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EL SOCIALISMO, BELLO POR FUERA Y HORRIBLE POR DENTRO

por El Expediente
junio 22, 2021
en Opinión
Tiempo de leer:5 mins read
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DUDAS Y PROBLEMAS CON LAS VACUNAS CHINAS
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Por: Luis Zuñiga

Si yo fuera una persona pobre en Colombia, con una familia que mantener y muchas dificultades para logralo, les prestaría oídos a los que vengan a hablarme del socialismo. Me dirán que es un sistema donde todos son iguales, sin ricos ni poderosos, que todos reciben gratis atención médica y educación, que no hay desempleo y que los recursos se distribuyen igualitariamente. Me dirán, además, que el pueblo postula y escoge a quienes los representarán en los diversos niveles de gobierno: alcaldes, gobernadores, legisladores, jueces, etc. No voy a entrar ahora en el análisis sobre lo que me dirán al final de la explicación, de que “hay que luchar” para lograr que el socialismo triunfe. Eso lo reservo para el final.

Quedémonos, por ahora, en la “oferta”. La “descripción” de cómo se vive bajo el socialismo, luce magnífica y la ilusión de que el gobierno me de todo eso, es maravilloso. Pero ¿es así, realmente, el sistema socialista? Si fuera verdad, el pueblo de la Unión Soviética, primer país socialista en el mundo, no lo hubiera abandonado. Tampoco lo habrían abandonado los países de Europa del Este: Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria, la República Democrática Alemana y Yugoslavia. Tampoco lo hubieran abandonado los países Bálticos: Letonia, Estonia y Lituania. Hasta en África, un continente con una pobreza espantosa, los países que tuvieron sistemas socialistas como Mozambique, Zambia, Etiopía y Angola, tampoco lo habrían abandonado.

La pregunta que sigue es lógica: ¿Se pueden equivocar tantos cientos de millones de personas que han vivido el socialismo? Por supuesto que no. Pero ¿por qué razón el socialismo sigue siendo una opción o una propuesta con muchos simpatizantes en América Latina y, particularmente, en Colombia? Una razón básica, y pueden haber varias otras razones, es la falta de información combinada con una fuerte propaganda política.

¿Qué saben los colombianos sobre Cuba socialista? Muy poco, por no decir nada. Por una parte, los pobres no tienen tiempo para ver noticieros ni leer periódicos y, por otra, como Colombia es un objetivo importante del régimen cubano, como antes lo fue Venezuela, por la enorme cantidad de recursos naturales que tienen le dedican muchos esfuerzos para hacerle creer a los colombianos que Cuba es “maravillosa”.

Con ese objetivo, se gastan miles de dólares mensualmente “comprando” periodistas. A unos les pagan para que escriban a favor de ese régimen y a otros los “captan” con viajes a Cuba como turistas o, como han hecho muchísimas veces con intelectuales y artistas, publicándoles gratuitamente sus libros o sus obras culturales. Lo que escriben sobre Cuba, simplemente, se lo dicta un funcionario cubano. No hace falta enfatizar que sus artículos no tienen nada que ver con la realidad de Cuba: son pura fantasía y engaño.
En los países libres como Colombia, se puede conocer la opinión de la población mediante las elecciones. Pero, en los países socialistas no es posible porque no hay elecciones sino votaciones.

En otro artículo les podré explicar la diferencia. Sin embargo, en Cuba, como en cualquier otro país socialista, la opinión de la población solamente se puede conocer por su conducta. Y, fíjense que de todos los países socialistas, absolutamente de todos, las poblaciones huyen masivamente y por todas las vías posibles.

Por ejemplo: De Cuba han logrado huir más del 10% de la población. Y destaco la palabra “huir” porque a los cubanos, al igual que en la Unión Soviética y en los países socialistas de Europa del Este, les estaba prohibido “salir del país”. Un ejemplo real ayuda a conocer la verdad. Mi amigo de la infancia, Jorge González Duarte, trató de escapar de Cuba en una balsa de madera que fabricó. La hizo flotar por debajo amarrándole un salvavidas grande. Cuando entró al mar, al este de La Habana, lo descubrieron guardias que custodian las costas, le dispararon y lo arrestaron. Su delito: “Salida ilegal del país”. La condena: 12 años de prisión. Fue “indultado” 8 años después.

La historia “viva” la tienen muy cerca los colombianos. Ahí está Venezuela, donde el régimen de Chávez y Maduro no ha llegado a ser tan “socialista” como el de Cuba, y ahí tienen a millones de venezolanos huyendo en masa. Los colombianos de más edad recordarán el “Muro de Berlín”, la pared de concreto, con guardias armados, que construyó el régimen socialista alemán para evitar que el pueblo escapara del socialismo.

El punto importante a entender es que, aún sin información sobre lo que es realmente el socialismo o cómo se vive bajo él, el hecho de que los ciudadanos huyan en masa y dejen detrás lo que tengan para rehacer sus vidas en otro país como extranjeros y sin recursos personales, tiene que servirles de alerta sobre lo horrible que es vivir bajo el socialismo. Ojalá no ignoren esas evidencias las personas que están prestándole oídos al socialismo o, peor aún, las que están pensando darle su voto para que un socialista los gobierne y les imponga ese sistema.
Al comienzo decía que después de la “explicación” sobre el socialismo, los activistas de esa idea piden su participación en la “lucha” para que el socialismo triunfe, especialmente si la persona es joven. La “captación” puede ser para incorporarlo a las guerrillas armadas si la persona vive en un área rural. Si vive en una ciudad, le pedirán que participe en las “acciones sociales” que, en realidad, son protestas en las calles.

Es un hecho que ningún colombiano puede ignorar, que las guerrillas se financian con la producción y tráfico de estupefacientes, especialmente la cocaína. Es muy difícil de entender que una persona decente participe en una “lucha” política mezclándose con actividades delincuenciales o asociándose con los criminales que las realizan.

La segunda opción de lucha que les ofrecen, la protesta popular, ha tomado un matiz diferente.

Históricamente, las marchas y las protestas populares eran pacíficas y su objetivo era hacer un pedido al gobierno o rechazar una ley, mostrar el respaldo de la población a una medida o a un grupo político en especial. Pero, bajo el esquema socialista, las protestas son violentas, van acompañadas de saqueos a comercios, quema de la propiedad pública y hasta de los autos policiales.
El mensaje no puede ser más claro. Quieren mostrar que son violentos, quieren crear temor, miedo en la población para que nadie se atreva a confrontarlos. Desafían a la policía para que haya derramamiento de sangre y acusarla de criminal. Ese es el objetivo.

La estrategia la conocen muy bien los que tienen experiencia en los métodos socialistas: Se convoca a la población a participar en un reclamo o protesta justa por una medida del gobierno, sea el aumento del precio del transporte público, como en Chile, o una ley tributaria inadecuada, como ocurrió antes en Colombia. Esa es solamente la justificación para realizar la protesta.

Pero, lo que no saben los ciudadanos honestos que van a participar en la protesta, es que los estrategas socialistas hacen contacto con grupos delincuenciales y les pagan para que durante la protesta realicen saqueos, lancen botellas incendiarias a los autos de la policía y vandalicen las propiedades públicas como las estaciones del metro en Chile o los edificios del gobierno en Colombia.

En los videos de las protestas se pueden ver a los estrategas socialistas, usualmente con las caras cubiertas, para esconder su identificación, dando órdenes y organizando la violencia. Recuerden las protestas violentas de Ecuador y Bolivia donde capturaron cubanos entregando grandes sumas de dinero.

En la misma medida en que se acerquen las elecciones en Colombia, van a ir aumentando esas “protestas” violentas e incrementando el clima de terror para que los colombianos que no comulgan con el socialismo se queden en sus casas y no salgan a votar.

La conclusión a sacar es simple: ¿Deben los colombianos entregarle el gobierno de su país a individuos que usan la violencia, el terror y las actividades ilegales como medios para llegar al poder político? ¿Desean los colombianos vivir como los cubanos o como los venezolanos? Si la respuesta es, sí, deben comenzar a preparar sus “trochas” de ruta hacia Ecuador, Brasil y Panamá porque, eventualmente, las necesitarán.

Luis Zúñiga
Exiliado cubano
Analista político
Ex diplomático

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