¿LA GRAN ESTAFA DEL “PODER BLANDO» DE CHINA, LLEGÓ A AMÉRICA LATINA?

T.Coronel Gustavo Roa C

Cuando nos referimos al “poder blando”, término utilizado en diplomacia, nos referimos a la capacidad de un actor político, sobre otro, para incidir en sus acciones, intereses, proyectos y decisiones, con el fin de buscar sus propios beneficios.

Este tipo de acciones, las logran a través de medios, culturales, educativos e ideológicos, los cuales los complementan con acciones diplomáticas. Cuando revisamos las elecciones en América Latina y los resultados que han permitido favorecer los movimientos de izquierda, para que sus representantes logren llegar al poder, es pertinente analizarlo en función de la similitud de los procesos y la analogía de sus resultados.

Este fenómeno electoral, que se evidencia en la región y ha sido reiterativo en la mayoría de los países de América del sur. El fenómeno transversal común, que se ha dado en la región y denominado como el “voto del enojo» es más evidente aun, desde junio del 2021 cuándo se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en el Perú.

Desde entonces, hemos podido identificar qué las diferencias el número final de votos, entre los sectores políticos ganadores y perdedores, han sido cortos y por márgenes relativamente pequeñas. Encontramos también similitud en las cuatro últimas elecciones recientes en sur América, donde los ganadores han sido sectores de la izquierda, de igual manera las características técnicas y el desarrollo de los procesos, han sido similares en el avance y en la sorprendente rapidez y publicación de los resultados a la opinión pública nacional e internacional.

Otra de las casualidades son las novedades y críticas de las herramientas tecnológicas, como los softwares electorales y la precaria infraestructura de comunicaciones, por esta razón muchos medios internacionales como la Deutsche Welle DW, titulan reiteradamente sobre la manipulación de las elecciones en América Latina, donde se identifican los casos de fraudes electorales y las tácticas utilizadas para la manipulación de las mismas en la región.

Entre tanto me pregunto, sí aparte de la penetración de dineros del narcotráfico, acción de los nuevos grupos de poder, el autoritarismo y fraudes descomunales como los ocurridos en Nicaragua y Venezuela, ¿existe adicionalmente, intereses políticos para convertir a América Latina en el más fuerte bastión de la izquierda en el continente?

La otra pregunta que me formulo es, si una vez analizados los últimos resultados electorales en la región existe la intencionalidad, con planes previamente estructurados y patrocinados por grupos de poder de la izquierda mundial, para lograr que América Latina, según se avizora, se constituya en una referencia con alto interés geopolítico, ¿para las potencias comunistas?

Esta nueva” unión latinoamericana”, proyectada hace más de 20 años, estaría liderada por uno o dos países de la región y constituidas por la totalidad de las naciones, conformando un subcontinente con identidad política y económica especifica, bajo el poder, control y seguimiento de la izquierda mundial, incluso con una moneda regional, que reforzaría la dependencia financiera del gigante asiático. Todo lo anterior, ante la mirada impávida de Estados Unidos y sus aliados intercontinentales y la OTAN, que ven como día a día los países que antes eran sus socios activos, hoy tienen una estrecha cercanía y aparente indisoluble sociedad con el duro bloque asiático, conformado por China, Rusia y Corea del Norte.

El creciente compromiso y presencia de la República popular china en América Latina y el Caribe ha sido motivo de análisis por líderes políticos y de economistas de talla mundial, de igual manera, grupos de especialistas en políticas económicas de las principales universidades de los Estados Unidos como Harvard y Stanford, han planteado sus propias conclusiones sobre este fenómeno, denominado por la diplomacia, como el uso del “poder blanco” por parte de China y dirigido específicamente, hacia Sur de América.

Al respecto, un grupo multidisciplinario perteneciente a la academia de la fuerza aérea de los Estados Unidos, ha realizado estudios detallados sobre las proyecciones, metas y objetivos de la estrategia del “poder blando de la República de China” la cual se enfoca hacia América Latina. Estos estudios contienen profundas, pero no extrañas conclusiones, sobre los mecanismos qué viene utilizando el gobierno de China para fortalecer las relaciones con América Latina, con una fuerte acción ideológica y educativa, asistidas con herramientas de carácter político, social y económico, complementada por una vasta y amplia estrategia de comunicación y publicidad.

Con relación a esta estrategia blanda, se han podido identificar tres oleadas; una que nace en el 2014 y otra que se consolida a finales del 2019 con las ayudas de la República China a través de productos fitosanitarios y vacunas para varios países de sur América, dando inicio a la tercera oleada a principios del año 2021, época desde la cual, notamos que en América Latina hay un crecimiento inusitado y vertiginoso en la consolidación y triunfo de los gobiernos de corte izquierdista, empezando con Perú en las elecciones de junio del 2021 y terminando recientemente con Brasil en las elecciones de octubre del 2022.

Si hacemos un análisis de las 4 últimas elecciones celebradas en América Latina desde junio del 2021 en el Perú, hasta octubre del 2022, podemos comprobar que el inusitado avance de los movimientos de izquierda ha sido vertiginosos, logrados con grandes apoyos publicitarios y populistas, creando profundas divisiones sociales y utilizando gigantescos recursos económicos, provenientes muy seguramente, desde sectores del duro bloque comunista de Asia.

En las elecciones en el Perú, en el 2021, Pedro Castillo obtuvo el triunfo con una estrecha margen de diferencia ante Keiko Fujimori de tan solo el 1.8 puntos de diferencia. En noviembre del 2021 en Chile Gabriel Boric obtiene el 55.07 mientras Antonio Kast, obtiene el 44.13%, en agosto del 2022, en Colombia, Gustavo Petro obtiene un 50.47 % mientras Rodolfo Hernández obtienen 47.37% y la última y estrecha diferencia, entre la izquierda y los centro derechas o derechas, la conocimos en el Brasil donde Ignacio Lula da Silva obtiene un 50.9%, mientras Jair Bolsonaro obtiene un 49.1%.

Al verificar las estrechas diferencias porcentuales, estas están sobre solo el 9% de distancia y el promedio diferencial calculado, esta entre el 3% y el 4%. Otra casualidad está en el desarrollo del conteo en los cuatro países mencionados. Estos han tenido la misma identidad comportamental, en la cual la oposición a los partidos o movimientos de izquierda, inician ganando, pero en el avance de los escrutinios y al llegar al 40% aproximadamente, ocurre un cambio de cifras inesperado, pero la diferencia se consolida y es más abrupta al alcanzar el 60% de los escrutinios, allí se sella el triunfo de los partidos o movimientos de la izquierda. Los medios de comunicación al servicio del “progresismo”, difunden con asombrosa rapidez, incluso antes de los boletines de las autoridades electorales locales, los resultados finales a nivel nacional e internacional

El uso y participación del “poder blando” por parte de China, no solo tiene dimensiones de tipo político, cultural, tecnológico y de seguridad, sino también de carácter geoestratégico, tal como lo demuestran las cifras. El avance económico en la región por parte de la industria y los negocios chinos, permite acrecentar el impulso y el ritmo de presencia y atracción económica, el despliegue publicitario sobre beneficios sociales y participación de negocios en América Latina, ha sido intenso.

Es por esta razón, que vemos el creciente número de socios comerciales, donde los préstamos y las inversiones en la región han crecido exponencialmente en las últimas dos décadas. Según la Organización mundial del comercio, el comercio entre China y América Latina se ha incrementado de 18.500 millones de dólares en el 2002, a 312.000 millones de dólares en el 2020, en el 2021 la cifra llegó a 450.000 millones de dólares, batiendo récord, pese a la incertidumbre en la economía mundial y las vicisitudes causadas por la pandemia de covid 19, según datos de la Administración General de Aduanas de China.

El compromiso de China también adquiere dimensiones de carácter educativo, cultural, informativo, ideológico y tecnológico. La difusión dirigida por propaganda y medios de comunicación y patrocinado por el gobierno chino ha logrado el establecimiento de más de 44 institutos “Confucio” regionales para la enseñanza del idioma chino, lo mismo que para la expansión de su cultura, existen ya, varias estrategias educativas y de preparación en la modalidad de ”face to face” , es decir presenciales, incluyendo muchas becas para estudios superiores patrocinados por el gobierno de China y el intercambio estratégico con expertos especialmente dirigidos a estudiantes de ciencias políticas, periodistas, ciencias de la salud y otros académicos, de este lado del continente.

Estos son los objetivos generales y parciales a corto y mediano plazo, planteados en la estrategia expansionista utilizada por la República Popular de China, incluida en el plan que contiene la gestión del” poder blando”, el cual busca promover los objetivos estratégicos en América Latina. Estos movimientos en el ajedrez político mundial, le han generado éxitos indudables al gobierno de Xi Jinping, así como el crecimiento e implicaciones negativas de carácter económico, social y cultural para las relaciones entre los Estados Unidos con América Latina, donde se percibe un progresivo debilitamiento en el liderazgo de los USA, incluyendo las relaciones militares para la defensa continental, que años anteriores, tuvo un gran florecimiento a través de la Escuela de las Américas, (U.S. Army School of the Americas), especialmente con los ejércitos de países como Chile, Guatemala, Argentina, México, Colombia, Brasil, Panamá, El Salvador, Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador y Uruguay.

En conclusión, la mancha amarilla signada por el comunismo asiático está creciendo en forma inusitada en América Latina y sus tentáculos están llegando a todos los rincones del continente. Muy pronto, quedaremos a merced de la izquierda populista mundial y seremos una colonia ideológica del fuerte bloque comunista asiático, que pretende convertirse en un poderos imperio comunista, presente en varios continentes.

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