y que será extraditado a Estados Unidos, hizo varias movidas poco transparentes para ayudar a sus amigos políticos y enlodar desde su trono en la Fiscalía a personas con quienes tenía diferencias, como la directora del Servicio Postal 4-72, Adriana Barragán, esposa del actual Secretario General de la Presidencia Alfonso Prada.
A principios de 2016, Luis Gustavo Moreno se desempeñaba como litigante en procesos de parapolítica y asesorando a algunas entidades del Estado entre ellas la dirección del servicio postal 4-72 en un litigio que enfrentaba la entidad. Su desempeño profesional no dejó satisfecha a la directora Adriana Barragán razón por la cual decidió prescindir de sus servicios a solo un mes de haber sido contratado. El malestar de Gustavo Moreno por la perdida del contrato lo motivó buscar el quiebre de la funcionaria, para lo cual utilizó su puesto en la Fiscalía General de la Nación.
En agosto de 2016, pocos meses luego de llegar a la Fiscalía, Luis Gustavo Moreno buscó al destacado periodista investigador de El Espectador Felipe Morales y le entregó una denuncia anónima, con sello de radicado en la Fiscalía, según la cual un funcionario del Servicio Postal 4-72, aportaba pruebas de una presunta red de trafico de drogas desde Colombia hacía China, integrada por directivos del Servicio Postal.
El periodista de EL Espectador trabajó la información con la confianza de tener un documento fidedigno y una fuente de alto nivel como era en ese entonces el director anticorrupción y con esos soportes el 24 de agosto de 2016 publicó una nota titulada »Denuncian red de funcionarios de 4-72 que envían droga a China».
Una vez publicada la noticia en el Espectador y retomada por el diario antioqueño El Colombiano, la directora, Adriana Barragán, contrató los servicios jurídicos de la oficina del ex director del CTI, Julián Quinata, buscando defenderse de la acusación anónima que había llegado a la Fiscalía.
Quintana comenzó su trabajo y su primer paso fue buscar al periodista de El Espectador quien en una conversación privada le reconoció que su fuente había sido el abogado Luis Gustavo Moreno y que ante las evidencias de que no se trataba de una denuncia oficial, con los requisitos necesarios, sino de una simple correspondencia, dijo sentirse engañado por el entonces abogado y posterior fiscal Anticorrupción. La misma versión le dio a El Expediente al ser consultado frente al tema.
En octubre de 2016 Adriana Barragán presentó una denuncia por »fraude procesal y falsa denuncia en persona indeterminada» a través de su apoderado Julián Quintana. Aunque en ese momento ya tenían claro que el montaje en su contra provenía de Gustavo Moreno, optaron por no mencionarlo con nombre propio en la denuncia, atemorizados por el poder y las retaliaciones que podría tomar desde su alto cargo en la Fiscalía.
En paralelo, la investigación los llevó a encontrar otra razón de Gustavo Moreno para intentar enlodar a la funcionaria y a las directivas de 4-72. El Fiscal Anticorrupción había prestado sus servicios en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes como asesor del congresista de Cambio Radical, Hernando José Padagui, quien a su vez tenía intereses contractuales a través de terceros en el servicio de transporte que presta 4-72, pero fue bloqueado por la directora Adriana Barragán. Por aquella época, Padagui le declaró la guerra a Barragán citándola a varios debates de control político, con la segunda intención de presionarla para que cediera a entregarle los contratos de transporte para uno de sus recomendados.
Actualmente la Fiscalía tiene el proceso y aunque Adriana Barrangán y su abogado Julián Quintana, prefirieron no hacer ningún comentario para no entorpecer la investigación, el El Expediente conoció que allegarán más pruebas a la Fiscalía de la participación de Gustavo Moreno en el montaje y la instrumentalización y engaño al diario El Espectador para publicar una noticia que en su momento fue un escándalo nacional que puso contra las cuerdas no solo a Barragán sino a los altos directivos del Servicio Postal 4-72.
Denuncia del Servicio Postal 4-72