El proceso de elección de Contralor General tiene a todos haciendo cuentas: el Centro Democrático no es la excepción. hay un grupo de congresistas encabezado por Honorio Henriquez promoviendo la aspiración de José Andrés O’Meara Riveira, un abogado de la Universidad Sergio Arboleda, donde fue compañero del Presidente Iván Duque. Se sabe que ya tuvo un encuentro informal con el senador Uribe y tiene agendada una cita con el Secretario General del Presidente Iván Duque, Jorge Mario Eastman, un viejo conocido de reuniones en el Hotel Dan en épocas de la Yidispolitica.
Sin embargo pocos recuerdan que O’Meara fue pieza clave del más fuerte escándalo que ha tenido que afrontar el entonces presidente Uribe conocido como la Yidis Política.
En abril de 2008 la Representante Yidis Medina aceptó haber recibido dadivas a cambio se su voto, necesario para aprobar la reforma Constitucional que permitió la reelección del gobierno Uribe en el año 2006.
Ese proceso contra el expresidente y su gobierno, derivó en la condena de los exministros Sabas Pretelt De La Vega y Diego Palacio y de los secretarios Alberto Velásquez y Bernardo Moreno, todo por la entrega de varios cargos a cambio de votos en el congreso, siendo el más relevante la Notaría 67 de Bogotá, entregada a Teodolindo Avendaño quien se la vendió a O’Meara, por $204 millones soportados en un pagaré.
En todo ese entramado aparece otra persona clave: José Andrés O’Meara, hoy candidato a la Contraloría General de la República.
José Andrés O’Meara, hermano del notario Luis Camilo O’Meara, también recibió su parte; fue nombrado director de asuntos jurídicos y luego director político y electoral del Ministerio del Interior y de Justicia en cabeza de Carlos Holmes quien reemplazó a Sabas Pretelt, que hoy paga condena por ese caso.
Hasta hoy no se sabe que pasó con los pagares firmados por O’Meara a cambio de la turbia negociación de la Notaría 67 de Bogotá, pero lo cierto es que los hermanos no solo resultaron muy beneficiados de la Yidispolitica sino que son una pieza clave de un capitulo oscuro en la exitosa vida política de Álvaro Uribe quien junto con el Presidente Duque tienen la ultima palabra en la decisión que tomará el partido frente a la elección del Contralor General.