Por: Laura Pinzón
Colombia, un país lleno de riquezas naturales y culturales, pero también marcado por profundas desigualdades socioeconómicas. La pobreza es una realidad que afecta a millones de colombianos y por tanto, se ha convertido en un desafío persistente dentro de nuestra sociedad. Sin embargo, para desgracia de los ciudadanos, algunos gobernantes en vez de pensar en ello, pasan por alto su responsabilidad de administrar los recursos públicos de manera eficiente y responsable, son unos derrochadores.
Este es el caso de la vicepresidenta Francia Márquez Mina quien, en búsqueda de “fortalecer a las comunidades étnicas, transitar hacia una paz antirracista, anticolonialista y antipatriarcal”, gastó más de 1.700 millones de pesos, según ella, financiados por la peligrosa agenda de Soros, a través de Open Society Foundations. Señora vicepresidenta, mejor venga le cuento la realidad de nuestro país, para que reflexione sobre el derroche de dinero que ha tenido en su más reciente gira.
Para empezar, según el Banco Mundial, el coeficiente Gini (que mide la desigualdad) en Colombia en el año 2022 fue de 51,5. Esto se ve reflejado por ejemplo, en que muchas comunidades en Colombia tienen dificultades para acceder a servicios básicos como educación, salud, agua potable y saneamiento, entre otros “privilegios” por los cuales usted debería propender. Cabe recordar que según el DANE, en el 2020, alrededor del 18,6% de la población no tenía acceso a servicios de acueducto y el 19,3% no contaba con servicio de alcantarillado ¿No sería mejor que apoyara a estas comunidades en vez de prodigar el dinero?
La educación, pilar fundamental para el desarrollo de una nación, por otro lado, según el DANE, generó una alarmante cifra respecto a la deserción escolar, la cual fue de 26,73%. Además vicepresidenta Márquez ¿Sabía usted que según esta misma fuente, en Colombia en el 2022 murieron 308 menores por desnutrición? Definitivamente “hay que limpiar primero la casa de uno”.
Ahora bien, considero que aquí el problema mayor no es que usted haya llevado a su pareja sentimental Yerney Pinilla Ocoró a disfrutar del continente africano o, siga apelando a discursos “anticolonialistas” para reclamar una herencia ancestral que usted ya tiene, empezando porque pudo acceder a un cargo público, así que esa opresión de los “blanquitos ricos” es pasado.
El problema aquí, radica en que usted está siendo indiferente a las realidades de nuestro país. Recuerde que el derroche de los gobiernos tiene consecuencias negativas en la economía, además mina la confianza ciudadana y obstaculiza el desarrollo sostenible. Sería mejor que usted como funcionaria pública promueva la transparencia, rinda cuentas y haga una gestión responsable de los recursos públicos, Colombia no es un país rico, lo que menos necesita son gobernantes de izquierda o derecha, manirrotos.
En conclusión vicepresidenta Francia Márquez, bienvenida a Colombia, un país lleno de maravillas culturales, naturales y humanas que cautivan a propios y extranjeros pero que, tiene graves problemas sociales y que busca que sus gobernantes lideren soluciones efectivas para mejorarlos. Pongamos en práctica ideas como las de Fumio Kodama, en donde se pueda dar aperturas a la rendición de cuentas para identificar y evitar malgastos; usted debe hacerlo, es una de sus muchas responsabilidades democráticas, pues así nos asegurará una gestión pública transparente, responsable y efectiva ¡De malas!