La educación está prisionera en Colombia

Por: Germán Valencia Castro

Cuándo nos detenemos a analizar el accionar delictivo que algunos consideran un movimiento social, pero que ha trascendido a terrorismo urbano, claramente nos damos cuenta de que sus actores, los jóvenes, han sido presa del sectarismo al mejor estilo Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas) para ser utilizados en la ley y el orden que consideran justo los socialistas progres de escritorio y que entre otras cosas viven como capitalistas, amantes del dinero.

Esto no es una casualidad, no es fruto de un “estallido social”, o de un conglomerado de injusticias en torno a las igualdades de las personas, convirtiéndolos en justicieros personales. No, esto es una estrategia de la educación que se encuentra presa, sí, en prisión desde hace años.

Los grandes jerarcas de la educación en Colombia aliados con antisociales sectaristas, han desvirtuado la educación en nuestro país dejándola en los más bajos niveles en el mundo, mientras enriquecen sus bolsillos personales con la etiqueta de sindicatos, a costa de adoctrinamiento demente, organizando ejércitos personales gratuitos para respaldar sus peligrosas ideas.

Remontémonos al 17 de julio de 1932 cuando un tal Jesús Villegas, comunista acérrimo, fundó los orígenes de lo que hoy se conoce como juventud comunista colombiana (JUCO), pero que en mayo de 1951 adquiere mucha más fuerza bajo la dictadura de rojas pinilla al punto de convertirse en miembros del partido comunista colombiano.

Se debe mencionar a un aliado importante del peligroso comunismo, Manuel cepeda Vargas, padre de Iván Cepeda, actual aliado de las FARC y defensor de violadores de derechos humanos, quien en diciembre de 1962 es elegido secretario general de la JUCO con una consigna que decía “por la revolución colombiana, organicemos la juventud”.

Es allí cuando miembros de la universidad nacional hacen un congreso para que sus militantes amplíen su presentación y empiecen a tomar el control de las universidades públicas en Colombia. Basta con visitar las instalaciones de la Universidad Nacional y observar la implacable apología hacia el totalitarismo de dictadores en América Latina.

El claustro educativo sí ha tenido en su nómina profesores al servicio del adoctrinamiento. Desde hace años se viene denunciando qué algunos docentes de universidades públicas incluso pertenecían a las células urbanas de las FARC y del ELN, “estudiantes” que duran hasta más de 25 semestres en la universidad, es obvio son los encargados del adoctrinamiento. ¿Cómo está el panorama hoy? Peor, existen múltiples denuncias de docentes del magisterio de Colombia, sindicalizados por FECODE, que se han caracterizado por adoctrinar estudiantes de primaria, secundaria y media, al punto que les han enseñado el odio acérrimo hacia presidentes de la República, pero nada que tenga que ver con sus líderes que han cometido crímenes atroces en el pasado.

Es lamentable escuchar a niños de 15 años hablando de política pero solo con la tesis del marxismo, viendo como verdugos y enemigos de la patria a estadistas que han querido darle un cambio lógico al país. (49) El video de profesores de FECODE adoctrinando niños contra la “Ultraderecha” y por la “Paz” – YouTube. ¿Podríamos decir entonces que los educadores en Colombia han secuestrado la educación o peor aún, podríamos decir que han estado envueltos en el tema de reclutamiento de menores? Hay fuentes de investigación y señalamientos a docentes aliados en zonas rurales del país de las FARC.

La más reciente y fuerte aplicación de dicho adoctrinamiento ha sido la peligrosa Primera Línea, el ejército del petrismo que incendio el país, bajo las órdenes de progresistas de escritorio y que notablemente fueron envenenados en la cárcel ideológica del odio y guiados por los pusilánimes sectaristas que enlodan la bella profesión docente.

Estos jóvenes pasaron de la teoría a la acción vandálica, incendiando el país con una ola de violencia impresionante, llena de odio y de clasismo hacia diferentes estratos sociales, al punto que se volvió un delito tener comodidades en Colombia. Pero el panorama empeora, este gobierno quiere sacar de prisión a esos jóvenes que ellos mismos convirtieron en antisociales y que hoy están bajo la orden de la ley, sin embargo este desgobierno ha enfrentado al poder jurídico y quiere menospreciar las leyes del país para salirse con la suya. Ahora profundicemos en estas preguntas, ¿Nos quedaremos viendo como nuestra juventud es destruida en todo concepto moral, académico, social y constructivo?

¿Está Colombia preparada para salvar las instituciones del país utilizando los recursos constitucionales, del mal que quieren propagar irresponsables ideólogos en la mente de nuestros educandos? Debemos retomar el hilo conductor correcto del futuro de los niños, los docentes no somos sectarios, politiqueros o alfiles del crimen organizado, debemos ser fuente de inspiración, formadores de vida y constructores de sociedad. ¡Demos paso a la libertad de pensamiento de nuestros estudiantes, no hagamos robots, hagamos personas!! Germán Valencia Castro – @ValenciaGermanC , Twitter

(Visitas Totales 51 )
Salir de la versión móvil