Por: TC Gustavo Roa
Algunos autores de artículos y crónicas ensalzan, con sospechosa vehemencia al comunismo-socialismo- progresismo, tres de los adjetivos utilizados por la izquierda, pero al revisar sus contenidos encontramos que son distorsionados, alterados y acomodados sutilmente, mediante cifras y datos irreales, que lo hacen con impresionante habilidad, “virtud” propia de los populistas.
Esconden sus armas más enconadas, para presentar un panorama más equitativo y balanceado. Pero la mayoría de los colombianos y más aun los que somos soldados, entendemos la trampa, porque la hemos vivido en carne propia o en la de los campesinos, habitantes de la Colombia recóndita. Cuando se leen contenidos a favor de la izquierda criolla, se debe ser profundamente cuidadoso, pues la capacidad de sus autores, para tergiversar palabras y sus significados, es muy reconocida.
Los soldados hemos vivido crudas experiencias de primera mano, comprobando el actuar de grupos terroristas. Conocémos sus triquiñuelas y hábiles pero sórdidas estrategias de engaño, auspiciados o al menos defendidos por un gran sector político de la izquierda.
No olvidemos que grupos armados bajo el repetido, desprestigiado y fastidioso eslogan de «justicia y equidad social”, han llevado el dolor y muerte a compañeros, y humildes colombianos, habitantes de adoloridas regiones de nuestra geografía.
La izquierda populista, ha incentivado la lucha de clases, que es la causante y generadora de la violencia más notoria de toda la historia reciente. Me parece una falta de respeto y una afrenta contra la memoria de nuestros compatriotas colombianos caídos por el fuego o accionar de estos asesinos, que hoy algunos de ellos se presenten como «adalides de la paz y convivencia».
Han aparecido, luego de delinquir y hoy han sido arropados por procesos de paz y desmovilizaciones sin consecuencias legales. Es inaudito que nos hablen de paz, justicia, equidad, respeto y convivencia, con tanta propiedad, olvidando sus oscuros y delictivos antecedentes.
No «comamos entero» por favor, es necesario desglosar sus falaces propuestas e informarse mejor, sobre la verdadera intención de esta tendencia extremista. La capacidad de persuasión y engaño dialéctico de sus voceros ha sido ensayada, planeada y preparada desde hace años, con intensos adiestramientos, realizados por sus integrantes en Cuba, Rusia y países socialistas del antiguo bloque del este.
Es conveniente anotar, que cuando analizamos el auge inusitado del comunismo en el mundo, hoy denominado como “progresismo” de acuerdo con lo planteado en la estrategia de la “filosofía del engaño”, es oportuno señalar que existen diferencias muy notorias, entre los modelos del socialismo latinoamericano y el socialismo europeo, en el contenido y objeto final, del pensamiento social, económico y político, así como en la estructura de la gobernanza.
En latinoamérica, los países que han tenido el infortunio de tener gobierno de izquierda, por elección o por la fuerza de los engaños electorales, están quebrados, aniquilados o han deteriorado su nivel de vida interno, alcanzando índices de miseria extrema. Investiguémos, como ejemplo el modelo del comunismo cubano, que a través de los años a generado la más profunda crisis económica y social de la isla, de acuerdo con estudios de organizaciones internacionales como la ONU y un estudio de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore.
Este estudio tiene como resultado que entre los 10 países más miserables del mundo 5 están ubicados en América Latina y el liderazgo de esta pobreza en la región está encabezado por dos países socialistas, Cuba y Venezuela en su orden.
Revisemos también, la más recientemente historia de otros países de la región, donde las izquierdas han gobernado y pondremos comprobar, el franco deterioro del comportamiento socioeconómico durante el ejercicio de estos gobiernos.
En países, como Ecuador, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Brasil, Argentina, Perú, el resultado es latente. A manos de estos gobiernos «participativos o innovadores» auspiciados por los tentáculos de la izquierda latinoamericana, los resultados han sido nefastos, comprobando la ineficacia social de las teorías marxistas, pero en cambio, el sorpresivo enriquecimiento de sus gobernantes.
Yo honro a mis colegas militares y policías, pero muy especialmente a los campesinos, ganaderos, empresarios y otros ciudadanos colombianos, que han sido víctimas del engaño, a través del secuestro, la extorsión, el chantaje y el asesinato, ejecutado por los grupos terroristas, de todas las tendencias ideológicas y auspiciados por el narcotráfico y las extremas políticas.
Mi respeto y admiración para los padres, madres, esposas y huérfanos víctimas, de esta cobarde guerra generada durante tantos años, por los grupos terroristas.
Las estratagemas de comunicación pública y esta nueva y sutil publicidad, ha sido creada con un trasfondo engañoso y manipulador de la izquierda, para hacerle eco a un aparente progresismo y humanismo, basado en la filosofía Kantiana, que permite ocultar la verdadera intención de una izquierda violenta, que se proclaman como defensores del pueblo, con el beneplácito de resentidos o de incautos colombianos, que han permitido que su receptividad sea evidente.
La fórmula matemática maldita. Cambiar la tradicional corrupción, por el populismo corrupto, es cambiar una democracia imperfecta, por una perfecta autocracia; vaya tamaña estupidez…pero aún así, parece que varios países latinoamericanos la han aceptado.
El interés de la oligarquía latinoamericana, para conformar un fuerte bloque comunista en esta parte del continente, es un trabajo planteado y constante. Tendremos que reaccionar con patriotismo y entereza desde ya, para evitar el aniquilamiento de lo poco que nos va quedando de la democracia, en nuestro continente. ¡Primero Colombia!