¿El gallo es Vicky y la espuela es Uribe?

Por: Julio César Mancera Acosta

Mientras Colombia lucha contra la violencia y la pobreza, se la juega por mantener su democracia. Será que, contra el gallinero que está armando el petrismo, ¿Vicky es el gallo de pelea y la espuela contundente es Uribe?

El mes de marzo continúa con más y peores escándalos, que involucran a altos funcionarios del gobierno del presidente Gustavo Petro, como ya estamos acostumbrados.

Cuando no es la violencia que se ha tomado, no dos regiones, como asegura el mandatario, sino grandes zonas a lo largo de todo el territorio Nacional o delincuentes comunes agrediendo día y noche a la ciudadanía; son las investigaciones, demandas o sospechas contra funcionarios estatales y miembros del Pacto Histórico, las pujas internas del petrismo o la escabrosa financiación, que parece rodear a la campaña del hoy presidente.

Entre tanto, empieza la recta final de este gobierno y ya suenan los nombres de los posibles candidatos, a las elecciones de 2026. Unos más fuertes que otros. Las recientes encuestas de Guarumo, el Centro Nacional de Consultoría y los sondeos populares muestran un panorama, que, de mantener su tendencia, tendrá a Vicky Dávila, Gustavo Bolívar, Sergio Fajardo, Germán Vargas Lleras, Claudia López y María Fernanda Cabal, liderando la puja por el solio de Bolívar.

Por supuesto los nombres de Juan Manuel Galán, Miguel Uribe Turbay, Paloma Valencia, David Luna y María José Pizarro, también suenan como figuras importantes para equilibrar la balanza de uno u otro lado.

Ahora bien, el país sigue al garete, la economía flaquea, el modelo del sector salud de Petro, pareciera querer matar tantos colombianos como los violentos; los grupos armados y los delincuentes en general, nos amenazan, desde las calles, hasta el alto gobierno y a Gustavo Petro, ¡le quedó grande la tarea de gobernar! Pero tan espantoso panorama, parece haber acelerado la carrera presidencial y Colombia se debate entre continuar un camino temerario hacia el abismo del proyecto neo marxista y sobre todo delirante, del Pacto Histórico y todos sus aliados o retomar el rumbo y reconstruir la Nación.

Quizás por eso los dos últimos actos públicos del presidente han sido, al parecer, una muestra bochornosa de participación electoral, porque la “alocución presidencial”, con bandera del M-19 ondeada frente a cámara, durante una hora y la presentación de los nuevos ministros, tuvieron todas las características de actos de campaña electorera y nada de actuaciones de Estado y mucho menos de trabajos de campo, para solucionar los graves problemas del pueblo colombiano. De otro lado, personajes como Roy Barreras y tantos más, están haciendo una juiciosa labor por unir a la izquierda y a todos los aliados del petrosampersantismo, para atornillarse en el poder, aun a costa de las y los colombianos.

Mientras tanto, los sectores democráticos, la oposición y las propuestas de alto valor patriótico desperdigadas y cada quien por su lado. Es hora de invitar a los precandidatos, a los empresarios, a los líderes de opinión, líderes sociales, económicos y barriales a trabajar unidos, sin egos y dejando atrás la feria de las vanidades, para recuperar a Colombia, no para las élites, como vocifera el populismo, sino para el pueblo, que al final del día, somos más de cincuenta millones de colombianos.

El discurso de las soluciones verdaderas, de los derechos humanos y del progreso, no pueden seguir secuestrados por quienes han hecho derroche de inexperiencia, corrupción y alianzas oscuras, como las que llevaron, según sus víctimas, a posibles violadores de niños y determinadores de crímenes atroces, al Congreso de la República, designados a dedo bajo el gobierno Santos o presuntos financiadores de la campaña presidencial, ¡con dineros sucios y empapados de sangre!

¡Los sectores democráticos, la derecha, el centro y sobre todo quienes creemos que una Colombia próspera y sin odios, es posible, debemos jalar para el mismo lado! Si la tendencia demuestra que contra el gallinero que ha armado el petrismo, el gallo es Vicky Dávila, pues debemos rodearla y acompañar la mejor opción para Colombia, sin sectarismos y sin egos, sino con la visión de estadistas, que necesita una democracia.

Claro, falta mucho para las elecciones y todos los candidatos, hombres y mujeres valiosos, deben hablarle al país, mostrar sus propuestas y liderazgo, mientras se decanta la lista de presidenciables, pero ¡ojo!, que no nos coja el tiempo, porque para cuando salga el borrador del primer tarjetón electoral, ya debemos tener una sola candidatura o nos lleva el que sabemos. Lo que puede definir la contienda, además de la unión será, entre otras cosas, la formula vicepresidencial y por ahí está la otra fascinante posibilidad de retomar el rumbo.

Muchas posibilidades se van presentando, pero ya hay quienes hablan del expresidente Álvaro Uribe, como fórmula vicepresidencial. No en vano, algunos buscan mantenerlo amarrado a procesos jurídicos y otros hacen las consultas respectivas ante el consejo de Estado.

Lo cierto es, que, haciendo uso del español coloquial: ¡O nos unimos o nos hundimos! Sea cual sea la candidatura que tome más fuerza, hay que rodearla e impulsarla, como verdadera alternativa a la debacle y si quizás, Vicky Dávila es el gallo, para la pelea, ¿por qué no?, ¡Uribe puede ser la espuela que de la estocada final!

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