Por: Luis Alfredo Ramos
Hace 61 años el pueblo cubano consintió ingenuamente la llegada al poder de FIDEL CASTRO y su grupo, alzado en armas, quienes disfrazados de demócratas y salvadores del país, derrocaron el régimen del entonces dictador FULGENCIO BATISTA.
Poco tiempo después, CASTRO destapó sus cartas y declaró sin pudor que su gobierno seguiría la orientación comunista, para desgracia de los cubanos. De allí en adelante todo fue un pervertido régimen dictatorial con un solo jefe y un caudillo que daba las órdenes. Fue mucho más que una dictadura, fue una tiranía patrocinada por el antiguo y corrupto régimen soviético, que con una intensa campaña de ideologización llevó a las cárceles y al paredón a quienes no estuvieran de acuerdo con el gobierno castrista, incluidos muchos de los que participaron en la caída de BATISTA.
La dictadura de CASTRO llevó a la pobreza a toda la población cubana y solo pudo subsistir por la ayuda soviética hasta el año 1990. A finales del siglo XX, el presidente de Venezuela HUGO CHAVEZ sustituyó a los soviéticos en la ayuda económica al gobierno cubano y así siguieron los años que iban llegando, a un pueblo secuestrado por un régimen socialista incapaz de atender las mínimas demandas de la población. Todos los días la situación económica y social era más deprimente y la política se vivía dentro de una tensa calma que los habitantes de la isla se veían obligados a mantener. Con el correr de los años, el pueblo cubano enfrentó un gravísimo problema alimentario que sumado al desempleo, a la falta de ingresos, a la escasez de recursos para la salud y ante las nulas perspectivas para superar la crisis, un nuevo presidente llegó a Cuba para suceder a RAUL CASTRO, quien había reemplazado a su hermano FIDEL.
Ante semejante estado de cosas, la reacción de millares de cubanos no se hizo esperar. Los ciudadanos sentían el hambre y las necesidades y sobre todo la incapacidad de resolver todos los problemas que el gobierno no podía atender. El gobierno controlaba con las armas cualquier reacción de grupos que buscaban la libertad, para acercarse a la democracia.
Llega el momento en que se dan las protestas callejeras desafiando a la dictadura y se generaliza en la isla un ambiente de solidaridad con quienes están al frente de las masivas manifestaciones, nunca antes vistas.
Estamos presenciando el principio del fin de una tiranía socialista de 60 años que terminará más temprano que tarde, como ha sucedido en los distintos países donde el comunismo ha pretendido instalar un gobierno con el poder de las armas y de la intimidación.
Que valiente es el pueblo cubano que se ha levantado contra la opresión y la tiranía. Los países demócratas tienen la obligación moral de apoyar a un pueblo que quiere buscar ante todo la LIBERTAD que no se ha dado en ese país durante décadas. Hay que apoyar a quienes quieren a CUBA dentro de un sistema democrático donde prevalezcan los derechos de los ciudadanos y donde termine la oscura noche que cubrió a Cuba, mientras los CASTRO estuvieron al frente de la dictadura.
Hay que apoyar a quienes buscan salir del aislamiento y la desesperanza como quedó claro en el mensaje del escritor LEONARDO PADURA, en el libro EL HOMBRE QUE AMABA LOS PERROS cuando expresa los sufrimientos y la angustia de varias generaciones que vieron frustradas sus vidas por cuenta de un régimen que todo lo oprimía y todo lo manipulaba, mientras el hambre acosaba a la población.
¡ Que bueno será ver al pueblo cubano disfrutar de la LIBERTAD que le ha sido negada por un régimen despótico y miserable.!
LUIS ALFREDO RAMOS BOTERO
Julio 16, 2021