A finales del año pasado, el conductor de Uber, Franklin Humberto Coral, conocido con el alias de Beto, promovió una recolección de dinero para la familia de la niña Yuliana Samboní. Dicha colecta, coincidió con un hecho que él, que todo lo cuenta en sus redes sociales, ha preferido tratar de mimetizar: la notificación formal de la demanda que en su contra presentó el presidente Uribe a través del abogado de Miami, Fernando Franco.
Gracias a que todos los documentos relacionados con los procesos judiciales en los Estados Unidos son públicos, EL EXPEDIENTE tuvo acceso a la información más reciente en relación con ese caso.
El 18 de noviembre del año pasado, el abogado del presidente Uribe le notificó al abogado de Coral que la demanda en contra de su cliente había sido sometida, por el delito de difamación.
El abogado del conductor de Uber respondió que no estaba autorizado para recibir la notificación de la demanda, razón por la que el representante del presidente Uribe se vio forzado a contratar una agencia encargada de ubicar a Coral.
Luego de varias semanas, los investigadores pudieron dar con él, en un viejo edificio de North Miami Beach en el que Coral comparte el alquiler con otros dos sujetos.
Se trata, según dijo el gerente de los alquileres del lugar -que es una suerte de inquilinato- de un pequeño apartamento de 90 metros cuadrados en el que Coral tiene un espacio para él.
El 21 de diciembre pasado a las 10 de la mañana, los notificadores de la demanda golpearon la puerta y los atendió una humilde mujer de alrededor de 30 años quien dijo vivir en el lugar. Ella recibió copia de la demanda.
La ley de Florida dice claramente que la notificación de las demandas puede llevarse a cabo en el lugar de residencia del demandado, ante la persona directamente implicada o a través de algún residente, siempre y cuando sea mayor de 15 años.
La mujer que fue notificada, tiene 30 años y fue plenamente identificada.
Dos días después de la notificación, Coral empezó a promover la supuesta colecta de dinero a favor de los padres de Yuliana Samboní. En el pasado, el conductor de Uber había declarado en sus redes sociales que no tiene dinero para defenderse de la acción judicial presentada en su contra por el presidente Uribe.
Una cosa es el Franklin Humberto Coral alevoso y desafiante de las redes sociales y otra bien distinta el Coral demandado. En vez de afrontar la demanda con las pruebas que dice tener en contra del presidente Álvaro Uribe Vélez, recurrió a una verdadera leguleyada, tratando de invalidar la notificación de la demanda, alegando que la mujer que recibió el documento no vive en el inquilinato en el que él reside.
Queda confirmado que el presidente Uribe iba en serio con su demanda contra ese sujeto, que ahora tendrá que defenderse en una corte del condado de Miami. Si pierde, tendrá que pagar más de $200 mil dólares, una cifra para él astronómica.
Por ahora, habrá que verificar que el dinero que el está recolectando para los Samboní les sea entregado a ellos y no sea invertido en otros menesteres, como el pago del abogado que habrá de representarlo ante la corte de Miami-Dade.