El sutil pero infame esclavismo ideológico del siglo XXI practicado por la izquierda

Por: T. Coronel (R) Gustavo Roa Cuervo 

El decálogo conocido como la “filosofía del engaño socialista”, contiene la implementación, como objeto de psicología social, de un nuevo modelo de esclavismo ideológico del siglo XXI. Esta es una acción dirigida específicamente a los segmentos poblacionales de la niñez, adolescencia y juventud, utilizando la técnica denominada “ideologización mantenida”, donde se logra, que tanto jóvenes y niños, desarrollen mediante el uso de una historia parcializada y manipulada, un creciente y agresivo sentimiento de animadversión, contra sectores ideológicos diferentes a la izquierda, con el empleo de mecanismos de desprestigio y manipulación de la verdad.   

La izquierda muestra, al oponente de la práctica ideológica, no como una forma de libre disentimiento de ideas y principios, sino como un pensamiento infame, creado a propósito por la oposición, contra los intereses básicos del pueblo, generando al mismo tiempo, violencia, injusticia y arbitrariedades, en contra de los sectores populares. Tanto en Colombia como en América Latina, esta perversa técnica tiene una premisa especial, la cual consiste en iniciar este proceso, de “ideologización mantenida”, desde los primeros años de formación escolar de los niños, hasta consolidarlo en la edad madura, cuando la persona haya logrado, una formación profesional, técnica o tecnológica, administrada por el sector público, en cabeza del Estado. 

En esta labor de ideologización, participa activamente, una gigantesca infraestructura de presión sicológica, conformada por las organizaciones, sindicatos y agremiaciones de docentes, a través de políticas educativas, estructuradas como hojas de rutas programáticas, dentro de planes preconcebidos y con objetivos claramente políticos e ideológicos.

Este es un nuevo modelo de extremismo mental, que permite la esclavitud de las generaciones jóvenes, mediante la captación de la voluntad, utilizando viejos y caducos prejuicios religiosos e ideológicos, vigentes hasta antes del año 1.800, donde se perseguían y calificaban como perversos, a quienes labraban sus fortunas con esfuerzo. Estas ideas preconcebidas, han sido ampliamente revaluadas desde la revolución industrial y el descubrimiento del vapor en 1.820, donde el ser humano entendió y comprobó, que tanto la pobreza, como la riqueza, son solo estados de percepción económica, donde el ser humano, tiene la libertad de  permanecer o abandonar, tal como lo explica la PHD, Deirdre McCloskey famosa economista autora del libro “La gran divergencia”, ya que tanto el comportamiento de la conducta social y la estructura de la ley de la oferta y demanda de bienes y servicios, cambiaron sustancialmente en su concepción y en su praxis, pues a partir de la revolución industrial, los que nacían pobres, podían morir ricos y los que nacían ricos, podían morir pobres. 

Pero la izquierda, a pesar de la vigencia de nuevas tendencias en el comportamiento humano, las desconoce o prefieren no discutirlas, pero en cambio, utiliza la práctica, de mecanismos de explotación de sentimientos humanos, tales como la limitación en la satisfacción de necesidades básicas, la animadversión al capitalismo, el rencor como arma de cambio, la envidia contra la clase media y productiva, el enojo y la frustración, contra el establecimiento y la retaliación como recurso de protagonismo social. 

Este modelo de esclavitud moderna es totalmente atípico, no tiene que ver nada con la esclavitud practicada en siglos anteriores y por diversas civilizaciones en el mundo. Esta es una manera de esclavitud, mucho más estructurada, cruel y duradera, tanto en lo mental, como en la visión del deseo consciente, en la explotación de la capacidad de crítica destructiva y una manipulación colectiva, en la apertura visionaria de problemas solucionables, cuyo verdadero origen y génesis histórico,ha sido ocultado a propósito, por conveniencia de la izquierda, desde hace ya varios años. 

La “ideologización mantenida”, cubre tres espacios fundamentales dentro de la sociedad: 

1. Explotar la ignorancia histórica, con el refuerzo ideológico y manipulación de la verdad, estratagemas adelantadas con todos los recursos existentes de los regímenes izquierdistas, tanto aquellos de carácter publicitario, como los legales, jurídicos y económicos, apoyados siempre, con acciones demagógicas y populistas, acciones pedagógicas y de psicología social, realizadas desde la segunda infancia, por profesores, maestros y formadores juveniles al servicio del régimen y sutilmente complementada por planes de propaganda, difusión y divulgación a nivel internacional, sobre falsos logros sociales y económicos, alcanzados por el régimen, en el poder. 

2. Suplir las necesidades básicas, de la población, a través de técnicas de engaño, asfixiando, a la clase media y al sector productivo, generador de fuerzas laborales, con el fin de lograr, que el Régimen se convierta, en el único proveedor de la asistencia social, alcanzando de esta manera, un fuerte sentimiento de simpatía, solidaridad, devoción y adoración popular a favor de la propuesta izquierdista. 

3.Explotación de las vulnerabilidades de la oposición y manipulación de la información, utilizando recursos estatales de comunicación masiva, con prácticas de engaño, distorsión, deformación y provocación de la verdad, generando de esta forma, conflictos, que desacrediten, desprestigien y logren desconceptuar a los opositores políticos y contradictores ideológicos, vinculando a algunos de sus lideres, en la comisión directa de delitos sociales, que impacten y consoliden la animadversión, antipatía e inquina popular, contra sus antagonistas políticos y también contra sus simpatizantes y aliados. 

Estos tres fundamentos buscan la utilización de agentes desestabilizadores en el ámbito social, económico y político, que les permita crear, un ambiente de profundo temor, confusión y desconfianza, facilitando que los incautos ciudadanos, deban acogerse de manera voluntaria o involuntaria, a las propuestas del régimen socialista, so pena de convertirse en enemigo natural de este, que tendrá que afrontar consecuencias, cuando el régimen empiece a endurecer su posición, con el fin de alcanzar sus oscuros objetivos. 

Surge entonces, la creación de mecanismos, de reforzamiento ideológico, una de esas prácticas de engaño popular, es la creación de las “bodegas de la infamia”, las cuales no solo se dedican a reforzar las mentiras, de los grupos políticos de izquierda y de extrema izquierda, sino que su labor, ha sido adelantar una vasta y amplia campaña de desprestigio, en contra de los sectores políticos contradictores, incluyendo a miembros de las Fuerzas Militares. 

Esta infame estratagema, para crear sentimientos de temoral régimen, entre los mandos militares en ejercicio, les ha obligado a valerse nuevamente, de criminales confesos y condenados, por delitos de lesa humanidad, para que a cambio de favores jurídicos, retomen con toda agresividad sus manipuladoras y antiguas declaraciones, donde se vinculen nuevamente a militares, algunos de ellos ya muertos y otros aún detenidos, como consecuencia de confusos, amañados e inexplicables procesos, mientras los verdaderos genocidas, criminales e incluso reconocidos pedófilos, pertenecientes a la remozadaoligarquía comunista, hoy hacen parte de las “nuevas y renovadas»  fuerzas políticas de la extrema izquierda, con la anuencia de una justicia creada a la medida de los terroristas y como implacable herramienta, contra supuestos errores en el combate, cometidos presuntamente por algunos de los antiguos mandos militares.

La esclavización ideológica de la izquierda, contra los pueblos de América latina, debe ser una prioridad, que permita crear estrategias de neutralización, por parte de todos los sectores de la sociedad productiva y la clase media, que vienen sufriendo este delirante avasallamientode la mentira , el engaño y la frustración, desplegada, por la infamia práctica del socialismo latinoamericano.

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